![El Almería, con el 'mando perdido'](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202109/13/media/almeria/PONFERRADINA-UDA%20(14).jpg)
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«Al teniente coronel Pierre Raspegury, jefe de una división paracaidista del ejército francés derrotada en Vietnam, le comunican que ha sido relevado de su puesto y que su regimiento ha sido disuelto. Gracias a las influencias de la Condesa viuda De Clairefons, consigue un ... nuevo destino en Argelia en una misión de paz. Ella le promete que se casará con él si vuelve convertido en general. Sin embargo, lo que hace Raspegury es intentar persuadir al capitán Esclavier y a otros camaradas para vengar juntos la humillación sufrida en Vietnam». Es la sinopsis de 'Mando Perdido'. Y dirán que qué pita esto para hablar de fútbol. Uno de los aspectos que guarda relación con Almería es que aquella película se rodó en gran parte en esta tierra y lo que pasó el domingo en Ponferrada se parece a la derrota de Raspegury en Vietnam y aquella Argelia se plantea el viernes en Alcorcón, aunque 'Vietnam' también hubo en Lezama, en el duelo disputado una salida antes para visitar al Amorebieta.
El domingo en El Toralín el Almería volvió a perder otra batalla de credibilidad, con la pérdida de sitio en el lugar donde, si se maneja bien, se ganan los partidos y si no pasa lo que pasó. El no poder controlar, aun teniendo superioridad numérica, el centro del campo –solo se consiguió con la entrada de César de la Hoz– supone que se descabalguen otros aspectos del partido como el sistema defensivo y, por supuesto, el de ataque. Persiguiendo 'sombras', porque la Ponferradina 'pasó' de pisar el centro del campo para esperar a la UDA y salir a la contra, no hubo lugar para la creación. Sadiq estuvo perdido, sin un asistente que le diera la opción de ver portería y de ese modo el conjunto indálico se convirtió en un equipo vulgar, lejos de las formas que se necesitan para buscar metas mayores.
Con la pausa, con la revisión de lo sucedido sin las prisas, es más fácil hacer lecturas. La del Almería en Ponferrada es la de otra batalla a la que se va sin extintores sabiendo de antemano que 'hay fuego'. Lo había avisado Rubi en la rueda de prensa del pasado viernes. El de Vilasar de Mar indicaba que ir a Ponferrada era «una prueba de fuego» y al Almería se le quemaron los papeles en la 'hoguera' por una falta de lectura y, por tanto, de interpretación que tiene el 'eje' en las deficiencias del centro del campo, que hizo más daño en el aspecto defensivo que en el ofensivo, con el consiguiente desequilibrio.
Hubo pérdidas que sirvieron para etiquetar 'falsamente' a los defensores, casi siempre vendidos como consecuencia del error en la parcela ancha, pero es que el aspecto defensivo, sin señalar a según qué línea, resultó deficiente más que por el campo por el rival, que juega fácil al fútbol sencillo que plantea.
Puede que, en el pulso, en ese fútbol que se juega lejos de las áreas, las tablas en el marcador final no hubieran sido injustas, pero mientras la victoria se consiga haciendo goles es esencial hacer lo necesario en este fútbol que habla de manejo en las áreas y eso no supo manejarlo el conjunto indálico.
Un mal que ha aquejado a los rojiblancos en dos partidos y, curiosamente, los dos fuera de casa. La batalla de Ponferrada del domingo pasado es casi igual que la vista en Lezama y frente al Amorebieta donde otra vez pérdidas 'groseras' sentenciaron a los rojiblancos, que en tierras bercianas permitieron a Paris Adot convertirse en Cafú con la zurda de Roberto Carlos.
Lo bueno puede ser reaccionar, aunque no hay tiempo para andarse sin hacerlo cierta prisa, bien entendida esta. El próximo viernes, en Santo Domingo, espera otra 'prueba de fuego' ante un rival que no va a menospreciar actuar del mismo modo que lo hizo la Ponferradina antes de ayer. Las prisas del Alcorcón por salir de la parte baja de la clasificación aventuran una disputa de idéntico calibre a lo ya vivido en otras salidas como las comentadas de Lezama y el Bierzo.
Los partidos en Santo Domingo siempre han sido parecidos. Ahora, la moral de unos, que ganaron el pasado sábado con contundencia a un Mirandés que estaba haciendo buen fútbol, y la desazón de otros, por la derrota en El Toralín, se juntan en cuatro días, con la intención de recuperar el mando.
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