Dani Calvo, con Luis Suárez tratando de frenarle, remata una acción a balón parado. Agencia Lof
UD Almería

La UD Almería, maniatada por la mediocridad

El conjunto indálico no es capaz de mostrarse como un equipo fiable y, después de encontrar el camino del gol, pisa terrenos pedregosos por sus deficiencias en defensa

Juanjo Aguilera

Almería

Lunes, 14 de octubre 2024, 23:32

La UD Almería volvió a caer presa de una actuación indolente en el Carlos Tartiere, en el que, si bien volvió a dar señales de vida en ataque –es el quinto partido en el que de forma consecutiva marca dos goles, cosa que logró en el primer partido de Liga en Santander–, también es el quinto, de los nueve disputados, en los que, para ganar, debe superar una diferencia de dos goles –en Santander, ante Castellón y Eibar, en casa, y en el Ciutat de Valencia y Carlos Tartiere perdía 2-0 y ante los castellonenses llegó a tener un 0-3 y un 1-4 en contra–. El equipo de Rubi da la mala imagen de una incapacidad para defender que, de haber sido de forma esporádica, no generaría las dudas ni lanzaría al 'viento' si realmente sus jugadores saben hacerlo. Una rémora que maniata al equipo en puestos de descenso por un comportamiento mediocre.

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El conjunto indálico no es capaz de controlar los centros laterales, pero no es sólo eso, sino que también hay errores 'puntuales' –más bien habituales– que reflejan la falta de compromiso defensivo. El Almería ha encajado 18 goles en estas nueve jornadas, de los que una decena han llegado con centros laterales y de los tres encajados frente al Real Oviedo dos fueron consecuencia de esa 'mediocridad' para entender lo que sucede. El primero tras un saque de esquina del jugador con más calidad de Segunda División, como Santi Cazorla, que remató David Costas, y el segundo con un centro de Carlos Pomares que remató Jaime Seoane sin encontrar obstáculo ninguno, en un error de marca en el centro del campo, desde donde ningún jugador indálico 'molesta' como es debido al mediocentro carbayón. Yendo a más, hasta el tercero supone la consecuencia de una mala gestión en los tiempos porque a Santi Cazorla, que dispara desde fuera del área para convertir su disparo en asistencia para Alemâo, nadie le encima para poner en aprietos el lanzamiento, ni siquiera para estorbar a un jugador de la calidad de atacante.

Una rémora

El fútbol de hoy no es el de antes, que era 'sota, caballo y rey'. Ha ganado en versatilidad y prestaciones de los futbolistas, que requieren un comportamiento global en el rendimiento para llevar a buen fin sus propósitos. Rubi dijo el domingo en sala de prensa que «al final vas ajustando cosas y, cuando ajustas cosas, necesitas volver a corregir, volver a dar tiempo para consolidarte en algo. Estamos intentando consolidar un dibujo diferente, pero está claro que, si tú trabajas cosas y luego en el primer chute que vaya a puerta siempre va a ser gol, da igual con el dibujo que juegues. Tenemos que ser mucho más contundentes en alguna situación, pero no creo que haya sido sólo el factor defensivo. Con pelota hemos salido muy mal, nos ha faltado personalidad para encontrar el jugador que había libre para superar la presión de Cazorla y Alemâo, no regalarles el balón continuamente. Una cosa lleva a la otra».

Y todo computa en esa versión poco contundente del equipo, incapaz de aprender la lección. Cada semana, al término del partido de turno, se hace una lectura 'a toro pasado' y generalmente tras dolorosas 'exhibiciones' de aspectos del juego que no pueden repetirse, pero el Almería parece estar compuesto de 'malos estudiantes', con problemas de amnesia 'sostenida' que, de momento, no da para más.

Además, actuando con la rémora de la incapacidad de lo que hay en el banquillo para cambiar sinergias rematadamente 'corrosivas' para el estado anímico de un equipo incapaz de tolerar mentalmente tal incapacidad de respuesta que coloca al equipo en 'vía muerta' y que hace surgir la pregunta al respecto de cuáles son los motivos por los que un día sí y otro también -con excepciones como la segunda parte en Santander o el partido completo ante el Burgos- el equipo no es capaz de interpretar lo que sí han hecho alguna vez.

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La mitad más uno

El equipo rojiblanco ha encajado 18 goles en lo que va de temporada. De ellos, 14 se han producido con remates dentro del área, como los tres recibidos en el partido disputado en el Carlos Tartiere frente al Real Oviedo. Además, diez de ellos han llegado como consecuencia de centros laterales, que empiezan a producirse en el partido frente al Eldense en el que Juanto Ortuño aprovecha un centro de Sergio Ortuño para vacunar al equipo indálico en un mal partido. Ante el Castellón, tres de los cinco goles son en ese tipo de acciones, el de Raúl Sánchez, tras centro de Mats Seuntjens, el primero de De Miguel y el de Israel Suero. El Eibar marcó los goles a balón parado El 0-1 como consecuencia de un córner lanzado por Matheus Pereira que remató Arambarri y, tras dar en la cabeza de Édgar, subió en el marcador. El segundo, obra de Xeber Alcain, tras servicio de Antonio Puertas.

Ante el Levante, los dos primeros goles llegaron del mismo modo, con centros desde la derecha en la que se invirtieron los protagonistas. El primero con centro de José Luis Morales que remató Roger Brugué y, en el segundo, dando el centro Brugué para que marcara Morales. Por fortuna, ante el Burgos, se rayó la perfección, no concediendo errores ni en el centro del campo, ni por supuesto en defensa. Pero el domingo aparecieron de nuevo los fantasmas con los goles de David Costas, en el tercer córner lanzado por el Real Oviedo y, luego, en un centro, otra vez desde la derecha, que remató Jaime Seoane para hundir al equipo indálico.

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Sergio Arribas entrena y estará disponible para el domingo. UDA

Para La Romareda, otro puzzle con dos bajas y tres altas

Las dos tarjetas rojas mostradas el pasado domingo por la canaria Huerta de Aza –a la que el VAR le echó una mano en las dos, convirtiendo un penalti visto por ella en una falta en la frontal– profundizan en los problemas de efectivos para el próximo partido, que se disputará el domingo, día 20 de octubre, en La Romareda.

Así, Rubi deberá buscar recursos para suplir la ausencia, sobre todo, de Radonvanovic, ya que Rachad es más un jugador que el vilarense utiliza para 'mover el avispero'. De todas formas, su ausencia supone perder al único capaz de hacerlo el domingo.

Por fortuna recuperará a Bruno Langa y Sergio Arribas y puede que también a Marc Pubill, ausente en las tres últimas jornadas.

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