Halloween, esa fiesta importada del mundo anglosajón, la adelanta la UD Almería al mes de octubre. Habitualmente se celebra el último día del décimo mes del año y es el mes de los cambios. Aparece poco a poco el frío, cambia el humor… y, ojalá, las sensaciones. Sobre todo las sensaciones. Para la UD Almería es vital que ocurra y lo del susto o muerte sea sólo lo primero porque octubre trae, en 22 días, un calendario en el que sólo tendrá partidos incómodos, en los que se enfrentará a tres equipos que ocupan plaza entre los seis primeros –uno de ellos ascendería si la competición acabara hoy y los otros dos jugarían playoff–, otro que está a un punto del playoff y a tres del ascenso directo y un rival que sin ser 'temible', porque el inicio de temporada es irregular, no es tampoco una 'perita en dulce'.
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De los resultados de estas cinco citas depende lo de pasar hoja y que sólo sea un susto o irremediablemente cambiar el discurso por mucho que la maratón de la que habló Rubi el pasado viernes sólo tenga empinadas cuestas hacia arriba y, como se suele decir en el espíritu olímpico lo importante es participar. Los rojiblancos tienen que responder y hacerlo ya. No valen medias tintas, es época de restañar los 'daños' sufridos de un principio de campeonato en el que el comienzo esperanzador –con dos empates y una victoria– ha dado paso a cuatro partidos infumables en su mayoría en los que un equipo 'maniatado' por la obligación no ha sido capaz de responder a lo que inicialmente se presuponía podía exhibir en este reencuentro con la categoría de plata.
La locura
El equipo rojiblanco debe enderezar el rumbo a base de victorias. Dará igual, incluso, si es con juego bonito o no. En una competición donde los puntos son lo único válido, es obligatorio que quienes ocupan actualmente las posiciones de privilegio de la competición no amplíen su renta de puntos porque, en enfrentamientos directos, una derrota supone un escalón de seis puntos por cada pérdida y puede que más, si se tiene en cuenta el golaveraje.
Está claro que no hay que pensar en los cinco partidos que están marcados en el horizonte desde el próximo sábado, día 5 de octubre, al que está previsto para disputarse el próximo 27 de octubre. Ambos a las 18.30 horas y con rivales complicados porque en casa comenzará el periplo recibiendo a un Burgos CF que ya dio señales de estar en la pelea por méritos propios, pese a estar en los inicios de la temporada. Jon Pérez Bolo ha impregnado un estilo difícil de contarrestar. Ya lo consiguió en su etapa en la Ponferradina. Y el cuadro burgalés, con un exrojiblanco como Curro Sánchez y 'muchos más', está en puestos de ascenso directo, con 14 puntos, tras haber ganado cuatro partidos concediendo poco a los rivales –tres victorias llegaron con la portería a cero– y dos empates. Éste es el último resultado obtenido, pero concede pocos espacios.
El otro partido en casa, el cuarto de este ciclo de cinco encuentros, se resolverá en el UD Almería Stadium ante un Albacete que no sabe empatar, o gana –lleva tres victorias– o pierde –ha encajado cuatro derrotas–, pero con 9 puntos, que para sí quiera el equipo indálico, está a tres del playoff de ascenso. Comenzó 'sólido' con victorias ante Granada (1-2) y Elche (1-0) para encadenar derrotas en Málaga (2-1), ante el Eibar (0-1) y en Anduva frente al Mirandés (2-0). Se desquitó ganando en Ferrol (1-4), pero el último partido sufrió un varapalo importante ante el Deportivo de la Coruña (2-5).
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Cocos
Lo peor estará fuera porque deberá vérselas con Real Oviedo, Real Zaragoza y Huesca. Ante carbayones y maños los deberá afrontar de modo consecutivo, tras lo que sucede el próximo sábado frente al Real Burgos. El Oviedo es noveno a un punto del playoff. Inició el campeonato con fuerza ganando en Riazor (0-1), pero en Castellón lo pasó mal para empatar sin goles porque el equipo orellut hizo méritos para más. El equipo de Javier Calleja perdió el derbi ante el Sporting (3-1) y ha vuelto a la senda de los buenos resultados con victoria ante el Cartagena (1-0), empate en Elda (1-1) y victoria, el pasado domingo frente al Eibar (1-0), un resultado destacable después de ver cómo compite el equipo de Joseba Etxeberria.
Visitar La Romareda, ahora mismo, recuerda al Zaragoza que luchó años atrás por los puestos de arriba. Con el paso de las jornadas se verá su solidez, si es circunstancias o real. Su comienzo, con liderato incluido, llegó tras imponerse al Cádiz en el Nuevo Mirandilla (0-4), en un inicio de temporada con tres partidos a domicilio. Ganó en Cartagonova (1-2) y empató en un campo difícil como Anduva (0-0). Sin minar su moral, en la cuarta jornada sumó una contundente victoria en Elche y, una semana después, lanzó un 'aviso a navegantes' porque su derrota en El Plantío avisa a los rivales del Burgos, con los maños entrando en subibajas, tras ganar al Levante (2-1) y perder en Gijón (1-0).
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Octubre acaba con recuerdos del pasado ante un SD Huesca que fue compañero de fatigas en el primer año de Turki Al-Sheikh y que actualmente está en puestos de playoff, como quinto clasificado, tras conseguir cuatro victorias en las seis primeras jornadas. Perdió con el Burgos (0-1) y en Málaga (1-0), pero se impuso sin importar las plazas para conseguirlas, en Elche (0-1), ante el Dépor (2-1), en Granada (1-3) y frente al Córdoba (4-1). El partido de la próxima jornada lo jugará ante el Cádiz tras sucumbir ante un Mirandés que se ha metido entre los primeros de la competición.
Y se avecinan cambios
Rubi ya explicó a la conclusión del partido disputado frente al Eibar, que «tenemos tres opciones: cambiar jugadores, mover el dibujo o dar continuidad, en el caso de que nuestra lectura sea que solo hay detalles que corregir. Firmo la primera parte contra el Castellón, a pesar de no tener eficacia. Es una lástima cambiar muchas cosas, aunque tengo que tomar esa decisión».
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Y lo mismo el sábado, frente al Burgos, toca 'mover el árbol' porque el conjunto rojiblanco no termina de reaccionar con fútbol a los compromisos que le pone el calendario. El domingo en Valencia quizás fuese el peor partido de la presente temporada, agarrado al mismo como consecuencia de dos acciones puntuales, no sujetas al buen fútbol, porque lo visto fue el rendimiento de un equipo apático, con tanta ansiedad como poca actitud y puede que reflejo de lo que parecía existir frente al Eibar, unión. Los reproches entre jugadores cuando hay que remar no hablan de unión, ni mucho menos.
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