La felicidad del Barbastro, contrapunto con la cara triste de Centelles. EFE
UD Almería

El Barbastro le pinta la cara a un Almería sin recursos

Copa del Rey ·

El cuadro indálico no iguala la intensidad de un rival 'extralimitado' en sus modales, ante la permisividad de García Verdura, que fue más intenso y que se adjudicó el triunfo de modo merecido, ante el desprestigio rojiblanco

Juanjo Aguilera

Almería

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 14:58

El Almería dice adiós a la Copa del Rey después de un malísimo partido en el que los rojiblancos no fueron capaces de interpretar lo que pasaba sobre el terreno de juego, achicado por un rival que sí supo hacerlo, en gran medida, por la permisividad de un malísimo árbitro, que dio rienda suelta al fútbol marrullero del rival, que dio validez al gol local tras un empujón sobre Mendes, pero permitir la extralimitada actitud del Barbastro en hacer un partido sucio, excesivamente sucio. Pero el Almería no perdió por el árbitro, sino que lo hizo porque no acumuló méritos para buscar la victoria en un partido en el que faltó igualar la intensidad de rival, faltó equivocarse en la propuesta de no ir al 'cuerpo a cuerpo' y falló en los metros finales. Nunca, salvo en los diez primeros minutos de la segunda parte, tuvo la sensación de ser un equipo de Primera División ante un conjunto que sufre en Segunda RFEF, tres categorías por debajo.

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UD Barbastro:

Arnau Fábrega; José Val, Hugo Bautista (Crespo, m. 62), Mingotes, Franc Carbonell; Quique Rausell (Marc Prat, m. 62), Israel García (Arnedillo, m. 86), Javito, Jaime, Gonpi (Jaime Requés, m. 90), y De Mesa (Soule, m. 62).

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UD Almería:

Diego Mariño; Houboulang Mendes (Alejandro Pozo, m. 46), Kaiky Fernandes (Lucas Robertone, m. 55), Chumi, Álex Centelles; Arnau Puigmal (Largie Ramazani, m. 69), Iddrisu Baba, Dion Lopy, Lázaro Vinicius; Marciano (Sergio Arribas, m. 46) y Rachad (Leo Baptistao).

  • Gol: 1-0, m. 28: Franc Carbonell.

  • Árbitro: García Verdura, catalán. Amonestó a Quique Rausell (m. 60), Gonpi (m. 68), Israel García (m. 73), José Val (m. 84), Crespo (m. 88) y Marc Prat (m. 89), de la UD Barbastro, y a Édgar González (m. 73), en el banquillo, de la UD Almería.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey, celebrado en el Municipal de Deportes de Barbastro, con más de 2.500 espectadores.

Pero 'La Copa mola' por este tipo de sucesos en los que un equipo como el barbastrino supo llevarlo a su terreno para, tras adelantarse en el marcador poco antes de cumplirse la primera media hora de juego a balón parado -como no-, hacer el partido suyo. El Almería ya no volvió a aparecer, ni antes firmó un disparo entre los tres palos, ni casi después, salvo ese inicio como la 'gaseosa' de la segunda parte con las acciones de Leo Baptistao, y poco más, salvo la demostración de incapacidad para interpretar las armas del fútbol, como el balón parado -modo que parecía haberlo abolido de su guion después del partido ante la Real, pero no- y que las victorias en fútbol se consiguen tirando a puerta, que no lo llegó a hacer con la contundencia necesaria. La derrota, además, escenifica el nivel de una plantilla de la que salen señalados algunos de los que estuvieron sobre el terreno de juego, pero también de los que están fuera y toman decisiones mirando al banquillo, pero no a su gestión.

Inteligencia local

Los primeros minutos del duelo fueron con el Barbastro teniendo el balón y creando peligro a balón parado, en un duelo que se escenificó con acciones en las dos áreas, un partido de ida y vuelta. En el minuto 2, una falta lanzada sobre Mingotes acabó en las manos de Diego Mariño, a la que respondió, en el mismo minuto, un disparo de Lázaro Vinicius, manso a las manos del cancerbero barbastrino Arnau Fábregas. Lo cierto es que el conjunto altoaragonés, muy intenso en su comportamiento, trató de tener el balón arriba, alejando el peligro de su zona. En el minuto 9, un centro desde la izquierda de Lázaro Vinicius le botó mal a Marciano, en el segundo palo, y no pudo rematarlo casi en boca de gol.

El partido tuvo ritmo, pero sin ocasiones porque fútbol hubo poco. El Almería tuvo más el control del balón, pero carente de ideas para utilizarlo, mostrándose incapaz de hacerle daño a una UD Barbastro que supo usar la posesión del esférico, cuando lo tuvo, para no ver proximidad de acciones de peligro en sus inmediaciones y que paró el partido cuando tuvo la ocasión. Además, teniendo el balón fuera de su campo y manejándolo bien, fue creciendo y ganando metros. A balón parado, en el 28, el Almería demostró su incapacidad para corregir balones en este tipo de actuaciones. El conjunto de Gaizka Garitano no supo defender el balón parado y el Barbastro logró adelantarse en el marcador. Fue una falta botada por Gonpi casi en el centro del campo, algo escorada hacia la izquierda; el balón mandado al segundo palo lo tocó Mingotes de cabeza, imponiéndose a Álex Centelles, poniéndolo al palo contrario, por donde Franc Carbonell se adelantó, puede que cometiendo falta sobre Marciano, por un desmedido empujón que García Verdura no vio, para 'adelantar' la sorpresa en el marcador.

Otro partido

Empezaba un partido nuevo, en el que el cuadro rojiblanco -de negro por coincidencia de colores- no interpretó lo que estaba pasando sobre el césped del Municipal de Deportes barbastreño. El equipo de Dani Martínez, puede que sobre el límite en el modo de comportarse con la permisividad de un mal García Verdura, mantuvo a raya al equipo rojiblanco, con problemas para aprovechar la posesión y que buscó el gol desde fuera del área con un lanzamiento de Rachad, desde la derecha, que blocó con dificultades Arnau Fábregas, en el 43. Lázaro Vinicius, que tuvo la voz cantante en ataque, al límite del descanso, lo intentó con un disparo blando que no hizo daño al cancerbero del conjunto de la capital del Somontano.

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Reaccionó Garitano en el descanso, con cambios sustanciales en cuanto a nombres, pero también en cuanto a propuesta porque el técnico deriotarra dejó fuera a Houboulang Mendes, Marciano y Rachad, dando entrada a Alejandro Pozo, Sergio Arribas y Leo Baptistao, creando peligro en dos minutos, sobre todo con un remate de Leo Baptistao que remató un buen centro de Centelles que se fue al palo derecho de la meta de Arnau Fábregas.

Otra imagen

De todas formas, el Almería también se descuidó en defensa, en el 49, en un despiste de Kaiky Fernandes del que se aprovechó Javito, pero se 'recreó' en la acción buscando espacio y, cuando se disponía a disparar, la punta de la bota de Iddrisu Baba lo evitó y Diego Mariño se anticipó para quedarse con el balón.

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El Almería era otro, con Pozo apareciendo por la derecha y haciendo que el balón llegara a las inmediaciones del área del conjunto barbastreño. El equipo indálico lo intentó, en el 59, con un disparo de Leo Baptistao que estuvo cerca de conseguir la igualada ante un Barbastro que también movió banquillo y no lo hizo para resguardarse, sino que dio entrada a dos delanteros como Marc Prat y Soule, además de a Castro.

A otra cosas

También interpretó bien Gaizka Garitano lo que estaba pasando. Arnau Puigmal, en continua disputa con Franc Carbonell, se quedó fuera, dando entrada a Largie Ramazani para jugar con un esquema más 1-4-4-2, con el belga acompañando a Leo Baptistao arriba. Sin embargo, la profundidad indálica no dio para opciones de poner las cosas en su sitio.

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Empezaba a escenificarse la idea del técnico del Barbastro, que aquellos cambios dieron lo que buscaba, que no era otra cosa que atemperar la salida más intensa de la UD Almería, pero que se quedó sólo en el inicio, porque el Almería, en dos minutos, hizo más que en toda la primera parte. El crono avanzando y el equipo de Garitano sin capacidad para 'atraer' opciones de estar dentro del partido, ni siquiera de empatarlo por si había tiempo para rectificar y ganarse otra oportunidad, forzando la prórroga, pero faltaron las mismas ideas que no hubo en Liga para ganar y que no dieron para meter al equipo en esa pelea perdida de antemano.

Desprestigio y una 'barbaridad' que sirve para creer en el fútbol y en el hecho de que un club modesto como el Barbastro -eso sí, con 90 años de historia- pueda con un rival de Primera División, sin importar los números, aunque el resultado final avergüence, que lo hace porque las categorías están para algo, más allá de pensar que son once contra once, pero un rival de la cuarta categoría no puede ser más inteligente que uno que compite con algunos de los mejores equipos del mundo.

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