Un Barça sin piedad

El FC Barcelona está rentabilizando el llamativo esfuerzo en fichajes del pasado verano. Uno de los clubes que más y mejor ha invertido en refuerzos ha encontrado el camino rápidamente para dominar en la Liga. Es cierto que el nivel de los azulgrana solo puede ser seguido por el Real Madrid, pero también es verdad que nadie está siendo capaz de acercarse a las prestaciones de los de Xavi Hernández, que, hasta la fecha solo han encajado siete goles en toda la temporada, uno más que los que recibió su próximo rival, la UDA, en un solo partido frente al Girona.

Con Xavi al frente de la nave barcelonista, su intención de rememorar los mejores años vividos como jugador es la intención no ocultada estando, eso sí, muy lejos de aquel modelo que revolucionó el fútbol moderno al que, seguramente, no podrá llegar porque el talento de aquellos años fue inigualable. Pero sí que ha encontrado la fórmula para ganar sin problemas a sus rivales de la Liga española, no tanto en Europa, y meterse en el bolsillo a su afición con un fútbol vistoso y efectivo.

El libro de estilo del FCB es reconocido y reconocible por todos sus adversarios, sin que por ello se haya encontrado hasta la fecha el antídoto que lo anule. Mucha posesión, con toques cortos y continuos, moviendo al adversario de lado a lado y arriesgando pases interiores. Sin balón la presión ejercida es muy alta, en el campo rival, asfixiando de forma colectiva para una rápida recuperación. La confianza que ofrece la defensa, liderada por un Ronald Araújo en estado de gracia, aumenta la capacidad del resto de compañeros para robar la pelota de forma veloz.

La idea de defender al Barça muy atrás tampoco es una buena para los adversarios, ya que la presencia de Lewandowski, uno de los mejores delanteros del mundo, con una alta capacidad rematadora y gran eficiencia frente al gol, además de la incorporación de los centrales, potentes rematadores, complica en exceso la defensa de las jugadas a balón parado.

El dibujo táctico habitual del Barça es un 1-4-3-3. Los cuatro de atrás no solo realizan trabajos defensivos, sino que participan activamente en el inicio del juego de ataque. Mucha movilidad, técnica depurada y velocidad de movimientos hacen de los defensores los primeros atacantes del equipo. Los laterales, con mucha llegada, aumentan la capacidad ofensiva blaugrana.

En la zona ancha, con Busquets poniendo equilibrio, la imaginación y el altísimo nivel de los hombres que la ocupan, permiten tener muchos minutos de posesión y muchos recursos para romper las líneas rivales, con pases largos, cortos, entradas por los costados o con pases interiores. Cualquier arte ofensiva la manejan con soltura haciendo el campo muy ancho para dificultar la labor de los zagueros contrarios.

La línea ofensiva de tres jugadores cuenta con extremos especialistas, hábiles, rápidos y muy abiertos para aumentar los espacios arriba. Y un delantero centro de nivel mundial para certificar las llegadas a la portería rival. El '9' polaco, además de ser un 'killer', también sabe jugar de forma asociativa, bajando a buscar balones, cayendo a bandas para abrir espacios y con un control exquisito del balón.

La confianza, además, es otra de las armas del FCB. Con sólo siete goles encajados y con Ter Stegen en estado de gracia, la solvencia mental con la que juegan les permite resolver cualquier problema que se les puedan plantear en partidos cerrados. Y es que los encuentros contra el Barça son muy muy largos para sus adversarios.