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El tango de Carlos Gardel que habla de un potrillo joven que afloja en la raya justo al llegar, escenifica el partido porque el Almería se 'dejó' llevar al final de la primera parte en la que perdió en un minuto, el 45, todo lo que había 'conquistado', pese a no ver portería, con el Granada metiendo gente por dentro y ahogando al equipo indálico. El tango de Gardel también habla de no olvidar y el Almería no lo hizo. Salió en la segunda parte dispuesto a buscarle las 'cosquillas' a un Granada bien plantado, muy seguro en tareas defensivas, pero sin capacidad para salir de su medio campo. Lo hizo a la contra, pero no probó a un Fernando capaz de atajar cualquier atisbo de disparo.
La cabeza jugó su factor importante cuando el reloj avanzaba irremisiblemente a marcar la primera derrota en mucho tiempo del equipo indálico. Sin embargo, la UD Almería insistió y persistió para conquistar un triunfo que tiene nombres propios en la pegada de un Luis Suárez que no es 'de este mundo' y un Gonzalo Melero que lo hizo todo bien desde que entró al terreno de juego. Los dos participaron en los dos goles de la afrenta. El primero que marcó el cafetero, para empatar, nació de un pase del madrileño y el segundo, firmado por el centrocampista rojiblanco, nació en una gran acción de Luis Suárez. Suma y sigue para un Almería de récord que suma su decimotercera jornada consecutiva haciendo dos o más goles, aunque lo más importante es lo de la firma, ocho partidos sin perder y 22 de 24 puntos, con una cabeza prodigiosa, la de un Rubi que tiene el apoyo de 'arquitecto de Vilassar' que volvió a demostrarlo con la lectura de un partido que era el de la jornada y que pone a los rojiblancos firmes en esa pelea por acabar en ascenso directo.
Precaución
El Almería hizo hasta cinco cambios con respecto al partido del pasado martes frente al Córdoba y con ambos equipos jugando con cierta precaución, con similitud en las formas de comportarse con y sin balón. El Almería movió el balón ante un Granada estirando líneas. Dio Lopy, en el 10, intentó el primer disparo a portería, que se fue fuera demasiado cruzado. Reinier fue el primero del equipo nazarí, en el 13, con disparo que atajó sin problemas Fernando. En ese momento, el Granada tenía más balón, el Almería juntaba las líneas y presionaba cuando el rival jugaba en largo en un partido muy táctico.
El Almería empezó a robar y a correr. En el 18, después de una falta lanzada por Guedes, el remate de Leo Baptistao, blando, se marchó fuera y, en el 20, una contra montada entre Sergio Arribas y Marc Pubill la finalizó el egarense con un remate que atajó Diego Mariño, cuando ambos equipos amoldándose a la exigencia del partido. En esas, Leo Baptistao aprovechó un robo de balón en la salida del Granada, en el 26, con disparo del brasileño que acabó en saque de esquina despejado por Diego Mariño.
Perder el objetivo
El primer disparo claro del Granada lo ejecutó Martin Hongla, en el minuto 36, pero se marchó fuera cuando el partido estaba siendo de ida y vuelta, pero sin que ninguno de los dos equipos encontrara fisuras en el rival, con ambos equipos muy seguros en tareas defensivas, tratando de no perder en un minuto lo que parecía 'conquistado' en 45. Y se perdió por una pésima decisión de Dion Lopy, El senegalés pidió una falta y se quedó parado en lugar de impedir que la jugada continuara. El balón lo robó Myrto Uzuni que sentenció la primera parte batiendo a Fernando Martínez antes del descanso.
Luego hubo intento rojiblanco en una acción por banda izquierda en la que el balón le cayó a Arribas y el disparo de éste logró despejarlo Diego Mariño, cuyo rechace le cayó a un Luis Suárez que, en fuera de juego, mandó el balón por encima del larguero, en la última acción de la primera parte.
Iniciativa sin fruto
Rubi tomó la decisión de dar entrada a Gonzalo Melero en lugar de Guedes, con Dion Lopy más retrasado y el equipo apareciendo más ofensivo con esa muestra. El equipo indálico, con propuesta loable, presentó propiedad de balón ante un Granada bien plantado, tapando los huecos que intentaba buscar el Almería a base de mover el balón en la zona de medios. En el 51, la acción de Bruno Langa terminó con un balón para Leo Baptistao que no pudo anticiparse al despeje de la defensa granadinista.
El Granada defendió en bloque bajo, el Almería tratando de encerrar al cuadro de Escribá en su campo y consiguiéndolo, generando superioridad en las cercanías del área para crear espacios. El Granada propuso salir a la contra. Ricard, en el 57, se encontró un balón fuera del área que acabó en las manos de Fernando Martínez. En la acción contigua, en el 59, un saque de esquina de Sergio Arribas estuvo a punto de acabar en gol, con un golpeo de balón de espuela de Marc Pubill que se marchó por encima del larguero.
Cerca
Por bajo, en el 60, estuvo a punto de entablar el partido en una buena acción de ataque rojiblanca que comenzó con el balón en largo de Édgar González por el que peleó Álex Centelles y su centro lo remató Sergio Arribas ajustado al palo derecho de la meta de Diego Mariño, momento aprovechada por Rubi para modificar las bandas dando entrada a Alejandro Pozo por Marc Pubill y a Arnau Puigmal por Bruno Langa, aunque retrasando a Centelles.
Éste, en el 73, puso un excelente balón al segundo palo en el que Arnau remató de cabeza, pero el saludo al balón fue más un impacto que remate y Mariño se hizo con el balón en una fase de monólogo a la que sólo le faltaba el gol. Éste, por exceso de querer marcar, lo 'destruyó' Luis Suárez, que optó por jugársela cuando el área estaba poblada de rojiblancos en opción de disparo, en el 75. Cinco minutos más tarde, Arribas recibió un balón preciso al área, pero el madrileño, que le ganó la posición a los defensores del Granada, la mandó demasiado cruzada. Pero, en el 83, un balón de Melero para Luis Suárez la enchufó el cafetero al fondo de las mallas.
El Almería no dejó de creer en la remontada ante un Granada que trató de salir a la contra, pero ya lo hacía con menos cabeza que los indálicos. Éstos no pararon de 'crecer y de creer' por más que el minutero disminuía. En el 87, un balón de Arribas para Luis Suárez lo acomodó el cafetero, se quitó de encima a Diego Mariño –una pesadilla– y el centro despejado por un defensor le cayó franco a un Gonzalo Melero que firmó una remontada que tiene mucho que ver con la cabeza, por la forma de pensar y de imponer el guion. Éste le permite celebrar un triunfo por insistencia.
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