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Romera fue ayer el segundo jugador del Almería en participar en una rueda de prensa telemática. Viviendo una situación extraña –es la primera vez que, pese a sus muchos años jugando al fútbol no sólo en España–, el de Chirivella lo hizo como ... capitán rojiblanco para hablar sobre un futuro incierto por el coronavirus, pero seguro por el lugar donde se encuentra y por el hecho de que la vuelta al campo –que la preferiría hacer con público– será, seguramente, sin 'riesgo cero'. «Tener riesgo cero va a ser imposible».
Sí dijo tener claro que el objetivo y lo que persiguen todos los estamentos es jugar. Sin embargo, aseguró que todos tendrán que dar su brazo a torcer. Habrá que cambiar cosas, sentarse y llegar a un acuerdo que beneficie a todos o que perjudique a los menos posibles», señaló, consciente de una situación compleja por la pandemia y por esa misma característica que rodea al fútbol en sí.
La fecha del fin a esta pesadilla dijo no saber cuándo llegará. «Vamos a tener que jugar en el momento en que se pueda y la salud y el Gobierno lo permitan. Hablan del cero por ciento de riesgo y creo que va a ser imposible porque dicen que en octubre cuando vuelva el frío puede volver». Hablando, como dijo, desde la total ignorancia, señaló que «el virus se va a quedar aquí y habrá fechas en las que la gente lo coja más, fechas en las que no como en verano. Ojalá sea así, pero riesgo cero va a ser imposible y eso hay que ponerlo en la mesa. ¿Qué pasa si comienza la Liga y un jugador se contagia y después cinco o seis? ¿Se vuelve a parar? Hay temas que deben tener una respuesta por si pasa. Por ahora, en seis meses, el riesgo cero no va a existir».
Y los pasos que deberá dar la competición serán cortos también por el aspecto físico. «Para eso estamos intentando, dentro de lo que se puede porque es imposible hacer un entrenamiento de fútbol en casa, pero estamos intentando estar lo mejor físicamente posible para que luego nos cueste menos la vuelta al ruedo. Ponernos a tono y acortar el tiempo. El fútbol va a seguir siendo fútbol, habrá contacto, estar pegado al delantero, si le tengo que meter tendré que hacerlo. Eso no va a poder cambiar».
Precisamente por eso hay ideas que deberían implantarse y de las que se está hablando, referidas a que se permitan más cambios durante los partidos o más parones para hidratarse. «Han salido varias propuestas como aumentar los cambios, el número de jugadores que vayan a cada partido, de que haya parones para hidratarse. Son ideas que va dando la gente, cambiar los horarios porque vamos a jugar en verano y no se puede jugar a las doce, las cuatro o las cinco de la tarde. Es imposible. Habrá que cambiar varias cosas, sentarse y llegar a un acuerdo que beneficie a todos o que perjudique al menor número posible».
José Romera coincidió en lo que asegura la mayoría de jugadores, no sólo de la UDA. La competición debe resolverse en el campo. «Por eso, para mí, que la siguiente temporada se tenga que modificar o rehacer un poco sería lo conveniente, si es necesario para acabar esta. La manera más justa es jugando los partidos. Si tenemos que jugar cada 72 horas o alguna que se tenga que jugar cada 48 habría que consultar para ver si se puede hacer, pero de manera extraordinaria. Cuando tenemos una competición normal, de semana en semana, a las 48 horas es cuando el jugador peor se encuentra después del partido. Volver a jugar a las 48 horas en tu peor momento es complicado. Se podría hacer de modo extraordinario, pero lo mínimo serían 72 horas».
Y siempre con el problema del tiempo porque hay que pensar también en la próxima temporada. «No sabemos lo que va a pasar. Habría que ver si la temporada siguiente se puede agrupar tanto. En Segunda podrían apretarla y que se jugara, pero en Primera sería distinto porque tienen competiciones europeas y para los clubes que juegan en Europa es muy complicado meterle diez partidos en un periodo de seis o siete meses. Ellos tienen partido cada tres días. A día de hoy no podría contestar si meternos hasta septiembre u octubre. Depende de cómo se dé la temporada que viene. Si hay posibilidad de que se haga un formato concreto... Lo más importante es acabar la Liga».
Una situación que lo más seguro es que tenga que realizarse a puerta cerrada. «Va a ser algo muy extraño para todos, parecerá que estamos en un entrenamiento, pero esto es algo extraordinario. Vamos a tener que afrontar medidas extraordinarias y si la salud permite que vaya la gente a los campos y en vez de que haya diez mil que sean tres mil para que no haya contacto y tanta cercanía, perfecto, pero va a depender de la salud de los aficionados y cómo esté la salud global. Es importante que haya aficionados, pero no lo podemos saber a día de hoy».
Y mientras, el lío se apodera entre los distintos estamentos. Federación, LaLiga y la AFE no se ponen de acuerdo en cómo solventar la actual situación. Romera, como representante de la plantilla indálica, aconsejó que «deberían sentarse y llegar a un acuerdo, aunque es imposible llegar a un acuerdo concreto porque no sabes qué va a pasar y esto es hablar por hablar. Depende un poco del Gobierno y de la transmisión del virus, si se ralentiza un poco, si los números bajan, si se ve la posibilidad de que haya seguridad en la vuelta al trabajo. Va a depender un poco de cómo evoluciona el virus, lo demás es que ellos tienen que hablar porque necesitan tener una decisión tomada por si se puede volver a reanudar. Todos vamos a poner de nuestra parte, tomar medidas que en unos casos normales no nos gustaría tomarlas, pero tanto LaLiga, la Federación o los jugadores vamos a tener que aceptar cosas que normalmente no era lo que habíamos planificado».
Puso el ejemplo de una pretemporada más corta, «después de haber estado un mes y pico parados y luego jugando cada 72 horas. Estamos preparados, pero no está en nuestra cabeza tener que estar jugando cada 72 horas. Estoy dispuesto a aceptar algunas cosas, pero que también LaLiga y la Federación tienen que aceptar otras para que todo pueda volver a llevarse a cabo».
Sin olvidarse de resolver lo que puede pasar con los futbolistas cuyo contrato acabe el 30 de junio. «Es una situación rara. No se ha aclarado qué va a suceder. Primero querrán aclarar el tema de que se pueda jugar, de lo que se tiene que garantizar. Ellos estarán mirando ya, supongo. Es una situación un tanto rara que a mitad de la temporada se acaben los contratos y la gente tenga que volver a sus equipos. No sé si cada jugador tendrá que negociar individualmente con el club, el que sea cedido con los dos clubes. Si se reanuda la Liga van a aparecer muchas cosas que van a ser extrañas».
El caso des que esta situación responde a lo inesperado de la misma, pero sí es cierto que el proceso está durando más de lo esperado. «Está siendo un proceso muy largo. Ninguno se esperaba que esto fuera a ser tan largo. La gente lo avisaba y lo decía que era más grave de lo que pensábamos. No se vislumbra ninguna luz y estamos aún con la incertidumbre de qué va a pasar. A expensas de que el virus remita un poco».
Una situación a la que resulta complicado adaptarse y para la que la presencia de un psicólogo, como lo tiene la UDA, puede ayudar. «Nos va enviando tareas, documentos que ha estado escribiendo para que les echemos un vistazo. Nos envía instrumentos para en estos momentos, pero es el mismo material que serviría para todo el mundo, cosas de cómo saber llevar mejor el confinamiento, de pasar mejor los días y cosas así».
Lo que sí explicó el valenciano que es distinto es lo de adaptarse al momento, con tanto tiempo en casa que no extraña a su hijo aunque sí le llene de alegría por tenerlo todo el día en casa. «Lo de los horarios intento cumplirlos como antes. Por mí porque es saludable y por hijo también porque si empiezo a cambiarle los horarios de que esté a la una de la mañana despierto y luego se levante a las doce, lo vuelve loco».
Sí que la situación provoca algunas alteraciones. «No soy muy de soñar, pero el sueño que he tenido estaba envuelto en un asesinato. Imagínate cómo tengo la cabeza. Nada más despertarme se lo he contado a mi mujer porque dicen que cuando lo cuentas no se cumple».
No le hace diferente a cualquier persona. Incluso cuando hay que tratar de desposeer al resto de personas que no son del mundo del fútbol de prejuicios sobre 'riqueza' y lujos. «Es un mal que tenemos en el mundo del fútbol. Cuando oyen la palabra futbolista se imaginan un chalé de mil metros cuadrados con su piscina, sitio parar correr o para montar un campo de fútbol. Vivimos en una realidad totalmente distinta. Vivimos como todas las personas, en un piso, unos con terraza, otros no, unos en un adosado... No tenemos para decir que tenemos la vida resuelta para mí, para mis hijos y para mis nietos. Necesitamos nuestro trabajo. La gente tiene una visión errónea por lo que estamos acostumbrados a ver en televisión».
José Romera, como capitán de la UD Almería, no quiso dejar pasar la oportunidad para agradecer a Turki Al-Sheikh «su gesto, porque me parece de una calidad humana enorme y creo que dice mucho de la forma de ser que tiene y de la manera de actuar y todo lo que está dispuesto a dar por la UDA y por la ciudad».
El chirivellense explicó los motivos que han llevado al club a adelantar las vacaciones y aprovechar este confinamiento para su 'disfrute'. Así, relató que «la versión que dio el club es un poco que no sabe qué va a pasar, un poco de incertidumbre sobre qué va a proponer LaLiga, qué va a obligar a cumplir. Así, se ve entre la espada y la pared a ver si se puede reanudar todo, se acaba y nos va a dar diez o quince días de margen entre una temporada y la otra». El valenciano puntualizó que «los jugadores, por convenio, tienen una cantidad de días de vacaciones que tienen que cumplir. Por eso lo plantearon así. Si LaLiga nos da la opción de tener tres semanas entre temporada y temporada, el club no va a tener inconveniente en darnos las vacaciones para que cada uno se pueda ir y disfrute un poco de unas vacaciones reales».
El lateral unionista también destacó el privilegio que supone estar en la UDA, donde nunca se planteó un ERTE, cosa que sí han hecho otros equipos, incluso 'sagrados' como puede ser el Barça. «Estar en la UD Almería es un privilegio por las condiciones y por todo lo que conlleva». Y es el sentir de un equipo que ha salvado, por esa medida 'extraordinaria', un trance económico que podría ser complejo de acatar. «El tema del ERTE, en el fútbol, es una medida extrema. Los clubes primero están intentando llegar a otro tipo de acuerdos y cuando no tienen ninguna posibilidad financiera la última medida que están cogiendo es la del ERTE».
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