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Y menos mal que al final se logró empatar, pero el Almería está donde está por un déficit que tiene nombre y apellidos. De un lado, el equipo indálico demostró el pasado sábado, en el duelo frente al Valencia, que esa 'nomenclatura' no se acoge a casualidades. La explicación es contundente en el debe y en haber de cada uno de los partidos disputados en este inicio de temporada. Ante el conjunto che, el sábado, vivió otra pesadilla con el gol, el que no marca y el que encaja, un aspecto que le condena a estar 'con los dos pies firmes' en el último puesto de la tabla de clasificación, cuando en condiciones normales debería ocupar otro lugar en la misma después de haberse enfrentado a un equipo como el Real Madrid o al propio Villarreal, uno compitiendo en la Champions, que además es líder de la categoría, y a otro que está en la Europa League, aunque no le haya cogido el aire a la competición, como lo demuestra la destitución de Quique Setién justo antes de que los castellonenses jugaran el partido frente a los rojiblancos.
El fútbol no entiende, ni ha entendido nunca, de lo que en los últimos años se ha puesto como parapeto para justificar sobre todo las derrotas y no es otra cosa que las dichosas sensaciones. Que sí, que valen para hablar de algo que no tiene nada que ver con hablar de victorias, pero lo cierto es que las sensaciones, si no casan con los goles, no dan triunfos. Dependiendo del 'catón' que habla del estilo de juego, está más que claro que las sensaciones no han servido para conseguir puntos. Apuntaba Fran Martínez (@LaLigaenDirecto) en @relevo que el equipo indálico es el tercero que más remata del campeonato, sólo superado por Real Madrid y Barcelona, perdiendo un puesto en lo que se refiere a los que, de esos lanzamientos, van a portería, siendo también el cuarto equipo de Primera División que más crea, tras Barça, Athletic y Girona, pero el problema llega cuando hay que 'embocar' y ahí es el segundo que más falla y el tercero con peor porcentaje en lo que a convertir en gol sus disparos se refiere. Números que le sitúan como uno de los peores de las grandes Ligas europeas.
Y, al contrario, también ocurre, de tal manera que los rojiblancos conceden poco, pero es tal el 'desacierto' en la gestión de los movimientos rivales en área propia que concede más goles de los que debiera, más allá de estadísticas que hablan de tantos esperados y tantos anotados, con déficit cara al marco rival y con superávit en lo que se refiere a conceder oportunidades en la portería propia. De todo eso, se desprende que el Almería es un equipo con llegada, como se asegura, que genera, pero que no consigue acertar, y que lo que concede en tareas defensivas supera las 'expectativas'.
La UDAlmería es uno de los equipos que más dispara a portería contraria. Lo demuestran los 93 lanzamientos realizados en lo que va de campeonato, que supone una media por partido de 15,5 intentos ejecutados, sin entrar a calibrar la dirección de los mismos. Curiosamente, en el partido que menos lo intentó que fue en el Nuevo Mirandilla de Cádiz, consiguió sumar un punto. El déficit está en los disparos que van dirigidos a portería rival, pues el conjunto indálico 'acierta' en la dirección correcta el 40%, que no está mal de todos modos. Sucede, sin embargo, que de los lanzamientos con destino correcto sólo acaban en gol el 18%.
Al contrario, en lo que se refiere a la defensa de su portería, el conjunto almeriense concede menos disparos, 18 menos que los que realiza, pero sí que es cierto que van mejor dirigidos porque supone un 42,85% de los que van dirigidos entre los tres palos que han defendido Diego Mariño, en el partido frente al Rayo Vallecano, y Luis Maximiano en los cinco partidos restantes. Y si en el acierto cara al marco rival está uno de los problemas, el otro aspecto que supone un impedimento es la necesidad de marcar más de un gol para ganar porque los rojiblancos encajan casi el 40% de los disparos que reciben.
El partido ante el Valencia dejó claras ambas situaciones y la diferencia entre lo que supone el error del rival en su área y el propio en la que defienden los indálicos. Ahí estriba la diferencia que justifica, en un porcentaje amplio, las derrotas, aunque el por qué tiene otras respuestas como pueden ser el manejo de los cambios, que puede debilitar y, de hecho, debilita porque deja zonas del campo en las que hay inferioridad o el de las alineaciones de inicio.
De todas formas, esas decisiones corresponden al cuerpo técnico y que se realizan atendiendo a los entrenamientos que realiza el equipo y al rendimiento de quienes son los elegidos. Lo cierto es que el sábado, frente al conjunto che, 'destaca' la salida del terreno de juego de jugadores como Dion Lopy y que su sustituto fuera Ibrahima Koné. La decisión de introducir al maliense no es mala, pero sí el futbolista sustituido, que estaba cuajando un excelente encuentro, como pasó también en Villarreal, y su salida debilitó el centro del campo.
Yla lectura va más allá en otras decisiones que no están 'cuajando' y que coinciden con esa sensación de 'ingravidez' que muestra el equipo en diversas fases del juego, dando la sensación de estar en caída libre. El caso es que hay jugadores como el propio Fernando o, incluso, Kaiky Fernandes que merecen una oportunidad. De todas formas, el murciano no lo hizo mal la temporada pasada y hay quien pregunta por su suplencia.
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