Un clavo saca otro clavo

Aunque con problemas en cuanto a pérdidas -más de dos tercios del total de 'cesiones' fueron en el primer tiempo-, en la segunda parte cambió el decorado. El equipo fue haciéndose más grande, empequeñeciendo a un Málaga sin capacidad de respuesta. El tercer gol no llegaba. Sadiq se desesperaba hasta que un pase de César de la Hoz le puso en la 'escalera' del pódium -el firmado en La Rosaleda colma lo que Gomes dijo cuando se le fichó, por ser el decimoquinto-. Se subió porque, sin entrar en el primer intento, lo hizo en el segundo, a pase de un 'creador' como Morlanes. El balón en la red era centrifugado y secado a la vez. Cuando Ávalos Barrera 'cortó la luz', la camiseta estaba roja, por el esfuerzo, y blanca por la claridad con la que el Almería cerró la presión que López Toca y Sagués Oscoz habían instalado en el m. 99 del partido del sábado. La UDA se sacó el clavo de un 'clavazo'.

El partido nació con la incomodidad como factor determinante para la UD Almería. El Málaga, sin presión, puso en aprietos a los indálicos con Benkhermassa no llegando por poco a un balón centrado desde la banda derecha con sólo dos minutos de juego. Al equipo rojiblanco le duró poco el balón frente a un Málaga que se acercó con más insistencia. Sin embargo, golpeando sin daño. La primera ocasión clara rojiblanca acabó en gol, en el 11. José Carlos Lazo robó el balón y se 'montó en la moto' para aprovechar la superioridad con un balón hacia Robertone, que subía por la derecha, para dar dos pasos y, con la derecha, batir a Dani Barrio por el 'palo corto'.

El gol reactivó al conjunto malaguista, que buscó portería por medio de Joaquín Muñoz, primero, y las más cercana a la hora de encontrarla, en el 18, en la que mandó el balón para Caye Quintana que, desde casi el vértice izquierdo del área defendida por la UDA, disparara por encima del larguero.

El Almería jugó cómodo, pese a todo, por la ventaja. En otra acción a la contra y otro robo de balón en la zona de medios de la UDA, el balón le llegó a Sadiq Umar, derribado por Juande en el área, pero por lo mismo que la falta sobre Maras del sábado fue penalti, la caída de Sadiq en esa acción fue por el 'soplo del viento'. El Almería cerró el debate, ni siquiera permitió que se hablara. José Carlos Lazo, 'on fire', recogió un balón lejos del área y desde unos 40 metros se sacó un 'latigazo' que sorprendió a Dani Barrio para poner el 0-2 en el marcador.

El Málaga buscó a Caye Quintana, pero la finalización no fue la mejor. Primero porque su disparo se marchó fuera y, después, porque el Almería tiró bien el fuera de juego y el delantero blanquiazul pisó terreno prohibido y muy bien controlado por los de José Gomes, en una primera parte con muchas pérdidas indálicas que el Málaga no consiguió aprovechar.

Por eso, de salida en la segunda parte, José Gomes trató de buscar ese equilibrio con la entrada de César de la Hoz en lugar de Lucas Robertone que había hecho un buen trabajo en la primera parte, pero que se retiró al descanso con molestias. En esa segunda parte, el Málaga comenzó dando 'toques' de atención. El primero, claro, en el 52, con un disparo de Luis Muñoz que despejó Giorgi Makaridze y el balón le cayó a Caye Quintana que marcó, pero en fuera de juego.

La tibieza del Málaga dio sensación de no hacer daño. El Almería tampoco mostró la profundidad por banda de otros días, si bien es cierto que Sergio Akieme, en el 62, pudo hacer daño, pero Ávalos Barrera vio falta en la internada del parleño. Con Corpas por Brian Rodríguez, el Almería trató de provocar llegada por la derecha, con poca participación de un Sadiq Umar revolucionado y ansioso por conseguir el gol.

Siguió tocando y encontrando respuesta el técnico rojiblanco que vio cómo Sadiq saciaba su sed de gol en el 77, tras un buen servicio de César de la Hoz, que el nigeriano intentó finalizar, ante la salida de Dani Barrio, pero su disparo fue sacado bajo la línea de Alexander González, pero el balón le cayó a Morlanes que, con el frac, se lo puso al máximo goleador rojiblanco que puso los quince goles que José Gomes dijo que marcaría. Lo hizo con sutileza, con un leve toque para poner el tercero.

Ahí se acabó el partido. El Málaga no dejó de intentarlo, pero fue presa de la misma tibieza con la que actuó antes de esa sentencia. Sin pegada y siempre rotas sus opciones por el buen trabajo en defensa de los rojiblancos, que con madurez tampoco dejaron de intentarlo, administrando los tiempos y manejando el partido con madurez para no sufrir. El duelo de la trigésimo segunda jornada habla de la vuelta indálica a las 'andadas', las del buen camino.