![Los cuatro partidos sin ganar del Almería, ¿crisis o mal momento pasajero?](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2025/02/11/Depor-UDA%20(25)-kvg-U230818876659wNI-1200x840@Ideal.jpg)
![Los cuatro partidos sin ganar del Almería, ¿crisis o mal momento pasajero?](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2025/02/11/Depor-UDA%20(25)-kvg-U230818876659wNI-1200x840@Ideal.jpg)
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La UDAlmería no encuentra el rumbo. Después de cuatro jornadas sin conocer la victoria, los rojiblancos empiezan a generar dudas tanto en su afición como en los análisis externos. Los dos empates en casa, frente a Huesca –hizo internacional al cancerbero oscense– y Real Oviedo, y las derrotas sufridas fuera contra el Albacete y el Deportivo de La Coruña –en ambos casos dejando correr el tiempo sin hacer nada noticiable en el aspecto positivo– dejan al equipo en una posición incómoda –positivo que al menos no pierda plaza en la zona de playoff de ascenso–, más aún considerando las expectativas con las que inició la temporada. A pesar de que el curso está aún en sus fases intermedias, los números, el juego y las sensaciones no acompañan, lo que ha encendido las alarmas.
Pero, ¿qué está pasando con este Almería? ¿Es este un bache propio del arranque de la competición o el comienzo de una crisis más profunda? También es cierto que Rubi tiene que lidiar con un equipo en el que faltan mimbres y no ha visto bien reforzarse en el mercado invernal, con tan sólo la llegada del centrocampista Selvi, que no llegó a aparecer en el partido del domingo en Riazor.
Un arranque lleno de dudas
Tras cuatro partidos, el Almería acumula dos empates y dos derrotas, con un balance de goles discreto y, lo más preocupante, sensaciones que no invitan al optimismo. Los empates en el UD Almería Stadium, frente a rivales como el Huesca y el Oviedo, son especialmente difíciles de digerir, con el envite frente al Huesca haciendo méritos para haber ganado, aunque sujeto al destino final de la dichosa 'pelotica'. En ambos encuentros, el equipo tuvo momentos en los que pareció tener control del partido, pero la falta de contundencia en ataque y ciertos errores defensivos le pasaron factura. Estos resultados, aunque no catastróficos, dejan un sabor amargo porque no sumar de tres en casa contra equipos que también luchan por los puestos altos puede marcar la diferencia al final de la temporada.
A esto se suman las derrotas fuera de casa contra el Albacete y el Deportivo. Ambos son rivales de entidad, con historia y experiencia en la categoría, pero el Almería no sólo perdió, sino que en momentos importantes de los partidos se mostró superado táctica y anímicamente. Le faltó competitividad en los momentos clave, algo que preocupa a su cuerpo técnico y a su afición.
Gran parte de los problemas del Almería pasan por el terreno táctico. El equipo parece no haber encontrado aún un equilibrio entre defensa y ataque, algo fundamental en una Liga tan competitiva como ésta.
La zaga está mostrando desajustes importantes. Ya sea por falta de comunicación entre los centrales o porque los rivales encuentran con facilidad espacios por los que meterle mano. El equipo parece vulnerable en transiciones rápidas. Esto no sólo facilita que los rivales generen ocasiones, sino que también afecta psicológicamente, ya que encajar goles temprano o en momentos clave mina la confianza.
Desconexión en mediocampo
El mediocampo del Almería no está logrando dominar los partidos. En fases ofensivas, la transición entre los volantes y los delanteros es lenta y predecible, lo que permite a los rivales replegarse fácilmente. Además, en tareas defensivas, los centrocampistas no están siendo efectivos en la recuperación, dejando demasiada responsabilidad a los defensores.
En Riazor, la intención de jugar con Lázaro Vinicius y Nico Melamed supuso una desventaja porque su cometido para ayudar a Marc Pubill y Bruno Langa tuvo puntos negros con el equipo partido, como ya pasó en Albacete o contra el Real Oviedo, en la primera parte,
En el último tercio del campo, el equipo se muestra plano y sin creatividad. Las jugadas se repiten y no logran sorprender a las defensas rivales. Además, la falta de contundencia en los remates agrava la situación.
El entrenador tiene mucho trabajo por delante. Una solución podría ser apostar por un esquema más compacto, sacrificando algo de presencia ofensiva para reforzar la solidez defensiva. Sin embargo, esto implicaría cambios significativos en el planteamiento actual y en algunos roles dentro del equipo.
El factor anímico
Si los problemas tácticos son evidentes, los anímicos no se quedan atrás. Cuatro partidos sin ganar no sólo afectan la moral del equipo, sino que empiezan a generar un clima de tensión sobre todo fuera del vestuario indálico.
El cuadro rojiblanco parece jugar con cierto miedo a cometer errores en cada acción, en ataque y sobre todo en lo que respecta al trabajo defensivo. Este temor hace que los jugadores no arriesguen en momentos clave, perdiendo oportunidades de cambiar el rumbo de los partidos.
Los empates cosechados en casa –son tres consecutivos se se añade el cosechado frente al Cádiz– han generado malestar en los aficionados rojiblancos, quienes esperan que el UD Almería Stadium sea un fortín, si bien es cierto que no están todos los que son, como quedó demostrado ante el Real Oviedo, con una asistencia que no casa con lo que se habla en redes sociales, sobre todo. Si el equipo no logra responder en los próximos partidos, esta presión externa puede convertirse en un problema mayor.
Perder fuera de casa es algo que puede suceder, pero cuando las derrotas se acumulan y el equipo no encuentra soluciones la frustración comienza a hacer mella. Los líderes dentro del vestuario tienen que tomar un rol más activo para levantar al grupo, ahora con dudas.
El foco
En estos momentos, el foco también está sobre el entrenador, el menos culpable de la situación. Las decisiones tácticas de Rubi y su capacidad para gestionar al equipo serán clave para revertir esta situación. Sin embargo, algunas de sus elecciones han generado dudas. Por un lado, se le critica por su insistencia en ciertos planteamientos que no están funcionando. La falta de variantes ofensivas y los cambios tardíos durante los partidos han sido señalados como errores recurrentes, sobre todo cuando hace unos días, después de 33 de mercado invernal, no se ha subsanado la dependencia del equipo al respecto de algunos jugadores. Por otro, su discurso público, aunque intenta transmitir calma, no parece estar teniendo el efecto deseado en el grupo. El entrenador tiene ahora un doble desafío: encontrar soluciones tácticas rápidas y recuperar la confianza del equipo. Con sólo dos refuerzos que estaban 'dentro' como Lázaro Vinicius –cedido en Brasil– y Lucas Robertone –lesionado–, el equipo no ha dado ese paso al frente que se necesita para evitar este tipo de situaciones.
El calendario no espera y el Almería tiene por delante una serie de partidos que serán cruciales para definir su rumbo esta temporada. Especialmente en casa, no se puede permitir dejar escapar más puntos. Una victoria en el próximo partido no sólo serviría para sumar, sino que podría ser el punto de inflexión que el equipo necesita. Un Elche enchufado acude al recinto indálico el próximo lunes, con la UDA sin poder hacer lo que necesita en este tipo de situaciones, que es acortar los días para jugar y borrar sensaciones. Siempre se ha dicho que para limpiar un tropiezo es aconsejable jugar pronto y tendrá que esperar ocho días.
Si el Almería no logra revertir esta situación pronto, el riesgo de quedarse descolgado en los puestos de privilegio es real. En una categoría tan competitiva, las rachas negativas pueden ser difíciles de superar si no se cortan a tiempo.
¿Qué está pasando?
Aunque aún es pronto para hablar de crisis total, el Almería está en la cuerda floja. Lo que suceda en las próximas dos o tres jornadas será determinante. Si logra sumar puntos y mejorar su juego, este inicio se recordará como un bache inicial. Como decía Tony Nadal de Rafa, sufrir es malo, pero es bueno haber sufrido. Sin embargo, si las derrotas y los empates se acumulan, la temporada podría convertirse en una pesadilla.
Por ahora, el equipo tiene en sus manos la oportunidad de cambiar la narrativa. La pregunta es si están preparados para dar el paso adelante.
De momento con, como se ha dicho, con los mimbres justos por dejar pasar una ventana sin incorporaciones de jugadores, más allá de los nombres, que permitieran al equipo mostrar otra 'cara'. La enseñada no da para alegrías.
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