Si Félix Rodríguez de la Fuente levantara la cabeza y viera cómo ha cambiado la fauna de la Península Ibérica, se volvería a los años 70 en los que tan feliz fue. Aquella águila imperial de la que con tanta admiración hablaba el director de « ... El hombre y la Tierra», o el lobo ibérico que tanto amaba y que a los niños de la época nos hizo sentir como un animal noble y bueno, han dado paso a una fauna más grosera, vulgar, zafia y degradada. No son animales, pero lo parecen.
El partido del Bernabéu, en el que los únicos perjudicados y abusados fueron los almerienses, ha dado paso a una serie de víctimas inesperadas convirtiendo a los de Garitano en verdugos. El mundo animal es así, hoy eres depredador y mañana presa. El ciclo de la vida. Pues eso mismo.
El Barça y su 'seny', ese con el que no tuvieron pudor en menospreciar al Almería, gritando de forma masiva en Montjuic aquello de ¡a Segunda! porque los insignificantes rojiblancos se atrevieron a discutirle la victoria, dicen ser ahora los perjudicados por el 'suceso' del Bernabéu. Ya no existe Negreira, sólo el atraco que el Madrid y el chico del 'high behind' hicieron al Barça en Chamartín. No al Almería, no. Al Barça. No al Girona, no. Al Barça. Manda huevos, como diría el ministro aquel, el de Perejil. Y ahí asoman los primeros especímenes de la nueva fauna, española muy a su pesar. Xavi y su análisis pospartido. Eso sí, de otro partido, no del suyo. Laporta, henchido de bilis, entre otras cosas. Y un puñado de periodistas de cámara y miles de temporeros de las redes sociales, convencidos desde su jaula de que opinan con total libertad intelectual. Pues sí, el Barça se presenta como víctima del atropello que llevó al hospital al Almería. Ese Almería al que en Montjuic menospreciaron, primero, y despreciaron, después, y al que hoy se agarran y utilizan como solidario hermano mancillado para justificar su causa. Fíjate tú que una sola disculpa habría hecho olvidar aquel agravio. Seny.
Y el Madrid y su señorío, ese que, con vergüenza imposible de disimular por Ancelotti, trató de convertir en lógica la premeditada incongruencia del tal Hernández que, en su pretendida reconciliación con Real Madrid Televisión, faltó a la dignidad de su compañero de campo, pardillo para más señas, y al respeto a la UDA y al fútbol. También a la legalidad, por cierto. Y fue precisamente esa tele blanca la que, viendo como el 'suceso' del Bernabéu podía suavizar el arma letal de Negreira e igualar las fuerzas en la indigna batalla de los poderosos, editó un video infame para convertir a los merengues en el osito de Norit sufriendo maltrato animal por parte de los depredadores rojiblancos. Ese video, que circula por ahí para alimentar la común neurona de los seguidores más irracionales, que son legión, sería graciosísimo si lo hubiera editado José Mota o Los Morancos. Pero no, fue un movimiento perverso para mantener viva la llama del odio que viaja de ida y vuelta de Barcelona a Madrid arrasando a los que se crucen fortuitamente, en este caso la UDA.
La fauna blanca, en la que los más racionales y cabales callan – qué pena, porque seguro que en su fuero interno desearían haber perdido y que el chico 'high behind' se hubiera estado quieto-, ofrece especímenes con forma de periodista o comentaristas y alma de hiena. Hay muchos, demasiados. Y, además, siempre nos quedará Guti. Ay, Guti, Guti. Nuestro viejo amigo Guti. El 14. Con sus comentarios prescindibles para alguien de su categoría como futbolista y de su pasado reciente.
Hay otra víctima más, oiga. El árbitro como figura neutral, preparado e independiente. Resulta que hemos asistido todos, a base de audios, al descontrol que se traen entre manos. A la arbitrariedad con la que actúan sin más criterio que la ocurrencia, intencionada o no. Y, mira por dónde, resulta que sienten violada su intimidad al filtrar alguien esos audios que los dejan con el culo al aire. Menuda fauna.
Y Tebas, callado. Me apuesto a que también es víctima. Aunque muchos lo vemos más como un lobo sin la nobleza de los viejos documentales. A la espera quedo.
De verdad, que hartura de UD Almería. Cuánto daño ha hecho al fútbol español. Al Madrid y su bandera. Al Barça y su ADN. Al estamento arbitral y su digna neutralidad. Al tobillo de Bellingham. A la dignidad de Guti, despedido sin valorar su aura. En fin, que la Segunda División es poco castigo para la peña esta del Indalo.
Ay, amigo Félix. Cuánto se te echa de menos.
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