Suspiro del moro

Mira que Granada es bonita. Mira que compartimos cultura árabe y otras muchas. Mira que tiene monumentos y momentos famosos en su historia. Uno de ... ellos, aquel de Boabdil el Chico cuando, entregada la ciudad a los Reyes Católicos miró hacia atrás, contempló la ciudad y suspiró. Y su madre le dijo unas cosas, uy qué cosas dijo la 'mamma', pero qué cosas vistas con la lupa actual. En fin, no las diré yo porque si no me revisan este artículo desde algún ministerio. Total, que la bella Granada tiene un equipo de fútbol bastante feo y en eso nos igualamos. Muy mala pinta tienen nazaríes e indálicos, incapaces de defender su plaza. Como Boabdil en 1492. Firmaron una oda al disparate. Un partido impropio de Primera. Casi indigno. Porque la defensa es un arte esencial para cumplir objetivos y ayer no triunfaron las delanteras sino que se retrataron, otra vez más, los sistemas defensivos. Un horror, oiga. Volviendo a 1492 que, visto lo de ayer casi es lo mejor, en aquel instante fue el joven emir el que suspiró de lo lindo. Ahora el que suspira es Turki. Pero a lo bestia. Consta su tremendo cabreo. Pero muy tremendo. Y eso que todavía no había visto la segunda parte frente al Granada y la lesión de su mejor jugador. Pero la verdad es que ha llegado el momento de que nuestro amado líder, jeque de la creciente Arabia Saudí, hijo del desierto como nosotros, de otro más grande pero desierto al fin y al cabo, hable claro y gestione este momento de angustia. Porque es ahora cuando realmente se hace necesario para centrar a las gentes rojiblancas, noqueadas y sin rumbo fijo. Está bien lo de suspirar, sí, pero así no se defiende al Granada. Ni al Betis, ni al Cádiz, ni al Alavés…