Algunos componentes de la selección en la piscina. CBF
UD Almería

Kaiky y Lázaro se quedan sin jugar por el terremoto

La selección sub-23 de Brasil tenía previsto jugar un segundo partido contra la sub-23 de Marruecos esta noche

Juanjo Aguilera

Almería

Lunes, 11 de septiembre 2023, 13:06

Los rojiblancos Kaiky Fernandes y Lázaro Vinicius han sido testigos casi directos del terrorífico desastre vivido en Marruecos, que se ha cobrado la vida de más de dos mil personas. Los dos jugadores de la UD Almería están concentrados en Fez, a más de 500 kilómetros del epicentro del terremoto del seísmo de magnitud 7 en escala de Richter que afectó sobre todo las cercanías de Marrakesh.

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Los dos jugadores rojiblancos participan con la selección sub-23 en la preparación de los Juegos Panamericanos, que tendrán lugar en octubre, pero sobre todo en el preolímpico para París que no tiene una fecha concreta pero que podría ser a finales del mes de enero. Por ese motivo, la selección dirigida por Ramón Menezes se concentró en Fez la pasada semana para disputar dos encuentros amistosos. El primero, donde ganó Marruecos, estuvieron como titulares los dos jugadores rojiblancos, con Kaiky disputando el partido completo. Sin embargo, el que estaba previsto llevar a cabo hoy no se disputará al haber sido suspendido. En principio se había acordado jugarlo a puerta cerrada y sin televisión, pero la federación marroquí había decidido cancelarlo.

La seleçao, con los dos jugadores de la UD Almería entre sus convocados, está alojada en un hotel de Fez, a más de 500 kilómetros del epicentro del seísmo. Estaban en sus habitaciones cuando se produjo el temblor, lo que hizo que todos saltaran de la cama y fuesen conducidos a la piscina del hotel donde están concentrados., pasando más de una hora en aquel espacio abierto, sin lamentar daños personales de ningún tipo.

El coordinador técnico de las categorías inferiores de la CBF, el exjugador Branco, explicó que «sentimos un temblor muy fuerte, una sensación terrible. La cama empezó a balancearse de un lado a otro. También vi los candelabros balanceándose. Lo descubrí enseguida, ya me había pasado por esto tres veces. Pero éste era fuerte. Corrí al armario, agarré mis móviles y mi pasaporte y salí corriendo, llamando a los deportistas para que bajaran las escaleras en busca de refugio», explicó.

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