Arrantzale, taberna de pescadores con sabor a puerto viejo

El veraneo costero transformó la economía del País Vasco y alteró la fisonomía de pueblos hasta entonces modestos y tranquilos como Portugalete, Santurce o Getxo. Si recalan ustedes en este último municipio vizcaíno tendrán la oportunidad de viajar momentáneamente en el tiempo y degustar el pasado marinero de la ría del Nervión: vayan de mi parte a la taberna Arrantzale (Portuzarra, 3) y disfruten de esa pequeña parte de nuestro pasado que encarna el Puerto Viejo de Algorta. Cojan sitio en la terraza, a la fresca sombra de los árboles, y aspiren el olor del mar. Miren las casas blancas, los balcones verdes e intuyan cómo era Bizkaia antes de Guggenheims y Altos Hornos. Aprovechen que es verano y pidan joyas de temporada: pimientos verdes del país, txipirones, ensalada de tomate o ventresca de bonito.

Ya imbuidos en el ambiente, prueben las anchoas rebozadas, los mojojones (mejillones) o un señorial bacalao a la vizcaína. No perdonen las rabas, si las hay, ni la tortilla de patatas o el pulpo. No olviden tampoco el foie: aquí el hígado de pato es marinero y lo que él quiera.