![«La belleza del pueblo, la naturaleza, la gente, esa pasión por el arte actual...»](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202208/08/media/cortadas/vivir-extranjeros-8-agosto-kYxD-U170911906676n1G-624x385@RC.jpg)
«La belleza del pueblo, la naturaleza, la gente, esa pasión por el arte actual...»
extranjeros en españa ·
Benjamín Ramírez y Ross Russell México y Estados Unidos: «Lo que pasa en Genalguacil es algo único en el mundo»Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
extranjeros en españa ·
Benjamín Ramírez y Ross Russell México y Estados Unidos: «Lo que pasa en Genalguacil es algo único en el mundo»Javier López
Lunes, 8 de agosto 2022, 00:11
A veces el azar dicta su ley para cambiar una vida sin remedio. Sucedió hace ahora ocho años, quizá un poco antes, cuando Benjamín Ramírez empezó navegando por Internet y terminó volando sobre el Atlántico para ir desde la costa oeste de Estados Unidos hasta ... el corazón de la Serranía de Ronda en Málaga. Más de nueve mil kilómetros separan ambos puntos en el mapa y, sin embargo, la distancia desapareció al poco tiempo de llegar allí junto a su pareja, Ross Russell. «La belleza del pueblo, la naturaleza, la gente, esa pasión por el arte actual... Lo que pasa en Genalguacil es algo único en el mundo», comparten Benjamín y Ross en una videollamada de Skype desde San Diego (California). Allí tienen una de sus tres residencias. Hay otra en la localidad mexicana de Mérida. Y la tercera espera cada verano en la plaza de la Constitución de Genalguacil, en el epicentro mismo del pueblo, sobre el mirador que brinda una panorámica de belleza implacable y serena.
La casa de Benjamín y Ross cierra la plaza principal de este pueblo de apenas 400 habitantes que ha hecho del arte actual la base de una estrategia sostenida en el tiempo para luchar contra la despoblación y el olvido institucional. No en vano, Genalguacil se ha ganado por derecho un lugar destacado en la escena del arte contemporáneo nacional e internacional con su presencia en ferias como Arco y JustMad y su inclusión en el Observatorio de la Cultura que elabora la Fundación Contemporánea con las principales citas e instituciones culturales del país.
Desde hace un cuarto de siglo, Genalguacil organiza cada dos veranos los Encuentros de Arte, en los que un grupo de creadores se muda al municipio durante las dos primeras semanas de agosto para realizar sus obras, que acaban incorporadas al paisaje y la colección del museo de la localidad. Esa bienal encontró acompañamiento hace una década con el proyecto Arte Vivo, que desde entonces se alterna en el calendario con los Encuentros para ofrecer todos los veranos una cita estival con selectas propuestas artísticas.
Arte y territorio «Nos enamoramos del pueblo; sobre todo, cuando vimos el esfuerzo que hacen todos para mantener ese proyecto en torno al arte contemporáneo».
La primera visita «Estuvimos un mes... Y nos encantó. Habíamos estado en Madrid, Sevilla, Toledo, Barcelona... pero nunca en Málaga».
Implicación con el pueblo «Ayudamos en lo relacionado con las relaciones públicas. Como somos bilingües, podemos atender a los visitantes internacionales».
El entorno natural «Cuando llegas a Genalguacil y ves esa naturaleza... ¡Uf, es algo espectacular!».
Vecinos por derecho «Fuimos por primera vez en el verano de 2014 y al año siguiente compramos la casa allí. No podíamos perder la oportunidad»
Benjamín presentó sus credenciales para la edición de Arte Vivo de 2014. No resultó elegido, pero recibió una invitación para protagonizar al año siguiente una exposición individual en el museo de la localidad. «Estuvimos tres semanas», recuerda. «Un mes», apostilla Ross a su lado. Cada uno sonríe al otro. Y sigue Benjamín: «Estuvimos un mes... Y nos encantó el pueblo. Habíamos estado en Madrid, Sevilla, Toledo, Barcelona... pero nunca en Málaga ni en Genalguacil. Y nos enamoramos; sobre todo, cuando vimos el esfuerzo que hacen todos para mantener ese proyecto en torno al arte contemporáneo».
Desde entonces, Benjamín Ramírez (Ciudad de México, 1945) y Ross Russell (Fayetteville, Pensilvania, 1954) regresan cada año a Genalguacil. De hecho, se han convertido en embajadores del pueblo malagueño. «Ayudamos en lo que podemos, sobre todo en lo relacionado con las relaciones públicas. Como somos bilingües, podemos atender a los visitantes internacionales en las ferias de arte donde ha participado Genalguacil o ayudamos en la recepción de las personalidades que visitan el pueblo», explica Ross.
«Es que estos eventos ya son internacionales», apostilla Benjamín. Este médico de formación y profesión estudió la carrera en Ciudad de México y luego amplió sus estudios en la Universidad de California. Se especializó en Toxicología y Medicina del Trabajo y en suelo norteamericano recibió una oferta laboral que no pudo rechazar. «Hice allí toda mi carrera. En 1979 nos conocimos en Filadelfia... Y desde entonces, ¡43 años juntos!», comparte Benjamín, que ha hecho convivir su profesión con su pasión por la creación plástica.
«Como artista siempre estoy buscando lugares donde exponer. Sé que hay muchos concursos, pero en este punto de mi vida quiero darle la oportunidad a otro tipo de proyectos. Para mí no es necesario participar, pero sin conocer Genalguacil, vi esa oportunidad y me presenté. Fue pura coincidencia», ofrece. «Cuando llegas a Genalguacil y ves esa naturaleza... ¡Uf, es algo espectacular! Jamás pude imaginar –sigue el artista mexicano– que un pueblo tan pequeño pudiera estar ahí, en mitad de la nada, con un proyecto tan importante en torno al arte contemporáneo. Es algo increíble. Y por si todo eso fuera poco, la gente del pueblo... La gente es increíble. Todos nos han recibido como si fuéramos parte de la familia».
«De hecho –hilvana Ross–, cuando llega alguien nuevo solemos decirle 'Bienvenido a la familia de Genalguacil Pueblo Museo'». Una familia unida en los buenos momentos y en los malos, como en el devastador incendio que asoló la sierra que rodea al pueblo a finales del verano pasado o el fuego que de nuevo calcinó el imponente paisaje de Sierra Bermeja a principios de junio. Benjamín y Ross niegan con la cabeza cuando recuerdan ambos sucesos, que les hicieron, más si cabe, estrechar los lazos con este pequeño municipio malagueño.
«Fuimos por primera vez en el verano de 2014 y al año siguiente, compramos la casa allí. Viviendo en México y Estados Unidos sabemos cuánto cuestan las propiedades, por eso cuando surgió la oportunidad sentimos que no podíamos perderla», brinda Ross sobre la casa en el corazón de Genalguacil que han convertido en su hogar español al otro lado del charco. «Estudié Matemáticas y Negocios –recuerda– y trabajé como asesor vinculado al sector tecnológico, nos mudamos en 2006 a Mérida... Fui uno de los primeros nómadas digitales durante nueve años y ahora estoy jubilado».
«Cuando contemplamos las vistas, en pleno corazón del pueblo, enfrente de la iglesia... La gente nos decía 'No van a poder dormir durante las fiestas', pero no fue un impedimento», cierra Benjamín, con la sonrisa de quien sabe que a menudo lo mejor es dejarse llevar por las corrientes del azar.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.