Castrillo de Murcia (Burgos): expertos en demonios
sitios extraordinarios ·
El lugar es famoso por la fiesta del Colacho, pero ha desarrollado una catársis colectiva en torno al diabloSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
sitios extraordinarios ·
El lugar es famoso por la fiesta del Colacho, pero ha desarrollado una catársis colectiva en torno al diabloTxema Rodríguez
Domingo, 24 de julio 2022, 00:07
En este pueblo al poco de venir al mundo te salta un diablo por encima. Se llama el Colacho y va vestido con una botarga amarilla. Eso ocurre el día grande de la fiesta, con las calles y balcones engalanados, cuando a los críos nacidos ... ese año los tumban en colchones por las calles y el personaje, con el salto, libra a las criaturas de posibles enfermedades. Hubo un tiempo en que la fiesta estuvo en peligro por la escasez de vecinos, pero ahora goza de buena salud y, aunque este año solo se ha registrado un nacimiento en el pueblo, nunca faltan los de paisanos, familiares y vecinos que se prestan a 'tumbar' al neonato para mantener viva una tradición de más de cuatro siglos. Que vete a saber cómo se originó, probablemente como un rito de fertilidad. Los nuevos tiempos, lejos de la austeridad de antaño, han traído al lugar una fiesta que gira, como una catarsis colectiva, en torno a los demonios y la victoria sobre el mal. Durante el fin de semana, el Colacho recorre las calles golpeando a los vecinos con una vara terminada en una cola de caballo y, aunque lleva una máscara, todos en el pueblo saben quién es y le insultan intentado molestar al demonio y que se arranque a correr por las calles. En la noche previa al día grande de la fiesta, sin la masa de visitantes atraídos por la popularidad del evento y con todas las luces apagadas, Castrillo de Murcia se transforma en una fiesta de fuego y personajes con cuernos. Es el signo de los tiempos, todo se alarga, en especial el ocio. La juerga se remata con una verbena sobre un escenario descomunal que apenas cabe en la plaza de la Fuente.
En la soledad de la mañana del domingo, Cesáreo, jubilado hace ya muchos años, pedalea sobre su vieja bici con destino al huerto, «voy a ver si ha crecido algo», ríe. Hay que llevar provisiones a casa, en estos días todos los hogares están abarrotados de hijos, sobrinos, primos, nietos y amigos. El vecino señala la antigua era y recuerda cuando no había tiempo para tanta jarana, «nada más amanecer ya tenías que pillar el carro y empezar a hacer viajes con las mulas y ahora, ya ves, hasta las seis de la mañana dura la música». Habla con la simpatía habitual de las gentes de esta tierra, siempre amables con el forastero.
En el bar, solo hay uno, no cabe un alfiler y los que atienden la barra ponen cara de circunstancias porque en varias vidas no podrían satisfacer tanta demanda. Los mayores hablan de las cosas del campo, de los ajustes de las básculas para pesar el trigo, por ejemplo, o de los gastos de la cámara agraria, incluso de la conveniencia de no «ensuciar» la tierra con tanto fertilizante. Los jóvenes se ponen al día de sus vidas, casi todos viven y trabajan fuera, la mayoría en Burgos, a media hora de distancia por la autovía. Algunos vienen a menudo al pueblo y otros solo en verano y en las fiestas. Los críos corren en libertad, muchos con una camiseta que luce la máscara amarilla y roja del Colacho estampada en la espalda. Juegan a menudo a ser el protagonista de la fiesta, a correr tras sus amigos y darles fuerte con la cola de caballo. Van a convivir siempre con esta y otras representaciones del mal a las que han de vencer. Los más pequeños miran a las figuras con rostro de pavor, los mayores ven una ocasión para la risa y la burla y, entre todos, de algún modo difícil de explicar con palabras, se obtiene una especie de liberación colectiva, de limpieza de los sinsabores de la vida. El bullicio de las calles, con el Colacho y el resto de demonios y sus artefactos ígneos, permiten pasar cada año la página de los males. Y comenzar, como un bebé, una nueva vida libres de todo mal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.