Duelo en el Astana

El ciclista español contó después que hubo dos Tour, el de la carretera y el del hotel. Con paciencia, Contador marcó su carrera poco a poco y dio el golpe de autoridad en Verbier, donde se puso el amarillo que ya no soltó. Andy Schleck, que sería segundo en la general, no pudo reaccionar. Tres etapas después, llegaría la crono de Annecy, que no sería la penúltima como habitualmente (lo sería el Mont Ventoux, que ganó Juanma Gárate). La crono de Annecy la ganó Contador. Pero no gracias a las facilidades de su equipo.

La etapa prólogo, en Mónaco, también había sido una crono y Contador se tuvo que comprar una rueda lenticular buena porque en el Astana había dos y eran para Armstrong. Así que, igual que Bahamontes compraba llantas en el estraperlo, Contador habló con el equipo Milram y les compró una. Armstrong se sorprendió en la salida como las hermanastras de Cenicienta cuando esta consigue vestido para el baile. Ese día ganó Cancellara. La crono de Annecy, Contador. Pero fue tres días antes, en Verbier, cuando el pinteño ya se dijo lo de «Este Tour no me lo quita nadie».