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Seguro que han oído alguna vez eso de que sólo usamos el 20% del cerebro, e incluso puede que hasta lo hayamos repetido por ahí, con un tono algo pomposo y supuestamente científico.Pues bien, es mentira: maldades a parte, casi todo el mundo hace ... uso de todas sus capacidades. Así que nuestro cerebro no tiene tanto desperdicio ni funciona de manera misteriosa. 'Trabaja' de modo muy eficiente. Y eso que no siempre se lo ponemos fácil. Sobre todo de unos años a esta parte cuando a los seres humanos nos ha dado por hacer dos o más cosas a la vez de forma casi crónica, no como algo puntual. Esto ocurre desde que hemos sumado a nuestros quehaceres diarios unos añadidos digitales omniprsentes en forma de whatsapps, redes sociales... A esto se le llama multitarea digital y es algo con lo que nos hemos acostumbrado a vivir. ¿Cómo actúa nuestro cerebro ante este reto? Vamos por partes...
«Somos capaces de multitarea, sí, pero tenemos que ser conscientes de que nuestro rendimiento va a bajar en todas las tareas que realicemos en comparación a si las realizásemos por separado, centrándonos en una sola cada vez. Esto es lógico porque nuestro cerebro tiene una capacidad límitada», sentencia el divulgador científico Julio Rodríguez, psicólogo y biólogo molecular. Es decir, nuestra cabecita tiene un límite: a más cosas que hacer, menos concentración... Sí, lo de 'el que mucho abarca...' no es un tópico.
Aunque es verdad que perdemos intensidad cognitiva si hacemos multitarea (multitasking), también es cierto que hay algunas actividades que se llevan bastante bien con otras, que se compatibilizan mejor y no suponen tanta merma de atención la una para las otras. «Cuanto más complejas y menos automatizadas sean, peor las haremos a la vez», indica Rodríguez. «Hablar y escuchar al mismo tiempo es menos efectivo que escuchar una información y completar un informe. Sí, la multitarea es menos efectiva cuando las tareas son de la misma modalidad», aclaran investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Según Julio Rodríguez, la atención es selectiva, «nuestro cerebro, a veces sin nuestro permiso, elige a qué prestarle más atención y puede cambiar rápidamente de enfoque, de una cosa a otra, pero perdemos en calidad atencional en todas las tareas y por lo tanto, en rendimiento». ¿Cuál es la consecuencia? Que parece que hacemos mucho, pero no lo hacemos todo lo bien que podríamos «y encima acabamos saturados cognitivamente y estresados. Es como un ordenador con muchas ventanas abiertas: se calienta mucho y al final se colapsa y hay que reiniciar», añade. En general, nuestro cerebro elige lo más importante, pero también lo que menos recursos le cuesta (sí, es un poco 'vago', lo más llamativo, lo que le dé más satisfacción (ya que es 'adicto' a los picos de dopamina)... «Por eso ante un tratado de filosofía y los likes de instagram y las miles de fotos llamativas y vídeos divertidos... casi siempre escoge las redes sociales. Esto lo saben muy bien los que diseñan las apps y también los publicistas», añade Rodríguez.
La pregunta del millón es por qué si nos cansamos más, nos estresamos y lo hacemos todo peor, seguimos con la multitarea. Y la respuesta es: ¡porque a nuestro cerebro le gusta! La corteza prefrontal del cerebro, donde se planifica y se ordena, está diseñada para mostrar preferencia por las novedades y cuando cambiamos de tarea recibimos una recompensa en forma de dopamina porque nos creemos, erróneamente, que somos más productivos. Nuestro ego es así de tontorrón.
Hay personas que tienen una enorme facilidad para desarrollar varias tareas a la vez. «Son los llamados 'supertareas' ('supertaskers')», explica el neurocientífico de la UOC Diego Redolar. Estas personas se caracterizan por sumar de manera más eficiente dos regiones de la corteza cerebral (la cingulada anterior y la prefontal). Con lo cual no pierden capacidad al diversificar su pensamiento. Es decir, son más o menos inmunes a «la merma acentuada de eficiencia» que suele sufrir todo el mundo cuando tiene que hacer distintas cosas paralelamente. Obviamente, los 'supertaskers' están muy cotizados en el mercado laboral, sobre todo porque hay estudios como los de las Universidades de Stanford o Harvard que alertan de que la multitarea (tan valorada en las empresas) causa una reducción de la productividad (si uno es una persona normal, no un 'supertasker'), con el consiguiente coste económico.
A muchos frentes...
Nativos digitales ¿Cómo piensan? El neurocientífico Diego Redolar explica que el funcionamiento de las redes neuronales del cerebro es diferente entre los nativos digitales. «Muchos de ellos millenials, que son capaces de trabajar de forma paralela en varios frentes sin sufrir tanto estrés, a diferencia de los no nativos digitales, que están más acostumbrados a funcionar de manera lineal, una cosa tras otra».
Llevar mejor la multitarea El 98% de los profesionales de todo el mundo afirma que dedica una parte de su tiempo al multitasking, según un estudio de Accenture, y un tercio asumía que esto redundaba en más distracciones y menos calidad en el trabajo. Para paliar estos problemas, Redolar aconseja a los profesionales «pausas de entre cinco y diez minutos cada hora o hora y media».
Síndrome de 'ventanas abiertas' La mayoría de las personas creen que la productividad en el trabajo está directamente relacionada con la cantidad de ventanas abiertas en su ordenador. Error. Saltando de una ventana a otra vamos más lentos, nos cansamos más y lo hacemos todo peor.
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