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Solange Vázquez
Lunes, 25 de septiembre 2023, 00:06
Bisexuales los ha habido toda la vida (normalmente, en secreto). Pero tienen bandera desde hace sólo 25 años: este lunes, Día de la Visibilidad Bisexual, es el aniversario de esa enseña a rayas rosa, morada y azul con la que el colectivo quiso empezar a ... reivindicar públicamente su realidad.Seguramente, cuando empezaron a enarbolarla imaginaron que para estas fechas (¡un cuarto de siglo después!) ya se habrían superado muchos tabús y conceptos casposos. Sin embargo, aunque se han producido notables avances, hay todavía mucho óxido que raspar de muchos cerebros, donde se han hecho fuertes no pocas ideas sobre las personas bisexuales. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 3,7% de la población se declara bisexual. Este dato implica que, en nuestro país, hay alrededor de un millón y medio de personas bisexuales mayores de edad.
«Pero las personas bisexuales seguimos siendo una realidad molesta que se prefiere ignorar o negar. No se nos contempla y tenemos que corregir constantemente a nuestro entorno para que se nos reconozca como somos. Ya es bastante complicado salir del armario en general, pues para alguien 'bi' se convierte en algo que hay que hacer continuamente», alerta el co-coordinador del Grupo de Políticas Bisexuales de la Federación Estatal LGTBI+, Alex Robles.
En este sentido, su homóloga del Grupo de Políticas Bisexuales, Noelia Mellado, explica que «esta situación de negación constante tiene consecuencias en la salud mental». Según la encuesta 'Estado LGTBI+ 2023', los bisexuales son la letra del colectivo que mayores niveles de depresión declara, junto con las personas trans.
Además, según la investigación, un 29% de las personas bisexuales ha sufrido discriminación y un 8%, agresiones. «No ha calado en todos estos años que somos una posibilidad más y que la bisexualidad no tiene ni mucho menos que ser necesariamente una fase», dice Mellado, quien arroja un poco de luz sobre los despistados aclarando que los bisexuales lo son «independientemente de nuestras parejas o de nuestro historial sexoafectivo y/o romántico. Y es que, ser bisexual no depende de lo que hacemos o dejamos de hacer, sino de lo que sentimos y cómo nos autopercibimos». Para arrojar un poco más de luz, he aquí cuatro frases típicas y trasnochadas referidas a este colectivo que deberíamos erradicar.
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«Ahora no lo vemos tanto, pero sí, se dice. Afortunadamente, con la consecución de derechos del colectivo LGTBI+ sí ha calado que las cuestiones de identidad no son ni capricho ni vicio», indica Álex Robles.
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La pregunta del millón. A los curiosos, cuando alguien le dice que es bisexual les falta el tiempo para ponerse detectivesco y plantear esta duda. «Uff, estamos cansados de oírla», admite Robles.A su juicio es porque a muchas personas no les entra en la cabeza y 'necesitan' rascar algo que les cuadre y descubrir la predilección hacia un género u otro. A veces se ponen cuantitativos. «Sí, nos preguntan por el historial sexual o sentimental, a ver si hemos tenido más parejas de un género o de otro», lamenta el portavoz del colectivo. Esto esconde un «binarismo» muy dañino. O esto o lo otro. «Todas las orientaciones sexuales disidentes tienen este problema», apunta.
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Otra tontería de manual. «Si todos los somos, entonces nadie lo es. Lo que hace esta frase es negar una orientación», lamenta Robles. Se es o no se es. Otra cosa es que haya gente que explore su sexualidad y que aún no se haya etiquetado.Hay mucho 'heterocurioso' (que explora). Pero, ojo, algunos lo que hacen es no admitir lo que son y se escudan en que están 'investigando'.
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La fase. Si les dieran un euro por cada vez que han oído los bisexuales esta frasecita, supuestamente 'progre' y empática... serían todos ricos. «Cuando sales del armario por primera vez lo escuchas un montón y molesta bastante», asegura Robles. Tal y como explica, es casi como si el que lo suelta manifestase implícitamente el deseo de que sea algo pasajero, de que acabemos por decantarnos. «Es que la gente, en general, prefiere etiquetar a alguien como homosexual, les es más fácil», argumenta.
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Como si siendo bisexual no se tuviese que filtrar... «Los hay que creen que tenemos más sexo por ser bisexuales. Pero no tiene nada que ver. Y trae problemas que se piense que somos personas promiscuas. Cuando tenemos una pareja, muchas veces se va al traste porque cree o le hacen creer que vamos a ser infieles con alguien de un género distinto al suyo...», señala el coordinador. Es decir, si estás con una mujer, ella puede pensar que te 'falta' un hombre para tener una sexualidad completa. Y viceversa. «Tienen miedo de que les dejes por otra persona de otro género».
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