Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Solange Vázquez
Viernes, 26 de mayo 2023, 19:02
Hay dichos populares referidos a casi todas las profesiones y, muchas veces, recogen su mala fama: inmerecida, como lo son todas las generalizaciones sobre cualquier colectivo. Y a los psicólogos, claro, les ha tocado su ración. ¿Qué dice la despiadada voz del pueblo sobre este ... gremio? «Cuando un médico lo hace mal, es culpa de ese médico en particular, que no sabe nada; no obstante, cuando es un psicólogo quien se equivoca, es la psicología en general la que no sirve», comenta Pablo Vallejo, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Cuántas veces hemos oído decir a alguien –en demasiadas ocasiones en voz baja, como si fuese algo pecaminoso– eso de 'deberías ir al psicólogo'. Y, ¡ay!, cuántas también habremos escuchado lo de 'pues a mí el psicólogo no me ha solucionado nada' o 'no creo en los psicólogos', como si estos profesionales fuesen seres fantásticos, totalmente al margen de la ciencia, igual que los unicornios o los gnomos (y perdón si algún lector cree en ellos y le hemos roto el corazón). ¡Siempre tienen ellos la 'culpa' de que no haya resultados! ¿O no? Quizá tengamos que hacer algo de autocrítica... Porque entre las causas principales de que una terapia no obtenga los resultados esperados hay más 'culpables' de los que creemos. Pasen y lean.
1
Sí, sí, ¿qué nos pensábamos? Ir al psicólogo –un paso que a mucha gente le cuesta dar, aunque cada vez menos– no consiste en presentarse en consulta, soltar un discurso como los de las películas (en un diván, claro, que siempre queda mejor), pagar al salir, perdir cita para otro día... y confiar en que los problemas se solucionarán solos simplemente con cumplir este ritual. No, esto no vale. «En un porcentaje altísimo de pacientes, las terapias funcionan... siempre y cuando hagan lo que tienen que hacer», recalca Isabel Aranda, psicóloga de Therapychat. ¿Y qué deben hacer? «Seguir las pautas del profesional, claro. Un psicólogo es como un médico que te pone una dieta para que la sigas. Te indica lo que debes comer... ¡Pero la tienes que hacer tú! Si no puedes por lo que sea –a veces, por ejemplo si estás muy deprimido, quizá te tenga que estabilizar un psiquiatra con medicación antes de empezar terapia– o no quieres –vamos, que no estás dispuesto a poner de tu parte–, el fracaso va a ser la consecuencia», lamenta Aranda.
Según la experta, el paciente debe aceptar que el psicólogo «tiene un criterio superior y le va a dirigir correctamente».Sin esa confianza, la terapia –«que no es necesariamente como en el cine, hablar y hablar, sino algo mucho más dinámico y breve», aclara Aranda– no puede funcionar. Pero, si alguien recela de los psicólogos, ¿para qué va? Muchas veces, presionado por sus allegados u obligado por cuestiones laborales e incluso legales. «Los que están a la defensiva es muy difícil que 'entren', aunque lo acaban haciendo si tienen un malestar claro que quieren solucionar o interés en obtener herramientas para gestionar alguna situación. Que no todo son malestares en consulta, también dotamos de herramientas de actuación a la gente», indica Aranda.
2
¿Otra causa frecuente de que la terapia no funcione? La conexión entre un paciente y su psicólogo. Es clave. «Parece ser más importante de lo que se pensaba», comenta el psicólogo Pablo Vallejo. «Puede que un simple prejuicio o el sexo del terapeuta –aunque esto sea más relevante en la sexología clínica– sea una barrera infranqueable en algún momento», afirma el experto. Si no se produce lo que se conoce como alianza terapéutica –la 'química' entre ambos para poder trabajar– o el profesional o el paciente deben pedir un cambio de psicólogo.
3
Tal y como explica Vallejo, no todas las terapias psicológicas tienen el mismo nivel de evidencia empírica ni todos las problemáticas se abordan con la misma eficacia desde las distintas terapias. «La terapia sistémica, por ejemplo, es la que mejores resultados muestra en el tratamiento de la anorexia, pero no hay ningún indicio de éxito para tratar la disfunción eréctil, por ejemplo. Algo similar pasaría con los tratamientos cognitivo-conductuales, que son muy efectivos para algunas fobias, pero no tienen ninguna eficacia para la fobia a la sangre o las inyecciones», explica.
Es decir, el psicólogo –que no es un gurú– tiene que elegir, desde su formación científica la terapia que más conviene en cada caso. A veces no se atina y se pierde el tiempo, claro, aunque un profesional cualificado no suele tener dudas. Tampoco a la hora de determinar si el origen del problema es orgánico o mental. «Por ejemplo, una terapia psicológica para un problema de origen orgánico va a implicar no solo que la terapia no aporte nada, sino que se retrase el tratamiento médico pertinente», señala el profesor de la UOC.
«Empezamos a personalizar el tratamiento en función de las características del paciente», apunta Pablo Vallejo. En este contexto, el experto señala que «muchos de estos avances nos llegarán gracias a la inteligencia artificial», como nueva herramienta que se incorporará a las terapias. Así también se reduce el margen de error a la hora de aplicar uno u otro método. Un ejemplo es el ensayo pionero que la UOC y la Universitat de Barcelona están llevando a cabo con la aplicación de realidad virtual en jóvenes con depresión.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.