Edición

Borrar
Cesar Llaguno
La mitad de la población respira mal y esto provoca muchos problemas

Cómo respirar bien

La mitad de la población respira mal y esto provoca muchos problemas

Un 40% de las personas tiene obstrucción nasal. Ello provoca todo tipo de problemas que cuanto antes atajemos, mejor

Miércoles, 5 de junio 2024, 18:50

Vivir es una continuidad de respiraciones. Inspirar es lo primero que hacemos al nacer y espirar lo último que hacemos antes de morir. Y entre uno y otro instante no paramos, afortunadamente, de hacerlo. Pero curiosamente no le prestamos mucha atención. ¿Sabía que la mitad de la población mundial respira mal? ¿Y que un 40% sufre obstrucción nasal crónica?

Esto último les obliga a respirar por la boca, con lo que ello conlleva, que vamos a ver que no es poco. Lo más curioso de esto es que los expertos son capaces de distinguir a un respirador bucal solo con verle, sin necesidad de que abra la boca para quejarse de algo. No es que lo lleven escrito en la cara, pero casi. En general, «tienen el rostro alargado y la cara plana, sin proyección de los pómulos», explica Antonio Clemente, expresidente del Colegio de Logopedas del País Vasco. También sufren de ojeras, mandíbula retraída y nariz caída en mayor o menor medida.

A Matilde, una madre del colegio de su hija le preguntó si sufría de esto. Ella se quedó impactada porque no se conocían de nada más que de verse en la parada del bus cinco minutos cada día durante el último curso. «Es algo muy normal. A la consulta muchas veces llegan niños por determinados problemas que nada tienen que ver con esto y enseguida ves que son respiradores orales», confirma Clemente. Los padres, claro, alucinan como si estuvieran ante un truco de un prestidigitador.

Cuando uno es respirador bucal durante muchos años, su cara sufre ligeras transformaciones, incluso «de postura», reconoce Estefanía Moreno Sinovas, odontóloga y secretaria general del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid (COEM). Porque no es lo mismo coger el aire por la nariz que hacerlo por la boca, cambia hasta cómo posicionamos el cuello. «Estas alteraciones son especialmente importantes en los niños ya que se encuentran en un momento crucial en su crecimiento y desarrollo», prosigue.

Sin embargo, no solo se producen estas consecuencias estéticas, hay otras 'sorpresas' que se ven al abrir la boca en la consulta: paladares estrechos, dientes torcidos y sonrisas gingivales (es decir, cuando al reírte se ven más las encías que los dientes), sobre todo. Pero también abundancia de caries, bruxismo y alteraciones de la articulación mandibular en este grupo, reconocen desde el COEM.

Las razones tienen que ver no solo con las deformidades de la musculatura del rostro, también con que al respirar por la boca esta está más seca, más ácida, etc. Y todo ello es un campo perfecto para que florezcan este tipo de afecciones. Corregirlas cuanto antes es una parte de la terapia para que un respirador bucal se 'rehabilite' y esto incluye empastes, endodoncias, ortodoncias y, en algunos casos, pequeñas cirugías.

La cifra

3,3 segundos

tardamos de media en coger o soltar aire. Deberían ser al menos 5,5.

También puede ocurrir que tengamos problemas en el habla, la pronunciación e incluso la deglución, con lo que deberíamos pasar por un logopeda. «El tratamiento habitual incluye dos fases», apunta Clemente. La primera dura tres meses y en ellos se enseña al paciente, sea niño o adulto, cómo tienen que respirar. A partir de ese momento empieza la segunda que es «convertir el aprendizaje en hábito». Se hace con paciencia y ejercicios «compatibles con la vida diaria». El alta, con suerte, se obtiene al año y nueve meses si no hay «recidivas», es decir, pasos atrás.

No obstante, como dice Clemente, el tratamiento ha de ser transdisciplinar e incluir además de a odontólogos y logopedas, a los otorrinonaringólogos. Otro especialista implicado puede ser el fisioterapeuta respiratorio, que también se encarga de la parte práctica.

Oxigenación

«La respiración perfecta sería aquella en la que la cantidad de aire ingerido en reposo sería de 5,5 litros, con una frecuencia respiratoria de 5,5 respiraciones por minuto», señala James Nestor en su libro 'Respira: La nueva ciencia de un arte olvidado'. Sin embargo, de media «sólo tardamos 3,3 segundos en coger y soltar aire».

Con la práctica esto se mejora, tanto si respiras por la nariz como si lo haces habitualmente por la boca. Y no hace falta echarle mucho tiempo. Con unos minutos cada día ya veríamos sus beneficios. Y es que al respirar de manera eficiente lo que conseguimos es oxigenar mejor nuestro cuerpo, lo que es beneficioso para las digestiones, la recuperación de esfuerzos, el estrés... y el humor.

A menudo, los respiradores bucales se levantan cansados y enfadados. Se nota mucho en los niños. No descansan bien porque sufren de apneas, roncan, etc. Y eso lo arrastran a lo largo de su día y de su vida si no le ponen freno. Para evitar esto, desde hace algún tiempo está de moda una especie de esparadrapo para mantener los labios pegados durante el sueño. También se puede encontrar toda serie de cachivaches en el mercado. Y libros, decenas de libros. Sí, en esto de respirar se ha creado un 'hype' muy grande ante el que conviene ser precavido. «Se trata de herramientas, pero hay que acudir a los especialistas y dejarse aconsejar por ellos», remata Clemente.

Un sistema de filtrado perfecto en la nariz

Lo habitual es que una persona inspire y espire por la nariz. Es el gesto natural y saludable por varios motivos. El primero es el sistema de depuración natural que tenemos en este apéndice. «De media, una persona respira entre 10.000 y 12.000 litros de aire en un solo día», explican las científicas Matilde Cañelles (del Instituto de Filosofía (IFS-CSIC), Mercedes Jiménez (del CSIC) y Nuria Eugenia Campillo (del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas). «Por muy limpio que esté, contiene partículas en suspensión como polvo, bacterias, virus o esporas de hongos que se depositan en las vías respiratorias y las superficies alveolares del pulmón».

Para que eso no ocurra, los pelos de la nariz y los cilios posteriores actúan como filtros. «Son un mecanismo de defensa crucial contra las infecciones de la nariz, senos nasales y bronquios». También ocurre que durante este viaje, el aire se calienta para no llegar a los pulmones demasiado frío. Y, por último, al pasar por los senos paranasales se produce óxido nítrico, lo que facilita la circulación del oxígeno por todo el cuerpo y activa las defensas del organismo, añaden las expertas. Es un sistema perfecto.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal La mitad de la población respira mal y esto provoca muchos problemas