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Joana Vasconcelos 'toma' el palacio de Liria con cacerolas y ganchillo: «Lo hago todo con mis manos»

La artista y los Alba

Joana Vasconcelos 'toma' el palacio de Liria con cacerolas y ganchillo: «Lo hago todo con mis manos»

Joana Vasconcelos, la artista portuguesa que ha expuesto en palacios ilustres como Pitti o Uffizi, introduce ahora en el Palacio de Liria de Madrid sus obras artesanales y modernas, coloristas y rompedoras. Es la primera vez que el arte contemporáneo se cuela en los aposentos del Duque de Alba.

Viernes, 14 de Febrero 2025, 14:21h

Tiempo de lectura: 5 min

En el jardín trasero del palacio de Liria, de estilo francés, y donde están enterradas las mascotas de la Duquesa de Alba, se expone una majestuosa tetera hecha en hierro forjado portugués, típico de los balcones de Lisboa. Es una de las piezas de la artista Joana Vasconcelos, la primera creadora contemporánea que muestra su obra en los salones y jardines del palacio y residencia en Madrid de Carlos Fitz-James Stuart, Duque de Alba y cabeza de la familia noble más grande de España.

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Zapatos de Marilyn. Están realizados con cacerolas y tapas de acero inoxidables. «El ama de casa se ve obligada a convivir con la diva que se pone tacones para salir de noche», explica Joana Vasconcelos.

Joana Vasconcelos, portuguesa nacida en París en 1971, es experta en adentrar sus obras en vistosos palacios, ya lo hizo en los de Versalles, Pitti o los Uffizi. Ahora más de 50 de sus creaciones toman los salones de Liria e incluso la capilla, un lugar reservado hasta ahora para la familia.

El sello portugués va con ella, de ahí la gran tetera del jardín son esos forjados con los que la artista hace un guiño a Catalina de Braganza, reina de Portugal, casada con Carlos II de Inglaterra. «Es ella la que introduce el té en la corte inglesa», aclara Vasconcelos, una gran amante de la historia y las tradiciones.

Es la primera vez que expone en un palacio habitado, «donde hay una intimidad y una realidad mucho más interesante», cuenta la artista

Para la portuguesa, intervenir en el Palacio de Liria es ‘especial’ pues al contrario que sus anteriores exposiciones en Versalles o en el Palacio Pitti en Florencia, es la primera vez que expone en un palacio habitado, «donde hay una intimidad y una realidad mucho más interesante», resume la artista.

Es una exposición muy rompedora en la que los Alba abren las puertas de su casa. La invitación para acudir a Liria llegó de parte del hijo del duque de Alba, Fernando Fitz-James Stuart y su mujer, Sofía Palazuelo, duques de Huéscar, con el fin de dar comienzo a un programa de arte contemporáneo en Liria.

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Llamas en la capilla. Corazón en llamas, instalada en la capilla del Palacio de Liria, fue concebida para interactuar con el claustro del siglo XVI de la iglesia de Santa Caterina a Formiello. Contiene el colorido habitual en la obra de Vasconcelos y lentejuelas, croché y flecos.

Es especial también porque trae a Joana Vasconcelos de nuevo a España, un país ligado a su carrera artística. Parte de la formación de Vasconcelos transcurrió en España y no se olvida de ese legado «tan importante en mi trayectoria», confiesa. Fue la comisaria y crítica española Rosa Martínez, primera directora de la Bienal de Venecia en 2005, quien la invitó a formar parte de esa edición. Hasta entonces era una joven artista prácticamente desconocida que trabajaba entre España y Portugal. La pieza que expuso en la Bienal, La novia, una lámpara hecha de tampones, se convirtió en el trampolín a su carrera internacional. «Tanto esa bienal como la invitación a exponer en Versalles fueron puntos de inflexión, situaciones únicas en el mundo», reconoce.

«Hago todo con las manos, con su enorme poder, sin depender de la industria», afirma Joana Vasconcelos

La exposición es ambiciosa. Vasconcelos lleva al Palacio de Liria alguna de sus piezas más icónicas y monumentales como la lámpara ‘Carmen’ (que ya expuso en Valencia) con sus llamativos pendientes de plástico, iguales a los que llevan las sevillanas cuando van vestidas de flamencas en la Feria de Abril. «Me interesa transformar las tradiciones con lo contemporáneo», cuenta la artista portuguesa.

También se pueden ver sus míticos zapatos ‘Marilyn’, realizados con cacerolas y tapas de acero inoxidables que ocuparon la Sala de los espejos del palacio de Versalles en 2012. «El ama de casa se ve obligada a convivir con la diva que se pone tacones para salir de noche», explica Vasconcelos.

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Recordando a la Duquesa. Joana Vasconcelos, vestida de Dior (patrocinador de la muestra), junto a uno de los retratos que Francisco de Goya hizo de la Duquesa de Alba.

Joana Vasconcelos se considera feminista y denuncia la desigualdad que padecen las mujeres. «Soy una privilegiada y cuanto más pueda hablar con mi obra de la mujer, más se entenderá que nosotras lo hacemos igual de bien o mejor que los hombres», sentencia. Admite que es heredera de una cadena de mujeres en la historia del arte como su compatriota Paula Rego, fallecida en 2022, o la escultora y pintora francesa Louise Bourgois.

En su taller en Lisboa trabaja con 60 personas, más de la mitad de ellas mujeres, e insiste en que su forma de trabajar es manual y no industrial. «Hago todo con las manos, con su enorme poder, sin depender del poder industrial», afirma en lo que es toda una declaración de intenciones.

Una prueba de ello son los dos leones que presiden la entrada del Palacio de Liria, expresamente confeccionados para la muestra en ganchillo negro y que –cuenta la artista– «me han llevado seis meses de trabajo».

Hoy, Joana Vasconcelos se ha convertido en una marca en sí misma. Una de sus simbólicas ‘valquirias’ cuelga del techo de la escalera de Liria, en homenaje al perfume ‘J’adore’, de Dior, firma patrocinadora de esta exposición.

Con esta muestra Joana Vasconcelos, la artista que empezó cosiendo ganchillo y trabajando con materiales de su país como los azulejos y que llevó esas tradiciones al pop en un diálogo entre el pasado y presente, consolida su gran prestigio.

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Loza y ganchillo. Le Dauphin et La Dauphine, una pieza de loza pintada con esmalte cerámico y encaje de ganchillo hecho a mano.
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El té, en el jardín. En el jardín del Palacio de Liria se ha instalado La tetera, creada para esta exposición y con la que Joana Vasconcelos quiere homenajear a Catalina de Braganza, porque «es ella la que introduce el té en la corte inglesa», explica la artista.
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Paso a dos. ‘Pas de Deux’, dos cisnes hinchables se ha instalado en el salón flamenco.
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Abeja emperatriz. 'Braganza' es una abeja de cerámica recubierta de crochet, que ha sido situada en la sala de la emperatriz Eugenia de Montijo.
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Música trenzada. En Piano Dentelle # 3 Joana Vasconcelos viste con el trenzado de ganchilo típico de las Azores un gran piano Pfeiffer.
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Corazón de cucharas. 'Corazón independiente negro', está realizado con cucharas de plástico.
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Un juego para el duque. 'Diagonals' pertenece a una serie de obras de Vasconcelos titulada Tetris, como el juego. Se ha colocado el salón Gran Duque.
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Sevilla en la biblioteca. La lámpara Carmen, con sus pendientes de flamenca, se ha intalado en la biblioteca.