Los hijos secretos de Vladímir Putin (nacidos en Suiza)

Putin (71 años) nunca ha reconocido públicamente su relación con Kabaeva (41 años), la gimnasta rítmica rusa retirada con la que se le relaciona desde que él se separó de su esposa Lyudmila en 2013. Sin embargo, ahora la investigación llevada a cabo por el grupo fundado por su opositor Mijaíl Jodorkovski ha sacado a a luz el nombre y el estilo de vida de los hijos que tiene con ella.

Cuenta el informe que los niños «han utilizado siempre documentos de identidad falsos, algo que solo se hace con los espías o con personas bajo protección del Estado». La fuente citada en la investigación es un miembro del personal doméstico de Putin, quien asegura que los pequeños llevan una vida oculta, apartada y rodeada de lujos.

«Están aislados en residencias, viajan en yates y aviones de negocios, y su vida diaria la proporciona la compañía de amigos del líder ruso. Están custodiados por agentes del FSO (Servicio Federal de Protección), con niñeras, tutores y entrenadores personales profesionales a su lado las 24 horas del día. Los hermanos apenas se comunican con sus compañeros y ven poco a sus padres, pero aprecian los pocos minutos que logran pasar con Putin», aseguran en el escrito.

Dossier Center también explica que su fuente ve a menudo a los hijos del jefe de Estado y, aunque no se comunica con ellos a diario, accedió a hablar del tema bajo condición de anonimato. Dossier revisó su biografía y se aseguró de que realmente trabaja en la familia de Vladímir Putin. «Los detalles de su historia fueron verificados utilizando fuentes abiertas, incluidas publicaciones en redes sociales, así como extractos bancarios y datos de bases de datos gubernamentales», informan.

La conexión entre Putin y Kabaeva, como toda la vida personal del presidente ruso, es uno de los principales secretos de Estado. Oficialmente, Putin se casó con Lyudmila Shkrebneva en 1983 (en el matrimonio tomó el apellido de su marido) y casi 30 años después la pareja se divorció. Con ella tuvo dos hijas, María Vorontsova y Katerina Tikhonova, pero en público tampoco es que las mencione mucho y solo se ha referido a ellas como «esas mujeres».

En cuanto a los hijos de Putin con Kabaeva, los investigadores de Dossier explican que, tras la invasión rusa de Ucrania, se dio preferencia a los profesores de la «amiga» Sudáfrica. Sin embargo, Ivan y Vladímir también tienen tutores con pasaporte británico y neozelandés y cobran entre 3150 y 11500 euros al mes. Los educadores son contratados a través de la agencia English Nanny, que selecciona personal para familias rusas adineradas, incluidos hablantes nativos del idioma.

Según las condiciones que aparecen en el informe, los educadores tienen prohibido salir de la residencia. En el anuncio de empleo se afirma que la familia «vive aislada» en la región de San Petersburgo. Además, la investigación del Centro de Expedientes revela que los salarios de los educadores se tramitan a través de clínicas de la red MMC (My Medical Center, antes SOGAZ), donde también se realizan reconocimientos médicos a amigos y allegados del presidente. Los contratos con las institutrices se formalizan como si fueran traductores.

Entre las confidencias más curiosas que figuran en la investigación se encuentra la confirmación de lo fácil que es conseguir un trabajo en la casa de «los niños más secretos de Rusia» porque lo anuncian públicamente. A principios de 2024, la familia buscaba un profesor de inglés residente para dos niños de cuatro y ocho años. El trabajo era de cinco días a la semana, con un total de 60 horas, y las tareas incluían «enseñar otras asignaturas» y acompañar a los niños de excursión. El salario era de 7700 euros al mes. La agencia señala que lleva mucho tiempo trabajando con esta familia y que ya les ha encontrado varios profesores de inglés y alemán.

También ha llamado la atención de los medios, la parte en la que el dossier cuenta que los niños solo ven a sus padres a altas horas de la noche y a sus compañeros principalmente durante las vacaciones y que el hijo mayor, Iván, prefiere los dibujos animados de Disney y, para disgusto de sus padres, juega haciéndose pasar por sus personajes.

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