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Así resisten los quioscos Hablan sus dueños El (incombustible) corazón del barrio se reinventa

Resisten. Afectados por el empuje de la prensa digital, los servicios de mensajería y hasta la pandemia, muchos tuvieron que cerrar, pero los quioscos siguen siendo el corazón del barrio, un lugar de encuentro que aspira a reinventarse. Y algunos lo han conseguido, con éxito.

Viernes, 09 de Diciembre 2022

Tiempo de lectura: 3 min

SANTANDER | María del Carmen Fuentes, Mayka

«Es muy importante que los quioscos sigan vivos. Generan comunidad»

«Llevo desde julio de este año con el quiosco –cuenta Mayka (en la imagen de arriba)–. El dueño, Antonio Muñoz, llevaba toda la vida con él y, cuando empezó a pensar en la jubilación, comenzó a buscar a alguien que pudiese seguir. Estamos mi marido y yo, más un repartidor. ¡Pasamos muchas horas aquí! Abrimos a las 7 de la mañana y cerramos hacia las 8:30 de la tarde. Nos vamos turnando para descansar o ir a tomar un cafetín. Tengo un hijo de 13 años y me encantaría que lo regentara llegado el momento. En un quiosco, la gente es muy cercana. Hemos tenido mucha suerte con los clientes, había una clientela muy fiel y nos han recibido muy bien. Nos traen regalitos y todo. Su cariño nos da fuerzas cada día. Y en el quiosco se genera mucha comunidad. Vendemos prensa, local sobre todo, y también cromos, colecciones; ahora, felicitaciones navideñas… Yo he intentado darle mi toque personal. Le he puesto mi nombre, Mayka's Golden Ivy, y poco a poco voy cambiando la estética. ¡Lo cojo con mucha energía! Creo que es muy importante que los quioscos sigan vivos. Y eso estamos intentando».


MADRID | Teresa Araujo

«Tenemos problemas con los bancos. ¡No quieren las monedas!»

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«Yo he crecido en este quiosco. Mi padre empezó justo después de la Guerra Civil, apoyado en la pared que ahora tengo enfrente del quiosco. Allí colgaba la prensa que vendía. De niña yo lo ayudaba, hacía repartos, traía paquetes al hombro… Cuando él murió, se hizo cargo mi madre y, al jubilarse, lo cogí yo, que entonces tenía 22 años. Eso sí, mis hijas no seguirán con esto. Me encanta el trato con el público, pero esto ya no es lo que era. Se vende poco, hay muchos problemas con los distribuidores, con los bancos… ¡No nos quieren coger las monedas! Yo soy también la presidenta de la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Madrid y estamos luchando para que el quiosco siga en la calle, claro. En Madrid hace 15 años había 800, hoy somos 312. Aquí hemos vivido hechos históricos. Con los atentados del 11-M, la gente se paraba a comentar… También cuando murió Lady Di o, ahora, la reina de Inglaterra. ¡Y cuando se casó Belén Esteban! Ah, y cuando ganó España el Mundial de Fútbol. Vendimos muchísimo».


MURCIA | Juan Miguel Fuentes

«Yo desayuno, como y meriendo aquí, ¡me falta el colchón!»

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«El quiosco lleva 50 años aquí, y yo me hice cargo hace 35. Abrimos los 7 días de la semana, 14 horas al día. Yo desayuno, como y meriendo aquí. ¡Me falta traerme un colchón! Al principio lo llevaba con mi madre; ahora, con mi pareja y otro empleado: somos tres personas dadas de alta, pero esto es algo excepcional. Nos ayuda la ubicación: en una calle céntrica en la puerta de un centro comercial. Pero han cerrado un montón de quioscos. Viví la época dorada, en los años noventa. El traspaso me costó varios millones de pesetas… ¡y lo amorticé en dos años! Eso ya no ocurre. De todos modos, yo he hecho un esfuerzo grande por fidelizar a los clientes. En cuanto llega un pedido o una colección, mando un WhatsApp, tenemos web, redes… O te reinventas o mueres».


BARCELONA | Pablo Pardo

«Queremos cambiar la narrativa de que el quiosco está muriendo»

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«Este es el primer quiosco que abrimos en Barcelona. Ahora tenemos otros cuatro en esta ciudad, uno en Valencia y otro en Madrid. Y este año hemos dado el salto internacional, a Marsella. Nos llamamos News & Coffee y la idea surgió en 2017. Pasé mucho tiempo investigando, visitando quioscos, entendiendo por qué cerraban… Aquí en Barcelona muchos se habían convertido en tiendas de recuerdos, con camisetas del Barça o ¡sombreros de mariachi! Este llevaba tres años cerrado y lo reinventamos. Somos un equipo internacional: yo, argentino; Davide Datti, italiano especialista en café; y Gautier Robial, experto en marketing. Las revistas las elegimos con mucho cuidado, se encarga Yael Hupert, una artista belga. Al principio nos pedían prensa del corazón, que no tenemos, y ¡había quien se enfadaba! Ahora ya se conoce el concepto e incluso han surgido ideas similares. Café y prensa es una simbiosis perfecta. Proyectos como el nuestro cambian esa narrativa negativa de que el quiosco está muriendo. Creamos pulmones o corazones de barrio, puntos de encuentro donde se generan minirrelaciones. Algún día me gustaría ver un News & Coffee en Nueva York, la ciudad que me inspiró la idea».


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