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R. PÉREZ
Almería
Martes, 17 de mayo 2022
El aumento del caudal ecológico que recortará agua del trasvase Tajo-Segura es uno de los principales motivos por el que los regantes de Almería, Murcia y Alicante se concentraron ayer en la ciudad alicantina para reivindicar su continuidad. A la movilización, convocada por el ... Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS) asistieron agricultores, organizaciones agrarias y comunidades de regantes.
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«Estamos aquí para defender el trasvase Tajo-Segura porque nos quieren quitar prácticamente la mitad de los caudales que estamos recibiendo desde hace cuarenta años. Estamos en contra de que se tome esta medida arbitraria y totalmente política que no tiene nada de que ver con lo que dicen los técnicos. Con el aumento de los caudales ecológicos solamente el océano Atlántico se verá beneficiado, no se beneficiarán ni los ciudadanos de Castilla La Mancha ni del resto de España», señaló el presidente de la Junta Central de Usuarios de Aguas Valle del Almanzora, Fernando Rubio.
Hasta Alicante se desplazó la delegada en funciones de la Junta de Andalucía en Almería, Aránzazu Martín, quién dejó de manifiesto el apoyo a la agricultura almeriense y al sureste español «donde nos estamos jugando el agua de más de 130.000 ciudadanos y más de 20.000 hectáreas de riego de cultivos». Para Martín, las decisiones que está adoptando el Ministerio de Transición Ecológica en relación con el trasvase Tajo-Segura «están basadas más en cuestiones ideológicas que en cuestiones científicas. Desde Andalucía siempre nos hemos opuesto al criterio del Gobierno del aumento de los caudales ecológicos que lo que hace es recortar el agua a nuestros regantes. Vamos a estar siempre con Murcia, la Comunidad Valenciana y todo el sureste, apoyando los intereses de nuestros agricultores, porque en Almería nos jugamos mucho», indicó.
Además, estuvo presente en la protesta, el director general de Planificación y Recursos Hídricos de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Fernando Delgado, quién coincidió en subrayar la importancia de apoyar a la agricultura andaluza y, en particular, la almeriense. «Como responsable de la planificación hidrológica de las cuencas andaluzas pensamos que la planificación se tiene que hacer con el consenso de todos y buscando también la satisfacción de las demandas y no solo con aspectos ideológicos», afirmó.
A la movilización se sumaron una decena de tractores y un remolque con 8.000 kilos de naranjas, que echaron por tierra, y en la que exhibieron pancartas con los lemas 'Defendamos todos la huerta de Europa', 'Partidos políticos, mercenarios del agua' o 'Recortes trasvase= más paro' o 'Más desalación= más contaminación'. Los regantes reclaman una actuación por parte del Gobierno «ajustada y justa» en relación con esta infraestructura y le piden que «aplique lo que ha aplicado en toda la planificación española para que no se atiendan los intereses políticos del gobernante de turno», en referencia al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
También criticaron los caudales ecológicos y pidieron al Ejecutivo «justicia y criterios técnicos» para la planificación hídrica del país. «No hay que levantar caudales ecológicos, hay que invertir en una buena depuración del agua, por ello reclamamos justicia y que apliquen los mismos criterios a todos en el país», trasladó el presidente del sindicato de Regantes (Scrats), Lucas Jiménez.
La cesión prevista durante al menos cinco años para llevar 10 metros cúbicos de agua desde el Júcar hasta el Almanzora no ha sido bien acogida por la Unió de Llauradors que se opone frontalmente. Esta oposición se justifica en que las necesidades de los regantes de la Comunitat Valenciana «no están todavía cubiertas y existen zonas con un evidente déficit hídrico».
Este trasvase, que denominan encubierto, se realizaría desde la Acequia Real del Júcar hasta Almería. El agua se vendería entre 27 y 30 céntimos el metro cúbico y se quiere lograr 15 millones de euros durante el quinquenio, unos tres millones de euros al año, que se pretenden invertir en la modernización de regadíos.
La organización agraria valenciana denuncia que esta agua «no servirá por tanto para regar nuestras tierras, ni para regenerar la Albufera, ni para aumentar el caudal del Júcar», ya que se trasvasaría desde Alarcón a 300 kilómetros de la desembocadura. «No puede ser que hoy estemos manifestándonos en Alicante por los recortes del Tajo que reducirán la transferencia a las comarcas alicantinas, que los regantes del Vinalopó sigan con dificultades para regar, que nos opongamos a que se esquilmen los acuíferos del Júcar en la Mancha oriental y mientras tanto algunos se dediquen a vender el agua a otras comunidades autónomas en una maniobra que al final lo que trata es de lucrarse con este bien público, que es de todos los regantes», criticó el dirigente de La Unió, Carles Peris.
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