Los Coloraos, el Marte granadino para ver las estrellas como nunca
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Este verano abre el Complejo Astronómico Los Coloraos, en Gorafe, desde donde habrá todo tipo de actividades culturales rondando la astronomíaGeoparque ·
Este verano abre el Complejo Astronómico Los Coloraos, en Gorafe, desde donde habrá todo tipo de actividades culturales rondando la astronomíaEl viento asciende por el cortado del barranco, en Gorafe, hasta derramarse por la llanura del Geoparque como un río invisible. Allí hace bailar de un lado a otro a un mar de hierbas verdes y amarillas que, a su paso, guiñan a los rayos ... del sol que ya se despiden. El aire cruza el campo como una nave espacial a la velocidad de la luz hasta que, de pronto, choca con un planeta desconocido: dos domos, cuatro cúpulas y un teatro que, vistos desde arriba, forman la constelación de Orión. «Bienvenidos al Complejo Astronómico Los Coloraos».
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Marte queda a una hora del centro de Granada. Y es sencillamente espectacular. Tres años después, el sueño de Miguel Ángel Pugnaire y Miguel Gil está a punto de despegar. ¿Qué es? Un espacio único que combina el arte y la ciencia bajo uno de los mejores cielos del mundo para observar las estrellas. Una colonia marciana de 150 metros cuadrados donde se podrá escuchar música, ver una obra de teatro y comer una ensalada de supernova de endivias. Una fantasía idónea para investigadores profesionales y para curiosos de todas las edades. Y una joya para el turismo levantada a pulso por estos dos granadinos, durante tres años, con una inversión de 200.000 euros.
«Después de tanto tiempo ya vemos la luz. Es una maravilla», dice Pugnaire, caminando por la vereda que lleva al complejo Los Coloraos (los responsables de la obra son Iarquitectura-Estudio, de Caniles), recinto que ya se encuentra perfectamente vallado y protegido. «Viene mucha gente por aquí, del pueblo sobre todo –sigue, mientras saca las llaves y abre el candado–. Tienen mucha curiosidad, se hacen fotos y siempre nos preguntan lo mismo: ¿cuándo vais a abrir?». La reja se abre y es inevitable imaginar a John Williams poniendo banda sonora, como cuando el profesor Grant entró por primera vez en el Parque Jurásico. La imagen, efectivamente, es muy cinematográfica. Parece el hogar de Luke Skywalker.
Nada más entrar, a mano izquierda está el teatro, formado por un graderío y un escenario de piedra semicircular. «Queda pintar y pulir detalles. Tiene faena para dos o tres semanas, no más», apunta Pugnaire. Pero lo primero que llama poderosamente la atención son los dos domos principales. «El más grande, con un diámetro de 6,5 metros, es el centro neurálgico del complejo. Aquí está el control de los telescopios, los sistemas electrónicos, la biblioteca astronómica y la exposición de meteoritos. En el otro domo, de 5 metros de diámetro, los cuartos de baño».
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Pasados los domos hay cuatro cúpulas colocadas por una rampa que serpentea entre ellas. «Cuando la tierra roja esté colocada, parecerá que están en una montaña en miniatura». Hay tres cúpulas de 2 metros y una de 3 metros, más grande, donde pueden entrar hasta seis personas para hacer observaciones.
En el centro del complejo hay tres círculos de piedra que simulan el centro de Orión. Cada uno de esos círculos está preparado para instalar todo tipo de telescopios. «En principio tenemos un telescopio por cúpula, varios móviles y uno de gran tamaño que necesita una escalera para mirar. Además, el que quiera venir con el suyo será bienvenido, aunque no lo haya usado en su vida. Este es un lugar pensado para crear comunidad, para aprender entre todos». De hecho, miembros del Instituto Andaluz de Astrofísica (IAA) ya han mostrado su interés por trabajar y colaborar en el complejo. Las cúpulas, por cierto, están preparadas para hacer observaciones desde casa, conectándose a través de Internet.
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La pregunta que se hace todo el mundo sigue en el aire: ¿cuándo abren Los Coloraos? «Aunque la inauguración oficial será en septiembre –dice Miguel Gil, asomado por una de las cúpulas de observación–, vamos a abrir durante el verano». En las próximas semanas, Gil y Pugnaire publicarán el calendario de actividades en su web (turismoastronomico.org) y en la aplicación móvil 'Astroturismo Los Coloraos'.
¿Qué actividades podremos encontrar? Conciertos mensuales, asociados a alguna causa benéfica para la zona; noches de cuentos, pensadas para que disfruten los niños, con lanzamientos de cohetes de agua y observación de estrellas; magia con MagoMigue... «Y cosas más especiales –apunta Gil– como 'Entendiendo el cosmos', un taller para aprender a hacer cálculos matemáticos sobre las estrellas o 'La música de las estrellas', en la que veremos el cielo con los ojos vendados. Es una pasada: el objetivo es contar el universo con palabras y música para que, cuando te quites la venda tengas una adaptación brutal a la oscuridad y veas el cielo como nunca».
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Por supuesto, habrá observaciones públicas y lo que llaman 'viajes siderales'. «Son viajes turísticos por el cielo. Excursiones con música de fondo de las que se podrán llevar fotografías increíbles de recuerdo». La primera opción para disfrutar del complejo es hacerse socio, con una cuota mensual de 5 euros. O, claro, reservar las actividades por separado, que rondarán de los 20 a los 35 euros por persona. «Los viajes son para grupos cerrados, las actividades tendrán un tope de 40 personas y los conciertos, de 50».
Y nos queda una última pata: la gastronomía. «Aunque aquí la llamamos 'GeAstronomía', con 'G' de Gorafe, de Gastronomía y de Granada», explica Gil. Y sigue: «Son platos con componentes astronómicos: disco protoplanetario, supernova de endivias, galaxia de ibéricas... El plato ayuda a contar esos conceptos y, además, disfrutas de productos de la tierra: pimientos con tomate de Benamaurel, tomates de La Peza, huevos de granja de aquí... Eso aporta un valor único del Geoparque».
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Aunque ahora mismo Gil y Pugnaire estén concentrados en el lanzamiento inicial, ya hay planeada una segunda fase que arrancarán a continuación. «Queremos poner dos domos independientes de alojamiento, para dos personas, con su baño, jardín marciano y grandes ventanales para ver las estrellas», termina Gil. ¿Y cuál es el gran sueño? «Descubrir un exoplaneta desde aquí. ¿Te imaginas? –sonríe Pugnaire, con la vista perdida en el cielo–. Y que vengan a vernos. Queremos contar el cielo como nunca».
Miguel Ángel Pugnaire (Almería, 1989) es médico de familia en Zújar y vive en Baza, con su familia. Y Miguel Gil (Granada, 1964) es experto en marketing e impulsor de una plataforma de turismo por el Geoparque de Granada. Ambos unieron sus caminos hace más de diez años para divulgar su más sincera y apasionada vocación: la astronomía. Así, mientras el Complejo Astrónomico Los Coloraos, su gran sueño, despega, ambos siguen desarrollando actividades por toda la provincia. «Esta mañana nos han llamado de Gójar –detalla Gil–, que quieren que llevemos cuatro telescopios en agosto; y de los colegios de Albolote, Pinos Puente y Atarfe, para organizar actividades. Es una locura. Una locura que nos encanta».
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