Otro festín de Corpus antes del fin de fiestas

Los volantes de los trajes de flamenca siguen danzando como el primer día. Covadonga y sus amigas ejecutan la maniobra con garbo. «Que no decaiga, que todavía queda Corpus». Concretamente, hasta el sábado. El trajín de granadinos por las calles del ferial se va incrementando conforme va cayendo la noche. Por mucho que se celebre eso de 'todos los días sale el sol', en el Corpus se empieza empieza a ir 'chipirón' en cuanto se enciende el alumbrado.

También se va como una cabra en un garaje. Es el caso de, llamémosles, Frodo y Sam. Frodo y Sam se pasean por el ferial en bañador, zuecos de playa y un mochilón a la espalda cada uno. Por lo que sea, el Google Maps les ha chivado que al Cerro de San Miguel se llega por Almanjáyar. Esperemos que mejor encendieran la parrilla en la Viva la Pepa, que están de aniversario y algo habrá que comer.

Amanda viene de lejos pero sin perder el norte. Granadina ella, ha bajado de Santander para disfrutar de su Corpus. «Después de dos años de pandemia tenía claro que no me lo iba a perder por nada del mundo». Y aquí está, decantándose entre La Exploraora o el De Canela. Yo entro al segundo, que está mi buen amigo Fabián sirviendo cañas. Porque el Corpus también es de todos los trabajadores que lo hacen posible. Y porque tengo sed, claro.

En cuanto me ve, me pone un tubo en la mano. No lo puedo esquivar, ni quiero. Apenas cruzamos dos palabras porque sería inútil. La fiesta pide moverse a toda velocidad por la pista de baile. Por consecuencia, al suelo cae un reguero de cerveza que obliga a sacar la fregona. Es el 'safety car' que todos necesitamos en una noche de Corpus. No hay heridos, así que 'canelita'.

Los grifos siguen a tope, al igual que los kebabs del final del ferial. Ese último resurgir antes de la caída final. El Corpus se consume. Con él, toda Granada. Queda el fin de fiestas. La traca final. Preparados, listos...