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Restos de la alhóndiga Zaida encontrados en las catas arqueológicas para la reconstrucción del 'Café Suizo' en 1992. GONZÁLEZ MOLERO
De la Alhóndiga Zayda al Café Suizo

De la Alhóndiga Zayda al Café Suizo

Granada Arqueológica ·

Las excavaciones realizadas en 1992 en el solar del Suizo sacaron a relucir la alhóndiga que estaba en el corazón de la medina

Sábado, 25 de septiembre 2021, 23:40

A lo largo del siglo XIX Granada experimentó distintos impulsos urbanísticos con el afán de modernizar la ciudad, borrando las huellas de algunos de los edificios más representativos de su pasado. Esta tendencia se manifestó tanto con la destrucción de monumentos muy señeros, como por ejemplo la Puerta de Bibarrambla, como con la ejecución de importantes reformas urbanas. El embovedado del Darro primero y la apertura de la Gran Vía son el mejor ejemplo. También la burguesía local se volcó en la construcción de edificios de corte modestamente modernos siguiendo las tendencias arquitectónicas del resto de las grandes capitales.

Uno de los primeros casos fue el de la construcción del edificio del café Suizo, sobre los restos de la antigua Alhóndiga Zayda, promovido por una de las primeras empresas de promoción inmobiliaria de Granada, la Compañía para la Edificación de la Puerta Real. El Suizo se convirtió desde el último cuarto del siglo XIX en uno de los referentes de la sociedad granadina hasta que, tras un largo periodo de decadencia, sus propietarios decidieron demolerlo a principios de los años 90 del siglo XX, conservando únicamente las fachadas. En 1992, comenzaron las excavaciones arqueológicas en el solar que desvelaron algo más sobre el pasado de este punto de la ciudad.

La antigua alhóndiga Zayda de la Granada nazarí se encontraba en el corazón de la medina, intramuros, en concreto en un edificio que se localizaba en la calle Zacatín, a espaldas de la Madraza. Poco más sabemos de la misma, salvo que sus rentas pertenecían a las reinas –y de ahí en parte su nombre– pero es fácil de imaginar que seguiría el modelo de las otras alhóndigas de la ciudad, como la de los Genoveses o la Yidida (Corral del Carbón), con amplios espacios abiertos para descargar las mercancías y otros destinados a su almacenamiento u hospedaje de los mercaderes que las traían a la ciudad.

Problema de convivencia

A pesar de las capitulaciones de 1492, en los años sucesivos se planteó el problema de la convivencia de las dos comunidades –la musulmana y la cristiana recién asentada– con costumbres y usos contrapuestos. Por eso, en 1498, ante los conflictos –también escrúpulos de ambos– se decidió separar unos de los otros los productos que comerciaban y sobretodo, que consumían.

Para ello, reunido el cabildo el veintisiete de junio de 1498, se propuso la construcción de una alhóndiga nueva para cristianos que, a petición del arzobispo, debía de llamarse la Alhóndiga Católica. Ésta sería la Alhóndiga Zayda «de christianos apartada de los moros, donde se vendiesen los mantenimientos tocantes a ella, que son azeyte, miel queso, pasas, higos e otras frutas». Su primer emplazamiento quiso que fuera cerca de Plaza Nueva, ocupando las casas de un antiguo musulmán de nombre Haquen. El lugar no debió de ser del agrado de la mayoría porque a los pocos días se pregonó que se había decidido construirla cerca de la plaza de Bibarrambla, quizás por la proximidad a la alhóndiga de los granadinos, que seguía en uso.

Ficha técnica

  • Localización Puerta Real, esquina con c/ Mesones.

  • Descripción Restos arqueológicos de la Alhóndiga Zayda de cristianos, con patio central y varias dependencias, con sucesivas reformas a lo largo de los siglos XVI y XVII.

  • Cronología Restos de época islámica, desde el siglo XII al XV. Edificio de finales del siglo XV con reformas a finales del siglo XVI.

  • Tipo de protección El edificio está declarado monumento histórico-artístico de interés local desde 1930. Protección urbanística propia del Plan Centro.

El lugar elegido, extramuros, en el arrabal de la Rambla fue uno de los preferidos para asentarse los primeros pobladores. Su eje era la calle Mesones y se caracterizaba por la coexistencia de viviendas con espacios de huertas. Sobre una de estas propiedades se levantó la alhóndiga y otra serie de infraestructuras, como la carnicería y el matadero. El lugar conocido como rastro estaba destinado a las transacciones con el ganado y matadero para el abastecimiento de la ciudad. Se dice que las obras del edificio se terminaron en 1593. No es que estuvieran casi cien años construyéndolo, sino que a finales del siglo XVI se acometieron obras de mejora, embellecimiento y ennoblecimiento de la alhóndiga, siendo finalizadas en esa fecha. Empezaba ahora el periodo de máximo esplendor, siendo uno de los centros de comercio más importantes de la ciudad hasta el siglo XVIII.

Excavaciones arqueológicas

Tras la demolición del antiguo edificio del Suizo resurgieron de nuevo los restos de la alhóndiga Zayda donde los arqueólogos identificaron los restos de su antiguo patio central, formado por un pavimento empedrado con una estructura radial, orientado hacia el Oeste, y parte de las crujías que lo envolvían. Los muros de la construcción castellana eran muy potentes, con 1,25 m de anchura, que es de la primera fase del edificio documentando distintas fases de suelos de cantos de río que se fueron superponiendo con el paso del tiempo.

Los datos históricos insinuaban que no fue una construcción ex novo si no que se había levantado sobre alguna edificación anterior de época árabe lo suficientemente grande como para ser adaptada en poco tiempo a la función de alhóndiga. Y en efecto, en los niveles más antiguos, sobre las arenas del lecho del río aparecieron los restos de esos edificios, muy alterados eso sí, pero entre los que se distinguían varios muros de las dependencias que darían a la calle Mesones y una conducción posiblemente abovedada en origen, construida con sillarejos de arenisca, material profusamente utilizado en Granada durante los siglos XI y XII. Es por tanto en este siglo cuando se construyó el primer edificio, que se mantuvo hasta época nazarí.

De la alhóndiga cristiana, la que quiso que fuese llamada católica, también se documentaron numerosas tinajas de gran tamaño para el almacenamiento de productos, y algunas de las reformas que debió sufrir a lo largo de más de trescientos cincuenta años de vida, hasta que un día aciago de 1856 fue pasto de las llamas. Luego ya conocemos la historia, vino el Suizo, declarado Monumento Histórico-artístico en 1983, y más tarde solo un cascarón. No se conservaron ningunos restos de la antigua alhóndiga Zayda.

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