Edición

Borrar
Sergio García trabaja en casa en algunas láminas de Guerra, en compañía de Maya, su perra. LOLA MORAL
El bucle granadino del 'Guernica': un cómic de 27 metros en el Museo Picasso de París

El bucle granadino del 'Guernica': un cómic de 27 metros en el Museo Picasso de París

Sergio García se inspira en la obra del artista malagueño para crear 'Guerra', un enorme cómic que se expondrá en el Museo Picasso de París y en el Festival de Angulema

Martes, 5 de mayo 2020, 01:33

... La caja sigue esperando. Tres días antes de decretarse el Estado de Alarma, Sergio García (Guadix, Granada, 1967) tenía todas las sirenas puestas. Pum, pum, pum. Los martillazos de aquel miércoles 11 de marzo, chapando la última tapa del envío, sonaban como disparos de francotirador en su cabeza: el tiempo corría en su contra. La caja en sí era una pieza de museo, un enorme contenedor que dibujaba a su paso una línea roja discontinua sobre el mapa, como en una película de Indiana Jones: Granada-Madrid-París. Minutos después de llegar a su destino, las fronteras se cerraron; las calles se cerraron; las puertas se cerraron. Y la caja, que debía abrirse al mundo un 24 de marzo, se quedó esperando en el almacén de tesoros del Museo Picasso de París.

¿Qué título tiene la obra? –le preguntó meses atrás Johann Popelard, curador de 'Picasso y el Cómic', la exposición con la que el prestigioso museo francés debía lucir hasta el 26 de junio. Un canto de amor al cómic y al legendario artista malagueño en el que García juega un enorme papel. Un papel, en concreto, de 27 metros cuadrados.

'Guerra' –respondió Sergio García desde su casa de Granada, en Cumbres Verdes, con la pluma en la mano y el colosal puzzle bélico todavía sin terminar. En la pieza central hay un dictador que le mira amenazante; a él y a todos. Imponente. Rodeado de una historia que se revela poco a poco, como una fotografía en blanco y negro flotando en el estudio. Una fotografía que es, sin serlo, una secuela en viñetas del 'Guernica' original.

Guerra está compuesto por 33 piezas de 1,16 por 0,76 metros. 33 viñetas, como las 33 piezas que conforman el lienzo completo del Guernica de Picasso. «Mientras investigaba para la obra, descubrí que el Reina Sofía había radiografiado el cuadro, que estaba estructurado en 33 piezas exactamente iguales. Algo que me pareció muy cercano al lenguaje del cómic», recuerda García. El mosaico está dividido en dos partes, separadas por una suerte de pantocrator. «Picasso se inspiró en Franco para el 'Guernica' y yo quería crear una figura central, una amalgama de grandes dictadores de la historia, desde Julio César y Napoleón hasta Franco y Hitler. Pero para su cara me inspiré en una persona que estuvo muy asociada a una dictadura: Joseph Goebbels. Porque esta historia tiene mucho que ver con la propaganda. Con las fake news».

El dictador inspirado en Goebbles, en proceso, rodeado por otras piezas de la obra para el Museo Picasso.
Imagen - El dictador inspirado en Goebbles, en proceso, rodeado por otras piezas de la obra para el Museo Picasso.

La historia de 'Guerra' es imponente. Un agujero negro que absorbe y sobrecoge al espectador, diminuto frente al espectáculo. Treinta y tres escenas que narran la vida y obra de un dictador, de los desastres de la guerra, de cómo un hombre decide elevarse en titán para aplastar a otros con los que, inevitablemente, compartirá destino. «A la izquierda del pantocrator –explica Sergio–, el advenimiento del dictador al poder; y, a la derecha, su caída hasta su muerte. Un bucle».

Bucear en la 'Guerra' de Sergio García, por ahora, es un placer pospuesto. Nadie, más allá de los afortunados que se han cruzado en su camino, podrá verla hasta septiembre, cuando el Museo Picasso de París espera inaugurar, al fin, la muestra. «La idea es que esté hasta enero de 2021, pero, como podéis imaginar, todas las fechas son provisionales. Dependemos del virus». Tras París, Guerra viajará al Festival Internacional de Cómic de Angulema, la cita del sector más importante de Europa. De hecho, la obra de García es una coproducción entre ambas instituciones, el Museo Picasso y la Cité Internationale de la Banda Dessinée et de l'image de Angulema.

«La idea es que esté hasta enero de 2021, pero, como podéis imaginar, todas las fechas son provisionales. Dependemos del virus»

Para Sergio García, profesor en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada, dibujar es investigar: nuevas formas de contar, de expresar, de emocionar. Esa investigación le ha llevado por todo el mundo, colaborando con algunos de los artistas más talentosos del globo. Uno de sus últimos trabajos, 'New York', terminó expuesto en el Centro Guerrero, en Granada. Se trata de una enorme novela gráfica, una exclusiva pieza de coleccionismo. Y allí estaba, haciendo una visita guiada a unos amigos, cuando se sorprendió diciendo que le gustaría hacer «algo visualmente parecido al 'Guernica'». Días después, en casa, aquella idea alocada volvió a su cabeza para quedarse: «Quería contar qué es para mí el 'Guernica', qué me dice, cuál es mi reflexión...».

Cuando el proyecto comenzó a tomar forma, García, que publica ilustraciones sobre narraciones clásicas en The New York Times, estaba terminando, precisamente, una pieza sobre 'La Guerra de los Mundos'. «Recuerdo que el paralelismo con la obra de H. G. Wells me hacía reír. Por un lado, la lucha entre seres humanos. Por otro, una batalla contra un microbio que no puedes ver, un enemigo invisible. Mis últimos trabajos tienen una relación indirecta con la sociedad actual. Hay un bucle que se está cerrando. Eso pasa también en 'Guerra', la vuelta al ciclo».

«Porque llegará otro cabrón, otro canalla, otra circunstancia que hará que venga otra guerra. Porque el ser humano es así»

Y así es: en la primera pieza, el mal que se hace hombre, nacido de un río de almas torturadas. En la última, un dictador destronado cae y se emborrona en ese fluir constante. «Después de la guerra se pasa a la reconstrucción, pero con un guiño a la siguiente guerra. Porque llegará otro cabrón, otro canalla, otra circunstancia que hará que venga otra guerra. Porque el ser humano es así».

El proceso

El proceso creativo de 'Guerra' también es complejo e innovador, como su propia narración. «Quería investigar en la parte técnica y por eso desarrollé un proceso distinto», dice. Primero hizo bocetos de cada una de las treinta y tres viñetas que componen el gran rompecabezas. Después, las dibujó en la tableta, «un dibujo bastante geométrico, con muchas curvas». ¿Saben esas máquinas de corte de vinilo que se usan para hacer, por ejemplo, camisetas? Sergio se hizo con una, le quitó la cuchilla e instaló, en su lugar, un lápiz. «La máquina hacía el encaje sobre las hojas y, una vez terminado, lo entintaba con pluma y cuatro tintas, una negra y tres tonos de gris. Todo en el resultado final son líneas de plumilla». A continuación, la artista Lola Moral, su mujer, se encargó de montar las piezas una a una: «El papel encolado sobre el tablero y un bastidor que, unidos, dan lugar al conjunto de 'Guerra'».

Del lápiza a la plumilla.

«¡Vamos Maya!», grita Sergio. Es la una de la madrugada y el granadino decide soltar el lápiz para hace caso a Maya, su perra. La labradora también se lo ha ganado, siempre paciente testigo de sus trazos y entintes. Ella estuvo con él los diez meses de trabajo de 'Guerra'. «Empecé en abril de 2019 y terminé el 11 de marzo de 2020, tres días antes del estado de alarma. Aunque la pesadilla fueron los últimos tres, de seis de la mañana a doce de la noche, sin parar. Imagínate, cuando acabé, deseando relajarme unos días, deseando ver cómo llegaba a su destino y se exponía y, entonces, pum, pum, pum, coronavirus».

Maya y Sergio salen a pasear por Cumbres Verdes, de madrugada, en plena fase cero de la desescalada. Hace un calor asfixiante. 21 grados. Maya se va a sus cosas y Sergio piensa en el bichito, en su próxima ilustración para el New York Times, en el libro para Toon Books con Nadja Spiegelman, en las tutorías con sus alumnos y en la caja. También piensa en la caja. Y en que ya queda menos para que el bucle del Guernica vuelva a empezar. «Todo es un bucle», suspira. «Unas guerras acaban y otras empiezan, aunque no veamos al enemigo», termina. Mientras, la caja sigue esperando...

Lola Moral y Sergio García, en su casa de Cumbres Verdes. RAMÓN L. PÉREZ

El investigador del cómic que enamoró a Nueva York

Sergio García es profesor de Ilustración y Cómic en la Universidad de Granada, donde combina su labor docente y de investigación con el dibujo experimental. García ha ilustrado numerosos libros y cómics en las últimas décadas. Un camino que, inesperadamente, le abrió las puertas de Estados Unidos. «Me llamó Francoise Mouly, la directora de arte de la revista New Yorker, y mujer de Art Spiegelman (uno de los dibujantes más auténticos y aclamados del cómic). Había visto un libro que habíamos hecho en Francia, con Lewis Trondheim, 'Los tres caminos'». En uno de sus encuentros surgió la idea de colaborar con Nadja Spiegelman, hija del matrimonio. Así nació 'Perdidos en NYC', libro que en Estados Unidos, en el ámbito educativo, ganó muchísimos premios. «Fue el libro que representó al estado de Nueva York en la Feria Nacional del Libro que se hace en Washington todos los años. Un honor increíble», dice García.

El New York Times se interesó en su trabajo y le invitaron a trabajar en la sección de libros, haciendo una página gráfica en la que se reflexione sobre una pieza literaria:'Alicia en el País de las Maravillas', 'Pinocho', 'La caída de la Casa Usher', 'Moby Dick', 'La Guerra de los Mundos' e, incluso, una poesía de Walt Whitman

Nada más arrancar 2019, la serie 'New York' de Sergio García se expuso en el Centro Guerrero de Granada. Está cerca de publicar un libro para la editorial Toon Books, en Estados Unidos, con guión de Nadja Spiegelman y colores de Lola Moral. Y, en septiembre, con suerte, su Guerra llegará a París.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal El bucle granadino del 'Guernica': un cómic de 27 metros en el Museo Picasso de París