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Mausoleo con tumbas islámicas en perfecto estado en c/Horno de San Cecilio. EUSEBIO ALEGRE
Cuando el Campo del Príncipe era un cementerio a las afueras de Granada

Cuando el Campo del Príncipe era un cementerio a las afueras de Granada

Granada Arqueológica ·

Los primeros enterramientos se hicieron a finales del siglo XIII y hasta la conquista castellana fue uno de los lugares de inhumación más importantes

Sábado, 10 de julio 2021, 23:36

El corazón del Realejo es el Campo del Príncipe, una de las plazas históricas con más solera de Granada. El origen de su nombre es confuso, porque si bien una leyenda cuenta que recibió el nombre al morir en este lugar un príncipe cristiano que cayó de su caballo, otra tradición más prosaica, asegura que la plaza es producto de la explanación realizada a finales del siglo XV para conmemorar la boda del príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos. La primera carece de fundamento alguno y la segunda se sustenta en el hecho de que en 1497 el cabildo de Granada ordenó a los vecinos de Otura que, en virtud de sus obligaciones con la ciudad en época nazarí, previas a la conquista cristiana, explanaran un campo en conmemoración del casamiento real.

¿Era este el origen del Campo del Príncipe o esta primera intervención se hizo en las afueras del Realejo? En cualquier caso, lo que sí conocemos con certeza es que el trazado de la plaza tal como la conocemos se hizo unos años más tarde, entre 1513 y 1517, llamada desde entonces como hoy la conocemos.

También es un lugar que tradicionalmente se ha relacionado con la existencia de la judería en sus proximidades, algo que debemos poner en tela de juicio, a tenor del mutismo e indivisibilidad de la comunidad judía desde el punto de vista arqueológico.

Campo del Príncipe, antiguo cementerio islámico. IDEAL

¿Qué nos dice la arqueología sobre el origen del Campo del Príncipe? En los siglos XI y XII toda esta zona, incluyendo todo el barrio del Realejo, se encontraba extramuros de la ciudad, quedando conectado con el centro de la medina por medio de dos puertas que ya no existen, la Bab al-Fajjarin o Puerta de los Alfareros, que se ubicaba en la actual Placeta Fortuny, y la Bab al- Mawrur o del Mauror, que existió por debajo de Torres Bermejas, cerca de la plaza de la Puerta del Sol.

La zona más próxima a la primera estaba ocupada, tanto intramuros como en el exterior por alfarerías, y el resto, por amplios espacios de cementerio que se extendían todo lo que queda por encima de la calle Molinos. Los primeros enterramientos empezaron a hacerse en época almohade, a finales del siglo XIII, y durante todo el periodo nazarí, hasta la conquista castellana, fue uno de los lugares de inhumación más populares de la ciudad, junto con el gran cementerio de la Puerta de Elvira.

Límites

Sus límites eran por un lado la Cuesta del Realejo y la zona de las Huertas de Belén por el otro, concentrándose en la parte central –en lo que hoy es precisamente el Campo del Príncipe– la parte más importante y frecuentada el cementerio que ascendía ladera arriba hasta conectar con la maqbara de la Sabika, confundiéndose a veces los límites entre uno y otro. No obstante, parece que existían cierta diferenciación dentro del enorme cementerio porque por las fuentes árabes conocemos el nombre de varios, distintos entre sí, como por ejemplo la maqbara de al-Fajjarin, es decir el cementerio de los alfareros, que tomaría su nombre por su proximidad a la puerta homónima; la maqbara al-Assal o cementerio del Melero, que se correspondería con la parte más meridional, en las huertas de los Ángeles y Belén, o la maqbara al-Mawrur, es decir, el del Mauror.

Ficha técnica

  • Localización Campo del Príncipe. Barrio del Realejo.

  • Descripción Origen de la plaza, los cementerios islámicos de Los Alfareros, del Melero y del Mauror.

  • Cronología Desde época almohade hasta finales del siglo XV.

  • Tipo de protección No tiene ningún tipo de protección específica, salvo la propia de la zonificación arqueológica de la planificación urbanística.

Las excavaciones arqueológicas que se han hecho en toda la zona confirman este uso hasta finales del siglo XV. Del cementerio de los Alfareros, sin duda el más grande y que ocupaba la mayor parte de la actual plaza, destacan las excavaciones realizadas en el Palacio del Almirante de Aragón, en la c/ Horno de San Cecilio, Cuartelillo, Molinos, etc., mientras que de la Maqbara al-Assal, los restos son más exiguos, habiendo documentado algunos enterramientos en las calles aledañas a la antigua huerta de Belén.

Hornos de cerámica

En cualquier caso, parece que antes de época almohade, durante todo el siglo XI, hubo algunos hornos de cerámica diseminados por la actual explanada y la ladera, aprovechando las capas de arcilla que se encuentran en el sustrato geológico. Restos de estas industrias aparecieron tanto en las excavaciones que se hicieron en la parcela que existe debajo del Hotel Alhambra Palace como en las del Palacio del Almirante.

Durante las obras de rehabilitación la actual Escuela de Arquitectura aparecieron hasta una veintena de tumbas, dispuestas de forma ordenada siguiendo el aterrazamiento de la ladera. La mayor parte se encontraban parcialmente destruidas porque habían perdido las cubiertas y señalamientos externos, algo que es muy frecuente en casi todas las excavaciones de la zona, debido a la prohibición de enterrarse con el rito islámico a partir de 1500, cuando se empezaron a reutilizar como material de construcción.

Fosas de enterramiento del cementerio de la Bab al Fajjarin, Campo del Príncipe. LUISA LEYVA

La gran mayoría de las tumbas aparecen excavadas en la roca, con fosas de forma cuadrangular o en bañera y se han documentado algunas curiosidades interesantes. En Cuartelillo nº12 se excavó una tumba que presentaba una orientación completamente contraria al resto, en este caso de Este a Oeste y en su interior había el esqueleto de una mujer joven colocada en una posición que no es la propia del ritual islámico, situada boca arriba con los brazos cruzados sobre el pubis. Posiblemente se tratase de un enterramiento de una granadina de religión cristiana que vivía dentro de la ciudad nazarí. En otra tumba los antropólogos identificaron la presencia de un individuo que murió enfermo de sífilis, lo cual es un dato muy interesante porque esta enfermedad, que llegó a Europa en 1493, tuvo una primera epidemia en 1495, unos años antes de que se prohibiera el uso del cementerio.

En cualquier caso, la excavación más importante e interesante, por el buen estado de conservación de las tumbas, algo casi excepcional, es la que se hizo en c/ Horno de San Cecilio nº5, en donde además de excavar las tumbas intactas, con su sistema de bordillos perimetrales y señalamientos externos, se identificaron varios panteones familiares y una zona de enterramientos múltiples.

Los cementerios fueron sustituidos por la plaza, que pronto se convirtió en uno de los lugares más importantes de la Granada Moderna, urbanizándose todo su entorno. Pero eso ya es otra historia y otra arqueología.

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