Las casas moriscas, el extraordinario patrimonio 'oculto' de Granada
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Granada Arqueológica ·
Se trata de construcciones realizadas por los moriscos a partir del año 1492 y que se distribuyen por el barrio del AlbaicínEntre el rico y variado patrimonio histórico que atesora el barrio del Albaicín, las 'casas moriscas' son uno de los elementos más singulares y también más desconocidos. Se sabe que están, que existen, pero pocas se pueden ver y disfrutar.
Esto es debido en gran parte al carácter privado de la mayoría, que salvo las más singulares y conocidas, como la de la c/ Horno del Oro, la Casa del Chapiz, la antigua Casa Yanguas o el Carmen de Aben Humeya, permanecen en el anonimato, incluso para los granadinos más perspicaces en el conocimiento del barrio. Muchas están catalogadas y protegidas bien por el planeamiento urbanístico municipal, bien por la Consejería de Cultura, protección que no ha impedido su lamentable abandono, pero otras, que son desconocidas, reaparecen debido a los estudios arqueológicos vinculados a la rehabilitación.
Para la mayoría tampoco está claro qué son: su nombre induce a pensar en las casas que han llegado hasta nosotros del amplio periodo de la historia en el que la ciudad se encontraba culturalmente en la esfera del mundo árabe, en parte porque existe una confusión entre el significado de términos como árabe, islámico, mudéjar, morisco…
En primer lugar, debemos empezar por aclarar que una 'casa morisca' es aquella que construyeron o reformaron los moriscos, herederos de los antiguos nazaríes, mudéjares a partir de 1492, convertidos forzosamente al cristianismo a partir de 1501, momento en el que pasaron a ser conocidos como cristianos nuevos o moriscos. Esta población, a pesar de todo, mantuvo fuertes lazos con su antigua cultura islámica, materializada en la arquitectura doméstica con un tipo de vivienda que es la que conocemos como casa morisca.
En el año 1994, cuando el Albaicín fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, todavía quedaban en pie unas ochenta casas, si bien su estado de conservación era muy diverso. El deterioro sufrido en los últimos años es evidente, pero los estudios arqueológicos realizados en muchas de ellas, a la par que eran restauradas, nos han permitido conocerlas mucho mejor. El resultado final es un corpus de información sobre cada uno de los inmuebles que reflejan la evolución sufrida a lo largo de lo últimos cuatrocientos años.
Localización Las casas moriscas del Albaicín se distribuyen por todo el barrio, siendo las más importantes las de c/ Horno del Oro y casas del Chapiz, entre otras.
Descripción Casas de patio central, con acceso desde un adarve. Distribución de varias crujías en torno al patio, donde se disponen los salones principales. Suelen tener pórticos y galerías, yeserías y carpintería mudéjar.
Cronología La mayor parte son antiguas casas nazaríes remodeladas en el siglo XVI. Perduran hasta el siglo XVII.
Tipo de protección Están declaradas BIC las casas moriscas de calle Horno del Oro nº14, Pardo nº5 y Casas del Chapiz. El resto están catalogadas por el PEPRI Albaicín.
Un buen ejemplo es la Casa Morisca de la calle Almez, situada a media ladera, en la vertiente sur del barrio. Conservaba la crujía de fachada original, construida con cajones de tapial, separados por verdugadas de ladrillos y cimentados sobre una base de mampostería. Según los resultados de las excavaciones y de una valoración de los restos emergentes, la casa se construyo en época nazarí, en el siglo XV, pero sufrió una serie de reformas muy importantes a lo largo del siglo XVI y sobre todo el XVII. Desde sus orígenes se articulaba en torno a un patio central, y con seguridad tendría tres crujías, es decir una planta en U.
El acceso se hacía por medio de un callejón lateral, o adarve, en donde se abría la puerta principal, dando paso a un zaguán, un espacio de cocina y una letrina. Las salas principales se encontraban en la crujía de fachada que en planta baja tenía un salón principal y dos alanías o estancias laterales, estructura que se repite en la planta alta, estando cubierta la central por una armadura de par y nudillo con vigas agramiladas. En el siglo XVI se le incorporó la galería perimetral al patio y los elementos de madera más característicos, como pies derechos, canecillos y zapatas, pero lo más significativo y curioso son los cambios que se produjeron en su estructura básica: se anuló la entrada por el adarve y se abrió una puerta en el muro de fachada con la calle, rompiendo la distribución original islámica.
¿A qué responde este cambio, aparentemente sin trascendencia? En el intento por abolir las costumbres más arraigadas de los moriscos, que se celebraban en la intimidad de sus casas, a lo cual favorecía su distribución interna, las autoridades de la ciudad ordenaron que se abrieran las puertas de entrada desde la calle en la fachada, para de esta forma ver qué se hacía en el interior de la vivienda y coartar la intención de los moriscos en su perseverancia por mantener sus costumbres culturales islámicas. Ejemplos similares también se han excavado en las casas moriscas de la calle Gloria nº9, Panaderos 10, San Buenaventura o en la de la calle Horno de San Agustín.
En todos los casos nos encontramos con una estructura similar: patio central, con o sin alberca, delimitado por un andén que está ocupado por los soportes de la galería de la planta superior, y en torno a éste, se organizan los distintos espacios domésticos. En la casa morisca de la calle San Buenaventura, de reducidas dimensiones, al excavar en el patio apareció una pequeña alberca. Otras, por el contrario, presentan unas dimensiones importantes, como por ejemplo la que existe en la casa de la Cuesta del Chapiz, aunque también es muy frecuente que se haya perdido en las remodelaciones posteriores.
Los salones principales, en donde se desarrolla la vida familiar y doméstica, suelen estar en los extremos, casi siempre orientados al Norte y Sur, precedidos por un pórtico que puede estar sustentado por columnas en las casas de mayor porte, aunque lo más usual es el uso de pilares de ladrillos, de planta rectangular, como en la casa morisca del callejón de la Gloria, o de sección octogonal, en la c/ Almez y en la c/ Panaderos. Yeserías y carpinterías de tradición nazarí completan el programa decorativo, muy sobrio en la mayoría de los casos.
Los acontecimientos históricos sentenciaron la continuidad de esta arquitectura: la Guerra de las Alpujarras (1568-1571), la derrota de los moriscos y su expulsión pusieron su punto final
Muchas de estas casas sufrieron remodelaciones muy profundas durante los siglos XVIII y XIX, perdiendo parte de sus elementos originales, como sucede en la casa de la calle Pilar Seco nº6, pero en otros casos quedando enmascarados, reapareciendo ahora cada vez que son analizadas arqueológicamente.
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ángel rodríguez
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