![José Luis posa, cuatro años después, junto a su foto, expuesta en el escaparate de la tienda Vroda, en la calle Cruz.](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201906/05/media/cortadas/trans%20(2)-k4aC-U80442207017jGE-624x385@Ideal.jpg)
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El abismo de la soledad. El no tener apoyo de 'tu familia'. El tener casa, madre y hermano, pero no un 'hogar'. El tener miedo de descubrirte tal y como eres. Pero, una vez que lo haces, descubres que tu verdadera familia, aunque no de sangre, te quiere, te apoya y protege mucho más, y que siempre están a tu lado luchando por verte sonreír». Lo escribió José Luis hace cuatro años. Lo escribió, a modo de reflexión, junto a una de las diez imágenes de 'I want to be butterfly', donde el fotógrafo granadino Ángel Guzmán cuenta la historia, muchas veces complicada, de nueve transexuales. Transexuales como José Luis, que ayer volvió a verse. Su fotografía, realizada en 2015 en un portal de la Gran Vía de Granada, se puede contemplar a lo largo de esta semana en la calle Cruz con motivo del Orgullo. Una exposición interesante por el fondo, la reivindicación de la identidad de género, y por la forma, los escaparates de los siete comercios que se han implicado en esta iniciativa (Alquimia, Lodels, Vodra Impresiones, Dune Cómic, Freakmondo, Cuentas y pico y La Madriguera).
José Luis, que este mes cumplirá los veinticinco años, ha cambiado poco físicamente. Tan sólo una barbita incipiente y el cabello recién arreglado en la peluquería. «Estoy estancado», responde cuando se le pregunta por su estado emocional. «Estoy a la espera de que me llamen para la primera de las operaciones», agrega. Posiblemente el momento más decisivo de su vida. Un punto de inflexión en un proceso que comenzó con la adolescencia, cuando empezó a darse cuenta de lo que era. Que continuó a los dieciocho años, cuando comenzó a aceptar lo que era, un hombre que nació en el cuerpo de una mujer. Y que finalizará cuando le intervengan quirúrgicamente y tenga el sexo de un varón.
Ángel Guzmán, profesor en la Escuela de Diseño y Artes Visuales 'Estación Diseño', asegura sentirse muy contento con la experiencia de mostrar 'I want to be butterfly' en un espacio singular. «Me encantó la idea porque me pareció una manera de llevar el arte a la calle», explica Ángel, que en breve repetirá la experiencia en Don Benito (Badajoz). Un hito más en el recorrido de este proyecto ya mostrado en salas de exposiciones y galerías de Málaga, Alcalá de Henares, Sevilla o Badajoz.
Y es que la transexualidad, como explica Ángel Guzmán, ha sido objeto de representación en el ámbito artístico desde hace más de dos décadas. No obstante, Ángel ofrece una visión renovadora porque no centra el foco en el cuerpo, sino en el contexto. «Cuando se habla de una persona transexual –comenta el autor– solemos reducirla a ese hecho únicamente, olvidando todo lo que hay alrededor». A través de nueve retratos –la décima obra, de carácter más simbólico, es una mariposa recién salida del capullo–, Guzmán intenta llenar la sensación de vacío, y mostrar cómo los estados y sentimientos de los transexuales son los mismos que los que podemos experimentar cualquiera de nosotros debido a la soledad, el abandono, la decepción, la incertidumbre...
Ángel Guzmán, Autor de la exposición
El desasosiego provocado por la ausencia de amor durante toda una vida. El placer de yacer con el ser amado. La curiosidad ante el descubrimiento de lo que realmente es uno. El dolor que produce la incomprensión no sólo de la sociedad, sino de los seres más cercanos. El sentirse querido.La desesperación por mirarse en el espejo y no reconocerse.La alegría de haberlo conseguido tras un arduo camino plagado de desavenencias y de luchas contra uno mismo. El deseo frustrado de ser madre.
José Luis, Protagonista de una foto
Todos estas son las historias narradas por Ángel en 'I want to be butterfly', que permanecerá instalada hasta el 10 de junio. Historias protagonizadas por Marta (6 años), José Luis (20 años), Fabiola (23 años), Mayte (23 años), Iván (30 años), Aarón (30 años), Vanessa (33 años), Sandra (42 años) y Regina (61 años). Historias que demuestran que, pese a la pretendida evolución de las mentalidades, aún queda mucho camino por recorrer para normalizar algo tan normal como la identidad sexual.
Ángel Guzmán (Granada, 1980) vive y trabaja en Granada. Pese a diplomarse en Turismo, siempre ha cultivado su interés por la fotografía de un modo autodidacta para en 2013 comenzar una formación reglada. Ha participado en distintas exposiciones tanto individuales como colectivas y varias de sus obras forman parte de colecciones provinciales. Apasionado por un estilo fotográfico narrativo y cinematográfico, su exposición 'I want to be a butterfly' se ha mostrado en ciudades de todo el territorio español.
Actualmente compagina la docencia en la escuela Estación Diseño con sus proyectos fotográficos personales y su trabajo como fotógrafo freelance.
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