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Vanessa Sánchez
Granada
Sábado, 11 de mayo 2019, 02:56
Karlos empezó a escribir su nombre como acto de rebeldía con 'k' porque tras saltarse la clase anterior a un examen, el profesor del instituto no le permitió presentarse, tan sólo escribir su nombre en el folio de la prueba. Con este antecedente nada ... hacía presagiar que la docencia fuese a ser su gran pasión junto a la música. Este granadino criado en Motril cumple este sábado 43 años y lo hará en el festival que organiza desde hace cuatro ediciones: En Órbita. No es la única referencia en su vida a la astronomía. Hace años creó el Festival Extratonauta. Hay otras alusiones en sus proyectos profesionales a la afición que le viene por su abuelo Fernando. Su hermano Luis, tres años mayor, recuerda que en Belicena, cuando apenas había unas cuantas casas de pastores, su abuelo les mostraba las constelaciones por las noches. Karlos sigue subiendo a Sierra Nevada para observar a las Perseidas surcar los cielos granadinos.
La música llegó a la vida de Karlos a través de las letras. En su adolescencia, su profesor de literatura le animó a escribir y fundó con sus amigos el fanzine Roncanrol. Unos años después vino a estudiar magisterio en Granada y amenizaba esa etapa de estudiante con otra publicación que creó con su hermano y otros compañeros de piso: Avo-Kaos. También de contenido musical. Un poco más tarde surgió la oportunidad de formar parte del equipo que hace la edición Sur de MondoSonoro junto a Arturo y trabajó con él durante 10 año en esta revista especializada. En este tiempo le acompañó también en los conciertos junto a su banda; fueron más de 150. En ese entorno es cuando se animó a sumergirse en la escena musical granadina de una forma más activa y empezó a gestionar la programación de las salas SugarPop y Planta Baja. De ahí dio el salto a los festivales, con Extratonauta cuya última edición fue en 2010.
Pero esta trayectoria profesional la combina con su vocación de docente. Desde hace 15 años Karlos es maestro de primaria. Da clases en los Agustinos y disfruta haciendo divertido el aprendizaje. Según Gema, que no es su hermana de sangre pero así la considera él, gran parte de su tiempo libre lo dedica a estudiar nuevas formas de enseñanza para que sea más amena, para hacer que los niños sean felices porque esa «es su felicidad».
Ese es el motor de la felicidad de Karlos: el bienestar de quienes le rodean y hace todo lo posible por conseguirlo. Ya sea el público de sus eventos, sus alumnos, su familia o sus amigos, quienes le conocen dice que se vuelca para asegurar que están bien. Goza al ver cómo disfruta la gente a la que quiere cuando hace regalos a raíz de una conversación que pudieron mantener el día anterior o hace tiempo. Detalles que brinda para procurar la felicidad a esa persona. Por el contrario, su máximo temor es que ese bienestar del que es artífice desaparezca. Los miedos de Karlos se encuentran justo en el lado contrario: que sus alumnos se aburran en clase, que el público no disfrute de sus eventos, o aún peor, que él encuentre tedioso su trabajo, en el colegio o en sus producciones musicales. En definitiva, a lo que más le teme es a que se aburra de hacer lo que hace porque le encanta.
No ha perdido su relación con el mar, con sus orígenes, le gusta disfruta de la costa. Aunque nació en Granada, Karlos vivió y creció en Motril. En su adolescencia conoció a Gema. Ella ha ejercido de hermana mayor desde los 15 años. De esa época recuerda las confidencias sobre los primeros amores y le pedía opinión cuando le presentaba a alguna chica. También, le rememora al joven escuchando con su walkman música siempre, mientras estudiaba o redactaba los contenidos del fanzine. Los Planetas, vinieron después de Simon y Garfunkel que es un disco que conoció en casa por su madre, ya fallecida. Después vinieron los vinilos de Duncan Dhu, de Los Rebeldes y de Loquillo, por su hermano mayor.
Además, le gustaban los Héroes del Silencio y sigue la trayectoria musical de Enrique Bunbury. Copió durante dos años su estilo dejando crecer su pelo hasta lucir una melena lisa como el cantante zaragozano. Ese 'look' le duró lo que tardó en darse cuenta de que ligaba más con pelo corto.
Aunque sus primeros gustos musicales le llegaron por su hermano Luis, éste confiesa que enseguida le adelantó en conocimientos de bandas emergentes, de lo que antes era considerada música alternativa. Luis conoció el inicio de bandas como La Habitación Roja o la Casa Azul a través de Karlos. Lo que más escucha ahora, en los pocos momentos que pasa en casa, es Sigur Ros, Arcade Fire, Los Planetas, Lagartija Nick y Family, un grupo que solo llegó a publicar un disco.
Karlos Díaz cumple 43 años este sábado y lo hace acompañado y disfrutando con su equipo, sus amigos y su familia que son lo mismo. Europa, otra amiga-hermana, considera que Karlos cuida mucho de todos sus amigos, que los conserva desde la infancia y que para ello nunca pierde sutemplanza. Su carácter conciliador es destacado por todos sus allegados, su hermano además señala que es muy positivo; siempre ve el lado bueno de cada persona, de cada situación. Su forma de evadir el conflicto le viene desde hace muchos años. Luis confiesa que tiene como suele decirse 'muy mal perder' y para no verle «enfurruñado» se dejaba ganar en los juegos cuando eran niños.
Todas las personas de su entorno destacan que es muy organizado y metódico, tanto a la hora de trabajar, como al hacer una maleta o planear una escapada.
Siempre tiene un objeto fetiche, una especie de amuleto pero va por épocas, puede durarle un par de años. En estos momentos su fetiche es una chapa que muestra una ilustración de un hombre que viaja en un avión de papel. Le describe Karlos como un soñador, pero intrépido viajero. En ese sentido, el granadino disfruta de los viajes a ciudades cosmopolitas; su amiga Europa le describe como un urbanita, que se siente más atraído por las capitales europeas que por destinos exóticos o rurales.
En su viaje vital, Karlos goza aprendiendo y desarrollándose profesionalmente. Sigue formándose e investigando para encontrar otros modos de hacer disfrutar a sus alumnos en sus clases, según explica su hermano. Luis ve a Karlos en un futuro lejano, en su edad más madura, manteniendo ese rol de maestro y dedicándose a la música como ahora, generando momentos estelares en las vidas de la gente que asiste a sus eventos, para que se mantengan en su memoria como perviven en la de Karlos esas noches de observación del firmamento junto a su abuelo.
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