Los misterios de la puerta semienterrada de Granada
Patrimonio ·
Manuel García, policía local de Pulianas e historiador aficionado, ha investigado el arco de la carretera de la Alhambra que, pese a su visibilidad, forma parte del patrimonio desconocido de la capital
Manolo García es uno de los seis policías locales de Pulianas. Patrulla siete horas al día y aprovecha los ratos libres para 'practicar' su gran pasión: investigar la Historia de Granada. Y a eso se ha dedicado desde el pasado mes de septiembre, a recabar todos los datos sobre el origen de uno de los elementos patrimoniales más familiares y a la vez más desconocidos de la capital, ese arco de medio punto situado en la intersección de tres carreteras transitadas a diario por miles de conductores: la de Cenes de la Vega, la de la Alhambra y la antigua de Sierra Nevada.
Seguro que en alguna ocasión, pasando por este punto, usted se ha preguntado ¿qué es eso? Exactamente lo mismo que se cuestionó hace ocho meses Manolo en una de sus frecuentes caminatas por este cruce de caminos –vive en Lancha de Cenes–.
Los resultados de sus pesquisas no pueden ser más interesantes. La propia construcción, que se halla semienterrada –originalmente debió tener unos cinco metros de altura–, ya proporciona bastantes claves sobre su pasado. Por lo pronto, que está dedicada a Nuestra Señora del Carmen.
Para entenderlo, eche un vistazo a la foto que ilustra este reportaje, donde se yuxtaponen una imagen actual y otra en blanco y negro tomada posiblemente en los años cincuenta. Fíjense en esta última. La mujer que está sentada a la derecha era Carmen García Trevijano, esposa de quien compró esta finca en los años cuarenta, un señor que se llamaba José María Nestares Cuéllar y que ha pasado a la Historia de Granada como el Capitán Nestares, delegado de Orden Público durante la sublevación de 1936 y bajo cuyas órdenes fueron fusilados miles de granadinos como Federico García Lorca.
Fue el Capitán Nestares quien, en honor a su esposa, puso la placa donde se puede leer 'Nuestra Señora del Carmen 1780-1941'. El primer año, 1780, hace referencia a la fecha en que se erigió esta puerta monumental, y 1941 por ser cuando el Capitán Nestares adquirió esta propiedad. El caballero con sombrero que aparece es Nicolás Guerrero, que era el guardés.
Estamos, por tanto, ante un arco con 242 años de existencia por el que se accedía a una parcela que ha tenido trece dueños, tal y como se puede constatar en un documento público expedido por el Registro de la Propiedad y en los fondos consultados por Manolo García. Concretamente los archivos históricos provincial y municipal, el de la Catedral y también fuentes vivas directas como Fernando Nestares García-Trevijano, «cuya inestimable ayuda ha sido fundamental para desvelar todos los secretos de este enclave», reconoce García, quien agrega que este 'portón', que dio nombre a un pub que hubo en la zona en los años ochenta, aguantó inmutable la Invasión Francesa de 1808, la Desamortización de Mendizábal de 1836, guerras, terremotos y en las últimas décadas una importante expansión urbanística en esta parte de Granada.
La historia de este lugar se remonta a la Conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos. Según explica Manolo García, «el sitio, denominado 'Pago del Pedregal', formaba parte de la Alhambra, y estaba regado por la acequia del Cadí, aunque la Gorda también discurre por las inmediaciones». Esas tierras fueron concedidas en 1538 al Convento de los Ángeles, cuyas madres franciscanas primero y clarisas después lo explotaron con varios cultivos para garantizar el sustento de las religiosas. El arco fue erigido en el año 1780 como acceso a uno de estos huertos.
Trece propietarios
Posteriormente, el Pago del Pedregal pasó por muchas manos. En total, trece. La primera inscripción en el Registro Civil data del 8 de marzo de 1869 a favor de Nicolás Guillermo Martín. Después vinieron once particulares más hasta que el cortijo se disgregó en varias parcelas sobre las que se fueron erigiendo, poco a poco, todas las viviendas y edificios que conforman este barrio, conocido porque ahí está el hospital Vithas y porque por ahí también se sube hasta el conjunto monumental de la Alhambra y el cementerio de San José.
Un exhaustivo y riguroso trabajo de documentación realizado por Manolo García, al que seguirán otros relacionados con hombres y mujeres de Granada con gestas históricas en su haber. A Manolo García le apasiona, por ejemplo, Pedro Afán de Rivera, capitán de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, hundida cerca de las costas de Portugal por los ingleses en 1804. «A Pedro Afán, nacido en Huélago, le debemos que, gracias a sus anotaciones, se pudiera demostrar que los tesoros que llevaba aquella embarcación pertenecían a España». En referencia al intento de expolio del Odyssey.
Esta fascinación por la historia naval también le ha llevado a Manolo García a profundizar en los logros del accitano Lope de Figueroa, que luchó en la batalla de Lepanto, y cuyos restos yacen en la iglesia de San Francisco de Guadix.
Porque, como reflexiona el propio Manuel García, «la verdad de todo está en nuestra Historia y porque nosotros también seremos Historia».
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