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Yacimiento aparecido durante las obras de construcción de la Autovía de la Costa correspondiente a un cementerio real de época nazarí. IDEAL
Los reyes sin tumba, el trágico final de la Rawda de la dinastía nazarí

Los reyes sin tumba, el trágico final de la Rawda de la dinastía nazarí

Granada Arqueológica ·

La Alhambra tiene un edificio de planta rectangular, que en su centro conserva un espacio cuadrado, en cuyo subsuelo hay tres tumbas

Sábado, 9 de octubre 2021

Toda dinastía además de fundar palacios o una ciudadela, que la hace reconocible a los ojos de sus súbditos y al resto de contemporáneos, también suele crear un mausoleo o lugar común de enterramiento de los miembros más destacados. De ese modo se visualiza la unidad y la continuidad de la familia que ostenta el poder frente a otros. Ambas cosas forman parte del aparato de imagen y propaganda utilizado por los nazaríes en la Edad Media: por un lado, fundaron y construyeron palacios en la Alhambra, frente a Granada, a los ojos de los habitantes de la ciudad, y cuando ya estuvo consolidada la continuidad dinástica, levantaron un panteón para enterrarse en él, conocido como la 'Rawda'.

El término significa literal mente 'jardín', pero su uso en muchos casos derivó para designar un lugar de enterramiento acotado, con arquitectura suntuosa, rodeado de zonas ajardinadas. Debió existir uno en la maqbara de la Sabika, pero al que nos referimos se encuentra al noroeste de la mezquita mayor de la Alhambra, separada de la Casa Real por la calle Real Baja. La fecha de su fundación es imprecisa, siendo atribuida por unos a Ismail I, es decir a principios del siglo XIV, y a Muhammad V por otros. Antes de su construcción el sultán fundador, Muhammad I, y sus sucesores fueron sepultados en el cementerio de la Sabika, salvo su hijo Muhammad II, que parece ser el primero que utilizó el lugar de la futura Rawda real para su inhumación. Este hecho no fue secundado por los siguientes sultanes, hasta que Ismail I accedió al trono. Realizó importantes campañas militares en las tierras del Alto Guadalquivir, destacando el asedio de Martos en 1325. Tras esta campaña fue asesinado en su palacio siendo inhumado en la Rawda de la Alhambra.

A partir de él parece que todos los sultanes siguieron utilizando el cementerio real de la Rawda. Al menos tenemos la certeza de que fueron enterrados allí Muhammad IV, Yusuf I, posiblemente Muhammad V y Yusuf III.

Exhumación

Tras la conquista de Granada, Boadbil exhumó los restos de sus antepasados y los trasladó consigo en el exilio hasta una rawda que poseía su mujer en la alquería de Mondújar, a los pies del castillo que había mandado construir su padre, Muley Hacén. A partir de esta época, el edificio en la Alhambra fue utilizado como casa de vecinos en época castellana, arruinándose con el paso del tiempo.

El redescubrimiento del panteón real lo hizo Mariano Contreras en 1887, pero fue Leopoldo Torres Balbás quien en 1925 lo excavó y recuperó, quedando como una ruina arqueológica hasta que fue restaurado por Pedro Salmerón en el año 2000.

Se trata de un edificio de planta rectangular orientado de Sureste a Noroeste, que en su centro conserva un espacio cuadrado, probablemente una qubba abierta por sus laterales, cubierto con una cúpula, en cuyo subsuelo hay tres tumbas. Se accede desde la calle Real por medio de un arco de herradura ligeramente apuntado, decorado con paños de sebka de ladrillo en las albanegas, dando paso a un pequeño vestíbulo que conducía de forma directa al interior del panteón. En el extremo noroeste hay tres vanos que se corresponden con tres estancias: la central con dos tumbas y las laterales con una cada una. Al sureste de este edificio había otro espacio acotado a modo de jardín que cuando fue excavado estaba completamente ocupado por fosas de antiguas tumbas, lo mismo que el interior del mausoleo. En total se identificaron unas setenta, con una profundidad de 1 a 1,5 metros, todas vacías, salvo una.

Ficha técnica

  • Localización Alhambra, entre el Partal y la Casa Real. Yacimiento en el Cerrillo de Mondújar.

  • Descripción Mausoleo con forma de qubba y jardín funerario.

  • Cronología Siglo XIV-XV.

  • Tipo de protección Forma parte del Conjunto Monumental de la Alhambra. El Cerrillo de Mondújar sigue sin ningún tipo de protección.

Entre los años 1999 y 2000 fue objeto de una nueva excavación, en este caso de apoyo a la restauración de la Rawda, a cargo del arqueólogo J.J. Álvarez. Durante estos trabajos apareció una nueva sepultura y se pudieron analizar algunos detalles del edificio y de las excavaciones del propio Torres Balbás. La consolidación y el tratamiento de sus estructuras es lo que le confiere el aspecto actual, en donde se ha priorizado la identificación del espacio central del mausoleo y la localización de aquellas tumbas que por su posición parecen las de mayor rango social. En el Museo de la Alhambra se conservan algunas de las lápidas, epigrafiadas unas y otras no, que pertenecieron a algunas de las tumbas reales.

Preguntas con respuesta

¿Qué pasó con los restos exhumados por Boabdil de sus antepasados y vueltos a enterrar en Mondújar? Este hecho histórico lo conocemos gracias a una serie de documentos que estudió M. Gómez Moreno y algunas referencias conservadas con el paso del tiempo que aún, muy avanzado ya el siglo XVI, reconocían en Mondújar el lugar donde fueron de nuevo enterrados. Según esto, al partir el rey destronado hacia su señorío en Laujar de Andarax, falleció su mujer, que fue sepultada en una rawda en esta alquería, junto con los restos de sus antepasados. Este lugar es lo que hoy se conoce como el Cerrillo de Mondújar, que queda a la izquierda cuando bajamos a la costa. Aquí existe un cementerio islámico y en el propio castillo, que está en la parte más alta. Durante el periodo cristiano se reutilizaron los bordillos y estelas funerarias de dicho cementerio. Cuando a finales de los años 80 se amplió la carretera de Motril, se destruyó buena parte del yacimiento, sin que se investigara el asunto.

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Más tarde, en los años 1998 y 1999, al construir la autovía, se hicieron unas excavaciones arqueológicas en las que se constató en primer lugar, los daños sufridos cuando se hizo la antigua carretera, y en segundo lugar que existía una maqbara (cementerio) muy singular y especial, con sistemas de enterramiento muy complejos u ortodoxos, junto con numerosas sepulturas en cuyo interior no aparecieron restos humanos. En su día se planteó la posibilidad de que estuviéramos en el lugar donde fueron enterrados los restos trasladados de la Alhambra, pero no se encontraron evidencias para poder corroborarlo. Todo parecía indicar que habían sido influenciados de alguna manera por la proximidad a los restos de los antiguos sultanes. Nos queda la duda de si fueron destruidos cuando se hizo la primera carretera o si Boabdil volvió sobre sus pasos para llevárselos consigo cuando embarcó definitivamente para Fez.

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