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Nada mejor que un soldado imperial de Star Wars para 'garantizar' la seguridad de los usuarios del coworking Errante de Granada. Alfredo Aguilar
La campaña errante y portátil

La campaña errante y portátil

De espaldas a la campaña ·

Los nómadas digitales no perciben la campaña pese a estar rodeados de las últimas tecnologías y estar hiperconectados

Sábado, 18 de mayo 2019, 03:09

En el barrio de la Magdalena hasta los grafitis tiene estilo. Un toque. El toque. Están hechos con plantillas y dicen frases como «La paz es tan pura y creativa como destructiva es la guerra». En esa misma esquina, una peluquería todo black parece más el dormitorio de Darth Vader, el malo imperial y galáctico del siglo. Dentro, un pelúo le adereza las barbas a un pelirrojo musculado en un sillón de Fórmula 1. Te entran ganas de pedir la vez hasta que te fijas en los precios.

En la esquina gemela se abre un local con amplios ventanales por los que se ven filas de mesas con jóvenes y sus extensiones que nos explicó Marshall McLuhan. Léase portátiles, móviles, auriculares y, agárrense, tazas. Sí, tazas. Prácticamente todos tienen junto al ratón una taza de cerámica con su color, diseño y leyenda favorito. Es como el carné de socio del coworking Errante, el DNI de los nómadas digitales. ¿Los qué? Los nómadas digitales.

En la amplia sala te tropiezas con un soldado imperial de Star Wars de tamaño natural mientras, en directo y on line, media docena de nómadas digitales mantienen conversaciones a media voz en acentos imposibles de lenguas extranjeras. No hablan a gritos, nadie molesta. Comparten y enriquecen para toda la comunidad.

Aquí, en este espacio, hay profesionales que realizan trabajos como emitir en directo con teléfonos móviles con realización propia in situ. Esto les ha llevado a ser los únicos, de momento, en poder realizar esta gesta tecnológica en España. Y ya les llaman desde la Feria del Libro de Madrid para retransmitir en directo hasta desde el Festival de Cine de Málaga. Y aquí, en Granada Smart City, sin enterarnos.

Las palabras que describen a esta generación de trabajadores pueden ser emprendimiento, innovación, tecnología, tiempo, colaboración, autoempleo, compartir. Todas ellas los describen y los juntan por los coworkings desperdigados por todo el planeta. Son valores desarrollados en el siglo XXI y significan independencia y solidaridad, todo al mismo tiempo.

«Y yo no he escuchado en campaña ni una sola de estas palabras», explica un coworker, que en español se diría cotrabajador, cuando deja durante unos segundos de mantener su vista en la pantalla de su portátil. Como ellos, como todos estos jóvenes que han estudiado en la universidad no para encontrar un trabajo sino para inventárselo, esta campaña electoral para las elecciones municipales es como ellos y nada tiene que ver con ellos. Es una campaña paradójica, errante y portátil, donde los candidatos se acomodan a los gustos de un electorado al que citan estas semanas y luego casi se olvidan.

«Me quedaría de piedra»

Un ejemplo. «Si se abriera ahora mismo la puerta y entrara un candidato me quedaría de piedra», explica José Antonio Barrionuevo, uno de los socios fundadores del coworking Errante en la calle Cruz del barrio de la Magdalena de Granada. Lo repiensa y suelta: «Pues le trasladaría nuestras propuestas que serían buenas para los coworkings, el emprendimiento y por supuesto para la ciudad».

Los coworking, como malamente se dice ahora, son parte de una suerte de 'filosofía' personal, donde gracias a la tecnología, uno no se aferra ni al espacio ni el tiempo. Ya no limitan, son aliados. «La figura del nómada digital, es un sector, una tendencia en alza en la que aquí todavía no se han fijado. Aquí en Granada no está asimilado. Vienen de otros países y se traen el trabajo encima, quieren conocer la ciudad y la provincia. Ahí hay un terreno para el turismo en el que se puede trabajar», explica José Antonio Barrionuevo.

«Es una figura que viene a vivir y trabajar a la ciudad, dedican una parte del día a trabajar en un espacio como el nuestro, y luego hacen turismo. Algunos vienen incluso con su familia. Aquí, en Errante, encuentran su primer punto de contacto, aquí conocen a las primeras personas de Granada, las primeras recomendaciones para visitar o comer. Y aquí hacen sus primeros amigos y conocidos. Aquí los arropan y les llevamos de la mano. La gente aquí son como embajadores de la ciudad y les guían por la propia ciudad».

Y ya que los candidatos no aparecen, la propuesta la lanzan ellos mismos: «Ahí igual los representantes tendrían que reparar, no te digo que sea el tema más prioritario, pero lo podrían tener en cuenta. Sobre todo cuando se habla tanto de turismo, y este es turismo de media estancia de calidad. No es un poder adquisitivo muy muy alto, pero gastan, se tiran una semana en un hotel pero no quieren trabajar en el hotel. Y es una fórmula extendida que va a más. Fíjate que hemos pasado por que nos pregunten qué es esto del coworking a que vengan a tiro hecho».

A la conversación se suman más 'errantes'. Dicen cosas como que «nadie habla de la campaña, no es tema de discusión, no es tema de debate. Si no sacas tú el tema… no sale». En definitiva, «o tú haces el esfuerzo por enterarte de las cosas o llegarte no te llega, o solo te llegan los mensajes generales». Mensajes errantes, portátiles.

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