La conserje mueve la cabeza como disipando las dudas para decir que «no, aquí no se notan mucho las campañas electorales, porque aquí están como todo el santo día en campaña. Se organizan a todas horas charlas para los estudiantes, hay asambleas, talleres ... o proyecciones, como la de hoy». Claro, es lo que tiene la Facultad de Sociología y Ciencias Políticas de la Universidad de Granada (UGR), que aquí se estudia lo que desde la medianoche del jueves al viernes se practica: la campaña electoral de las municipales.
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La zona cero de esta facultad de la UGR este viernes por la mañana es la Sala Constitución de 1812, la de Cádiz, la de los derechos, la referencia de esta facultad, que es además su Patrona, así que nadie le llama por su nombre oficial y todos dicen: «Vámonos a La Pepa». Y en La Pepa proyectan 'Los Santos Inocentes', la cinta dirigida por Mario Camus y protagonizada por Alfredo Landa, Terele Pávez y Paco Rabal, basada en la novela homónima publicada en 1981 por Miguel Delibes.
«Un retrato social de la España de la década de los años sesenta que implica la necesidad del cambio de este país hacia la modernidad», resume con entusiasmo Adolfo Torres Rodríguez, profesor del departamento de Sociología, de Estructura Social de España, que ha enredado al alumnado para pasar la media mañana que queda de este viernes visionando la cinta.
«La cinta define las transformaciones sociales en la sociedad española que se reflejan en la estructura social. Es la España rural, analfabeta que a partir de la década de los años sesenta empieza la transformación. La película nos sitúa ahí, y es el punto de referencia. A nosotros por edad nos queda muy cercana, que fuimos adolescentes en estas décadas, pero para vosotros que sois veinteañeros, os viene muy bien para entender la transformación social de España en cuarenta años».
En efecto, España y con ella Granada han cambiado del blanco y negro al color en estos cuarenta años. Los alumnos lo reflejan en sus análisis, que se basan en la coincidencia de dos procesos electorales en el tiempo, apenas separados por un par de semanas. Alberto rompe el fuego entre el alumnado y espera «unos resultados muy parecidos en las municipales a los de las generales. Las derechas quieren intentar liderar la oposición cada una por su lado. Y según lo que pase en las municipales va a surgir el líder de la oposición. Respecto a la izquierda de Podemos, van a intentar tener influencia en el PSOE, que quiere arrasar para ser hegemónico».
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Mateu coinciden en el análisis de su compañero Alberto y solo añade que «estoy seguro que tanto el PP como Cs van a realizar una campaña moderada en la que no van a tirar tanto para la derecha». Por su parte, José Carlos incide en la cuestión temporal: «Teniendo en cuenta que las generales acaban de celebrarse, los partidos de izquierda querrán reproducir el éxito y la derecha salvar los muebles», da por seguro.
Jaime sin embargo no termina coincidir y mantiene que «no se pueden extrapolar resultados de unas generales a unas municipales, porque ahora votas a las personas». Explica entonces que «en los pueblos se vota a la persona, que en este caso es conocida y es una de las personas del pueblo y se identifica con los problemas del pueblo». Y más. Está convencido que «las redes sociales van a influir mucho en la campaña».
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Durkheim, Toynbee, Castells, Baudrillard, Max Weber, eminencias quizás desconocidas para la gran mayoría de los españolitos de a pie que sin embargo deberían saber que son estudiados, radiografiados por este laboratorio de politólogos y sociólogos, que luego les hacen preguntas para, encuesta en mano, acariciar la bola de cristal. Futuros gurúes de las redes sociales y del marketing político que buscarán alianzas para que triunfe su candidato. La Facultad de Sociología y Ciencias Políticas es y seguirá siendo un bulle-bulle. Aquí se critica y se disecciona. Y también se protesta.
En 2006 el político conservador y exministro de Franco Manuel Fraga, fundador del Partido Popular, se vio obligado a interrumpir su discurso de inauguración del curso por los gritos de unos 'revientamítines'. Anteriormente, en el año 2003, le tocó sufrir la cólera de algunos exaltados en la misma facultad al entonces lehendakari Ibarretxe. Esta vez fueron miembros de la ultraderecha, según las crónicas en prensa de los acontecimientos.
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Queda el ascensor, instalado en la antigua pecera-biblioteca del patio del edificio de la facultad. Te sube hasta el tercer piso donde hay una buena vista de Granada y se ven las cubiertas de ladrillo rojo de los tejados. «Hemos tenido que poner estas vallas y cerrar el acceso porque los estudiantes se suben aquí a fumar y a tomar el sol». Y a pensar.
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