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Pepe Marín
«A estas alturas de la vida me cansa tener que reivindicar que hombres y mujeres somos iguales»

«A estas alturas de la vida me cansa tener que reivindicar que hombres y mujeres somos iguales»

IMPRESCINDIBLES ·

María José Jiménez Díaz, directora del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología de la UGR, es catedrática de Derecho Penal, no concibe su vida sin la Universidad, es docente por vocación y entre sus líneas de investigación está la violencia de género

Viernes, 10 de enero 2020, 00:54

María José Jiménez Díaz insiste en que ponga su segundo apellido «por su madre y porque es madre», entre risas, afirma que la Universidad es como un agujero negro que te absorbe por completo. Ingresó en la Facultad de Derecho en 1981. Tenía 17 años. Hoy, prácticamente cuatro décadas después, lleva tres como docente, investigadora y muchos de ellos de gestora universitaria.

Es catedrática de Derecho Penal, directora del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología y la violencia de género es una de sus principales líneas de investigación. Su presencia en conferencias y foros es constante. «Estuve recientemente en Catar, en el Congreso Mundial de Criminología, y me vine siendo miembro de la junta directiva de la Internacional Society of Criminology».

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La conclusión es que cuando estás delante de María José en su despacho lo mejor es escuchar y dejar que ella desempeñe su vocación docente, algo que hace a la perfección. Por ejemplo, con el espinoso debate sobre la igualdad. Reparte leña: «El hecho de que la mujer haya salido de casa implica que tenemos dos trabajos». Pero contraataca: «Tengo independencia económica y mando en mi vida». Termina con un remate a puerta:«A estas alturas de la vida me cansa tener que reivindicar que hombres y mujeres somos iguales». Gol.

María José ha estudiado a fondo la violencia de género y ha detectado su origen en nuestra historia reciente. Tomen nota, que esta lección es gratis. «En España es obvio que las mujeres estábamos discriminadas, social y jurídicamente. La II República es un oasis en el reconocimiento de derechos porque la mujer podía votar, acceder a cargos públicos o trabajar». Con la dictadura, se acabó. «Esos derechos no pudieron ser consolidados. Las mujeres fueron apartadas del espacio público y sometidas a la dominación del hombre en el ámbito privado».

«El hecho de que la mujer haya salido de casa para trabajar implica que tenemos dos trabajos»

El mercado laboral

Y este análisis de María José es la pieza más importante: «El marido era el representante legal de la mujer, y ella necesitaba su autorización para todo. Por ejemplo, contratar o abrir una cuenta. La mujer tenía el deber –consagrado en el Código Civil–, de obedecer al marido. Pienso que dicho deber es el origen de la violencia de género, porque si no obedecía, podía reprenderla amparado por el Derecho». «La desigualdad a la que se veía sometida la mujer en el Derecho de Familia, por supuesto, tuvo su reflejo en el Derecho Penal».

Pepe Marín

«Soy una luchadora»

María José se estrenó como profesora en Jaén en enero de 1988. Tres cursos después volvió a Granada. En 1991 se doctoró y en 1993 ya era profesora titular. «Llevo trabajando toda mi vida. Soy una luchadora. Y ha sido en 2018 cuando he sentido recompensado mi esfuerzo». Se convirtió en catedrática y fue elegida directora del Instituto de Criminología. En su carrera académica, además de la investigación y la docencia, mantiene una larga trayectoria de gestión.

«El Laboratorio de Criminalística va a ser la cuna de grandes proyectos. Es mi gran apuesta»

Los retos

De hecho, no ha parado de encadenar responsabilidades. Fue casi diez años secretaria académica y los cuatro últimos subdirectora de este mismo Instituto. Otros ocho fue vicedecana en Derecho. Dos más, coordinadora de un programa de doctorado.

Hasta que se plantó. No quería más gestión. Sólo un cargo podía hacerla volver. Ser directora de este Instituto. «Es pionero en España en ser interuniversitario. Tiene un potencial increíble. Estudiamos el fenómeno criminal desde una perspectiva multidisciplinar».

Ahora, su gran reto es el Laboratorio de Criminalística, que pronto será inaugurado. «Ya está terminada la obra. Los muebles están en camino y ahora lo estamos equipando. Va a ser la cuna de grandes proyectos. Es mi gran apuesta».

Es el futuro que llama a la puerta. Atrás queda el Suspiro del Moro en 1981, cuando llegaba de Motril a Granada para estudiar Derecho y tuvo que comprarse su primer abrigo. Atrás queda el cajón de harina del molino de sus abuelos paternos o las patas de las cigalas que arrancaba en el bar de su abuela materna, lo que impedía servirlas como raciones (Ylas regañinas que le cayeron por ello).

Atrás queda el día que nació en su casa de la plaza del Tranvía de Motril. «A mi madre no le dio tiempo de dar a luz en la clínica». María José tenía prisa para salir a este mundo, al que vino un mes antes de lo previsto. Para explicarlo, ayudar a comprenderlo. Mejorarlo.

Pepe Marín

«La noche previa a mi primer examen en Derecho me fui de marcha»

«Me tomaba ir a clase como un trabajo. No me permitía faltar. Era una estudiante responsable y disciplinada, pero eso no me impedía salir todo lo que podía y más. Como anécdota, la noche previa al primer examen, (al que llamábamos 'el Romanillo') me fui de juerga, no porque yo quisiera, que era una achuchá, sino porque un grupo de compañeros se pusieron a cantar debajo de mi balcón y amenazaban con no dejar dormir a los vecinos si no bajaba. Por cierto, en esa asignatura saqué la máxima calificación». Con el tiempo, no le fue nada mal. Sacó un 9,3 de media en la licenciatura. Pero lo más importante es que explicando a sus compañeros lo que no entendían descubrió su auténtica vocación: la docencia, que es su pasión. Vocación que también tienen su hija (graduada en ComunicaciónAudiovisual) y su hijo (estudiante de Traductores). «Me llena de orgullo».

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