Con fecha de este lunes 17 de febrero, el Tribunal de Cagliari ha eliminado definitivamente la etiqueta de maltratador que Juana Rivas, la madre de Maracena condenada a cinco años de prisión por el secuestro parental de sus dos hijos en 2016, había colocado ... a su expareja, el genovés Francesco Arcuri. La justicia italiana ha dictado una 'ordinanza di archiviazione', esto es, una resolución mediante la que archiva las denuncias formuladas los por supuestos episodios vejatorios y violentos que la granadina afirmaba haber sufrido.
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IDEAL ha tenido acceso a dicha resolución, avanzada por el diario 'El Mundo', en la que da carpetazo a varias de las denuncias (las de 2016 y 2018), incluida la primera, la que la granadina formuló en el cuartel de Maracena de la Guardia Civil contra el italiano, que tiene la custodia exclusiva de sus hijos.
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En declaraciones a este diario, el abogado en España de Francesco Arcuri, Enrique Zambrano, ha manifestado que era algo «esperado» y que la resolución es «lo suficientemente dura como realista en sus afirmaciones».
Para la defensa de Arcuri, la resolución italiana se resume en dos puntos: «la falsedad de todas las denuncias y la falta de razonabilidad o lógica en las mismas». Junto a ello, Zambrano ha puesto de relieve que «despeja cualquier duda en cuanto a la aptitud del padre, al que califica de atento y modélico».
El jurista ha tildado de especialmente «relevante» el hecho de que no se dé crédito a la denuncia primera por la presunta violencia, ahora descartada, que Rivas decía haber sufrido entre 2013 y 2016 residiendo en el país transalpino. Y es que en ella se había escudado para quedarse en nuestro país con sus hijos aprovechando que había venido de vacaciones.
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Esa fue concretamente la denuncia que la justicia granadina remitió en su día al país transalpino al considerar que debía ser tramitada en Italia, por situar la granadina en la pequeña isla de San Pietro, al sur de Cerdeña, los supuestos malos tratos. Allí, en Carloforte, ambos regentaban una idílica hospedería, donde actualmente sigue residiendo Arcuri con los pequeños.
«El tribunal dice que no es más que una denuncia excusatoria, aunque entiendo que, como manifestó el juez en primera instancia conforme a nuestro resumen de prueba, que tenía también una motivación económica, que no era más que obtener la ayuda no contributiva», ha agregado el letrado de Arcuri, que siempre ha negado taxativamente que su cliente sea un maltratador.
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Zambrano ha querido ensalzar el «gran trabajo» que han realizado sus compañeros italianos, en referencia al equipo jurídico que se ha encargado de representar a Arcuri allí, así como la labor realizada por la fiscalía, que ha practicado todas las diligencias que han estimado oportunas para descartar la veracidad de lo denunciado.
«El señor Arcuri se merece este reposo que le causa esta resolución», ha recalcado el abogado, a la vez que ha anunciado que están estudiando cómo restablecer su honor tras la cantidad «de calumnias» que ha tenido que soportar desde que se inició este largo y complejo proceso. «Ahora estamos pensando en los siguientes pasos frente a las personas que hayan podido sostener mediáticamente esa sarta de mentiras, porque no eran más que eso: una sucesión interminable de mentiras que ha venido sufriendo él».
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La defensa del genovés anunció que no descarta iniciar «una acción por denuncia falsa contra la señora Rivas». Es más, a su juicio, actuar penalmente por ese motivo estaría más que justificado, después del auto «de sobreseimiento libre» -archivo definitivo- que en diciembre dictó el Juzgado de Instrucción número 9 de Granada.
En él, la jueza Rosa María Ginel no apreciaba delito alguno en la actuación del italiano, contra quien Rivas había puesto en enero de 2018 una nueva querella en esa ocasión por, según ella, haber aportado a las autoridades españolas documentos presuntamente falsos en los que se decía que sus hijos tenían la nacionalidad italiana.
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La granadina sostenía que nacieron en España y eran españoles. Sin embargo, la mencionada jueza dejó claro que, aunque los niños nacieran en nuestro país, eran «hijos de padre italiano y residen en Italia». La propia magistrada se preguntaba en esa resolución si existía «algún interés» en Juana Rivas de manetener algún procedimiento penal en trámite contra Franceso Arcuri.
«Creo que se le antoja un futuro oscuro a la señora Rivas y a todos aquellos que la han mantenido en esa poltrona del maltrato», ha concluido Zambrano.
Cabe recordar que la madre de Maracena recurrió ante el Tribunal Supremo (TS) su condena y que se encuentra pendiente del pronunciamiento del alto tribunal.
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Fue el juez de Penal 1 de la capital nazarí, Manuel Píñar, quien consideró que Rivas había cometido dos delitos de sustracción de menores y le impuso dos años y medio de cárcel por cada ilícito. Aparte la castigó con estar privada de ejercer la patria potestad durante seis años.
Juana permaneció escondida durante casi un mes en el verano de 2017 para evitar devolver a los menores a su progenitor, algo que había ordenado el juzgado de Familia granadino (Primera Instancia 3). Al final los reintegró.
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