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Moha Biteye, abrazado a sus clientes y empleados en la cafetería La Bombonera. Pepe Marín

El bar de Moha, el emisario del rey Baltasar de Granada, que sirve 'abracicos' y 'besicos' con el café

Negocios ·

El senegalés Moha Biteye devuelve en su cafetería del Zaidín todo el cariño que le brindaron los granadinos a su llegada a la capital hace trece años en busca de una vida mejor

Sábado, 14 de enero 2023, 00:22

La historia de Moha es valentía pura y dura. La historia del que lo deja todo atrás con el único objetivo de prosperar y sin ninguna certeza de llegar a triunfar. Sin saber si le tocará darse la vuelta en cualquier momento con el rabo entre las piernas. Como otros muchos, este senegalés recaló en España con ganas de comerse el mundo. Sin recursos, sin nada a lo que agarrarse a más de 3.500 kilómetros de su hogar. Por suerte, Moha dio con Granada y 'la Alhambra', los amores de su vida que lo ayudaron a salir adelante y a los que cada día rinde pleitesía desde su coqueta cafetería del Zaidín.

'La Alhambra' es su mujer, granadina que comparte nombre con el monumento de la Sabika. También es la madre de sus tres hijos. Granada, «mi Graná», como él mismo la llama, la ciudad de las oportunidades. «Llegué hace trece años. No era mi destino, pero el paisano que me recogió en el aeropuerto me mandó para Granada al no poderme acoger en su casa. No podía ni hablar el idioma. Sabía que no iba a ser fácil, pero en mi cabeza solo existía la idea de tener una vida mejor», explica Moha Biteye, de 39 años, a IDEAL.

Moha vino con absolutamente nada. Con una mano alante y otra detrás. Pero peleó duro por su presente y por su futuro en Granada. Se puso a estudiar castellano, aprobó la educación secundaria obligatoria y cursó bachillerato. Todo ello mientras vendía bolsos, discos o lo que se terciara por la calle para ganarse el pan. También trabajó doce años en la hostelería. Aprendió el oficio y hace apenas dos meses se lanzó a una nueva aventura: la gerencia de una cafetería en el barrio del Zaidín.

«Siempre he sido muy inquieto. He querido formarme y aprender para poder llegar lejos. La cafetería La Bombonera es mi gran proyecto. Con ella, devuelvo todo el cariño que recibí de mi 'Graná' cuando empecé. Creo que he tenido suerte de dar con tanta gente buena que me ha ayudado para llegar hasta aquí. Sin ellos, quizá estaría en otra parte», añade. A Moha le brillan los ojos cuando habla de Granada. Hasta se emociona y se queda sin palabras. Desde su llegada, el trabajo, la perseverancia y el esfuerzo han sido su máxima. Unos valores que los granadinos le han devuelto con todo su cariño.

«Me siento granadino hasta la médula. Estoy orgulloso de este pueblo, de la Alhambra, de la playa... Hasta digo 'lavín compae'. Siento que en Granada estoy representando a mi país y a mi continente. Quiero hacerlo bien. Crear empleo, aportar mi granito de arena a esta ciudad... Es mi manera de devolver el amor que su gente me ha mostrado», relata. La Bombonera cumple completamente con este cometido. Próxima al parque Tico Medina, la cafetería de Moha da de desayunar, comer y merendar a todo el barrio de una manera cálida e inigualable en la capital.

'Abracicos' y 'besicos'

Moha y sus empleadas Daniela y Sandra sirven el café con mucho cariño. Tanto en la presentación, como en el trato al cliente. «Son nuestra familia. Estamos disponibles para ellos toda la mañana y toda la tarde. Les servimos la tostada, la 'tapica', les vendemos el pan... Por supuesto, les damos su 'abracico' y su 'besico'. La Bombonera es un sitio acogedor que no sería posible sin ellos», detalla el hostelero. Moha se siente un hombre afortunado. Con una esposa, tres niños y un negocio propio. Una vida estable en su ciudad de adopción que no ha sido fruto de la fortuna.

«La suerte no llega por sí sola. Hay que ganársela. Para mí, es sinónimo de constancia, entrega... Valentía. Si luchas por lo que quieres, lo conseguirás. No es ningún cuento. Lo he vivido y me baso en mi experiencia personal. Llegué de Dakar a España con las manos vacías y mira todo lo que he logrado. Uno de mis refranes favoritos dice que 'no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita'. Eso no quiere decir que me contente con lo que tengo. Siempre trato de llegar más lejos y mejorar. Esa es mi vida».

Tras trece años dedicado a Granada, a Moha le llegó su merecida recompensa el pasado 5 de enero. El Ayuntamiento de la capital lo situó al frente de la carroza del rey Baltasar en la Cabalgata. Una noche que el hostelero jamás olvidará. «Ver todas esas sonrisas en las caras de los más pequeños no tiene precio. Lo llevaré conmigo toda mi vida. Ojalá más personas puedan pasar por ahí y tener esa experiencia. Fue una noche mágica», concluye. Otra muestra de cariño de Granada a su rey procedente de Dakar.

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