Crimen en Huétor Tájar

Cinco miembros de una familia que sufrieron un accidente hace dos meses y ninguno está vivo hoy

La quinta pasajera era la esposa del suicida, que pereció poco después de ingresar en un hospital.

En solo dos meses, una familia ha quedado devastada por una doble tragedia que ha causado un abatimiento imposible de describir.

Ajenos a lo que estaba por venir, los dos niños participaron hace unos días en una carrera popular organizada en su pueblo. Uno de los chavales hizo el trayecto en silla de ruedas. Tenía una pierna escayolada. Se la había roto en el accidente de tráfico y la fractura todavía no había fraguado. En este sentido, los Bomberos de Loja tuvieron que rescatarlo de la carrocería destrozada en la que había quedado atrapado tras la colisión. En la competición por Huétor Tájar, unos amigos empujaron su silla para que pudiera completar el trayecto.

Según los vecinos, el abuelo iba detrás pedaleando en su bicicleta. Nada hacía presagiar que la fatalidad iba a volver a ensañarse con una familia que intentaba recomponerse tras la desgracia de perder abruptamente a dos de sus miembros.

En el choque del 19 de marzo, el otro menor quedó inconsciente tras sufrir un golpe en la cabeza, pero se recuperó sin mayores problemas. Su abuelo y presunto asesino presentaba diversas contusiones y heridas menos graves. El accidente, según indicaron entonces los servicios de rescate, pudo deberse a un desfallecimiento repentino del conductor. Perdió el control del vehículo y se empotró en la entrada de un túnel situado en el kilómetro seis de la carretera Gr-447.

Dos personas se dejaron la vida en el asfalto y otras tres sobrevivieron. Dos meses después, todos están muertos.