La afluencia de visitantes en Motril ha hecho que el Ayuntamiento de la localidad costera tenga que reforzar la vigilancia en el litoral. Los botellones y las carreras ilegales centran la atención de los agentes, en detrimento de otras zonas de la ciudad, según denuncia ... el Sindicato Unificado de la Policía Local de Granada (SIPLG).
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De acuerdo con los datos facilitados por el Ayuntamiento de Motril, en lo que va de verano se han interpuesto 111 sanciones por botellón, la mayoría de ellas en Playa Granada y otras zonas del centro de la ciudad. 81 de estas sanciones se han producido en el primer fin de semana de agosto. Es el periodo de mayor trabajo para los agentes, que lidian con el aumento de la población, la feria y las fiestas del barrio. Además, se han producido cerca de una decena de denuncias a vehículos. A los vecinos le preocupan las carreras ilegales de motocicletas y los botellones y a los agentes que los recursos limitados para cubrir los anejos, pedanías y toda la ciudad.
El Ayuntamiento asegura que no hay mayor problemática que otros veranos y que coordina dispositivos especiales de seguridad para prevenir y controlar de manera fija y móvil las zonas de ocio y hacer frente al consumo de alcohol en la vía pública. También para el ruido de ciclomotores, con un operativo en el que se vigilan los sitios donde se concentran jóvenes en distintos puntos de la ciudad, tanto en Motril como en Playa Granada y Playa de Poniente, la zona de Villa Astrida, Parque Severiano Ballesteros y el Paseo de las Fuentes junto a la avenida Rector Federico Mayor Zaragoza. El consistorio considera que su función es, por un lado, preventiva, ya que con la presencia se disuade a los vecinos de sus actividades incívicas y tiene también una vertiente punitiva, ya que se sanciona a los infractores.
A todo esto hay que añadirle los seis puntos de verificación de motocicletas y ciclomotores y siete denuncias interpuestas, para controlar que circulen de forma correcta. Los agentes de la Policía Local comprueban que los tubos de escape estén homologados según la normativa vigente y, en caso de no ser así, podría dar lugar a una infracción con el fin de evitar las correspondientes molestias por ruidos que pudiesen ocasionar.
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Sin embargo, el SIPLG Motril no comparte que los esfuerzos sean suficientes y dice que la seguridad se queda «al descubierto». «Aplaudimos la decisión del equipo de Gobierno de reforzar las patrullas de forma ordinaria y no solo cuando hay eventos, pero los refuerzos se quedan cortos y solo llegan a Playa Granada», lamenta Daniel Ortega, portavoz del sindicato policial.
Dos patrullas
Apuntan que en un día ordinario la ciudad cuenta con dos patrullas, una de ellas destinada a cubrir la zona del litoral y otra para anejos y el resto de la ciudad. La plantilla está formada por 90 agentes, 14 de ellos en segunda actividad. Con las vacaciones, se quedan como máximo 44. Al dividirlos en turnos quedan siete. Un fin de semana, una noche de sábado, por ejemplo solamente trabajan siete policías para todo Motril, Carchuna, Calahonda, las playas y los anejos.
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Por las noches se quedan seis agentes, uno de ellos atiende la llamada en sala. Solo quedan entonces dos patrullas, porque no se puede mandar a un efectivo solo a patrullar. Una de estas va destinada siempre fijo a playa Granada, lo que deja igualmente un solo coche para toda la ciudad de Motril en un sábado de verano. Y ninguna para Carchuna y calahonda , de acuerdo con la versión del sindicato. Apuntan que se les deben 30.366 euros en horas extra desde abril y proponen al Ayuntamiento mejoras o que sigan los pasos de los municipios costeros vecinos, entre ellos Almuñécar-La Herradura, que crean bolsas de trabajo voluntario para reforzar turnos y evitar la sobrecarga. «Todas las localidades tienen carencia de seguridad. Hay que saber suplirlas con la gestión. Más de 65% de la plantilla se destina a la playa», sentencian desde SIPLG.
Por su parte, los vecinos de Playa Granada cuentan que desde las 23.30 horas a la una de la madrugada rugen los motores en el vecindario. Los jóvenes hacen carreras ilegales esporádicas con sus ciclomotores, confundiendo el sueño de los vecinos. El Ayuntamiento ha instalado reductores de velocidad en algunas zonas, entre ellas el nuevo vial de acceso que se estrenó hace un año al final de la Avenida Federico Mayor Zaragoza. Los vecinos confían en que el aumento de la seguridad disuada a los jóvenes de sus carreras.
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