La escasez de lluvias y la mala calidad del agua han dejado un escenario desolador en el Valle de Río Verde. En la vega, normalmente plagada de subtropicales, los frutos caen del árbol y se pudren en el suelo, las hojas amarillean y se queman ... de sed, mientras los agricultores talan y cruzan cada vez más árboles para no perderlos por completo.
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Si el verano pasado había entre 3.500 y 4.000 hectáreas de cultivo en peligro, en este año se han perdido 1.500, hectáreas que se han quedado improductivas, según explica el presidente de la junta central de usuarios de los ríos Verde, Seco y Jate, José Manuel Fernández Medina. En este otoño, las tierras que se irán al traste se multiplicarán si sigue sin llover y las reservas de agua de los agricultores no se recuperan.
El Valle de Río Verde, donde Almuñécar es la zona más afectada por la sequía, tiene anulados el 70% de los pozos y para tres mil familias propietarias de fincas de subtropicales para las que la situación ya es realmente dramática. Un mes tienen agua y otros tienen penas.
De acuerdo con los regantes, el 50% de los pozos están salinizados y el riego no es viable, mientras que otro 20% carece de agua. Actualmente, los agricultores sexitanos solo usan un 30% de sus reservas hídricas, que ascienden a unos 25 pozos, para mantener las fincas. «Vivimos en el día de la marmota, volvemos a estar igual otra vez, pasando penurias. Al nivel de salinidad de nuestros pozos es como regar la fruta con agua del mar», lamenta Fernández.
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La localidad vive la situación más grave desde la década de los noventa, cuando se salinizó el acuífero de Río Verde y hasta de los grifos de las viviendas salía agua marina. La lengua de agua salada contaminó entonces los pozos y se perdieron fincas subtropicales, terrenos que no se han recuperado en su totalidad.
El abastecimiento para la población, a través de la tubería submarina que trae el agua desde la ETAP (estación de tratamiento de aguas potables) de Molvízar, está garantizado, por eso de momento el Ayuntamiento no ha puesto en marcha ninguna restricción.
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Para esta campaña de subtropicales el campo estima que perderá entre el 50 y el 60% de su producción. «Ha sido otro año con las temperaturas muy altas y episodios climáticos que han afectado al cuaje de las flores. Esto unido a la falta de agua hará que se pierda más de la mitad del cultivo de aguacate, chirimoyo y mango», señala el presidente de los regantes del Valle.
En una temporada normal, el litoral granadino produce cerca de 100.000 toneladas de subtropicales, según la junta central de usuarios. De este montante, 50.000 se suelen corresponder al chirimoyo, 25.000 toneladas al aguacate y 15.000 al mango.
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Sin embargo, no todo está perdido para el campo sexitano. La descarga de un hectómetro de agua (mil millones de litros) en el acuífero de Río Verde en primavera solicitada por el Ayuntamiento ayudó a evitar la completa salinización del Valle de Río Verde, por lo que los agricultores han pedido a la Junta de Andalucía una nueva recarga con dos hectómetros pasada la temporada estival. Además, si se cumplen los plazos, algunas obras de emergencia efectuadas por la administración andaluza para paliar la sed del campo estarán disponibles a final de año, a la espera de las canalizacioens de Rules que serán la solución definitiva.
De momento, Gualchos-Castell de Ferro ha sido la única localidad litoral que ha tomado medidas para sensibilizarse con la situación de los regantes y concienciar a visitantes y vecinos sobre la necesidad de no desperdiciar agua. La alcaldesa, Antonia Antequera ha cerrado las duchas este verano por la noche de 21.00 horas a 12.00, a la espera de que la administración competente tome medidas oportunas. En Granada también hay localidades que han tomado acción. Solo en las últimas semanas, hasta 22 municipios del Área Metropolitana han emitido bandos en los que advierten de la situación de sequía y aconsejan a los vecinos una serie de medidas para reducir el consumo del agua en todo lo posible.
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En el resto de la provincia la sed también ahoga a agricultores y ganaderos. Manuel del Pino, secretario general de Asaja, señala que la provincia ha perdido un 20% de ganado en los últimos dos años. «Ya se están talando árboles en el norte de la provincia y la campaña que se inicia ahora en septiembre va a ser dura, el riego es cada vez más reducido y la campaña del olivar será también más corta», advierte del Pino. En apenas dos años se han destruido el 55,7% de los empleos que sostenía. La provincia tiene en la actualidad 15.000 ocupados en el sector agrario, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa.
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