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El agricultor José Manuel Pérez, de vuelta a casa tras trabajar con el Infoca durante toda la noche en la sierra de Ízbor. Javier Martín
Incendio en Granada

El inesperado héroe de Ízbor contra las llamas

José Manuel Pérez, agricultor de 36 años, se presentó voluntario para guiar al retén del Infoca que no podía avanzar en la sierra y ha prestado una ayuda extraordinaria

Martes, 13 de septiembre 2022, 16:50

En las situaciones extremas se ve lo peor, pero también lo mejor de las personas. Y el incendio de Ízbor ha convertido en héroe inesperado a José Manuel Pérez, un agricultor de 36 años que ha prestado una ayuda extraordinaria.

A última hora de la tarde de este lunes 12 de septiembre el incendio salta a la sierra de Ízbor. En un tiempo récord, una bola de fuego ilumina el pueblo, las llamas de 50 metros de altura de la sierra avanzan descontroladas y por a noche -sin perspectiva- parecen acercarse a las viviendas. Los 150 vecinos de Ízbor y Los Acebuches entran en pánico.

Mientras comienzan abandonar sus casas despavoridos, los técnicos del Infoca desplazados para hacer cortafuegos que impidan el avance de las llamas tienen problemas para avanzar en la sierra. El GPS les da instrucciones erróneas, les conduce por caminos cortados que les impiden avanzar y piden ayuda a autoridades locales -ellos son de Sevilla- para que algún vecino que conozca bien el terreno pueda guiarles.

Concluyen que José, un izboreño de 70 años, agricultor que conoce a sierra como la palma de su mano, será el que les dirija.

Pero el retén tiene que caminar a pie en plena noche, abrirse paso en un terreno escarpado, sin visibilidad por la oscuridad y el humo y acercarse hasta la primera línea del fuego, a kilómetros de pueblo. Y aquí entra en escena el héroe de Ízbor.

«José Manuel se plantó en la plaza y sin pensárselo dijo ¡yo voy! para que no fuera su vecino que es mayor», cuenta Bernardo Olgoso, voluntario de Proteccion Civil de Motril que presenció la escena.

El voluntario lleva seis durísimos días trabajando en este incendio y si tuviera que quedarse con la imagen que más le ha impactado fue lo que sucedió justo después de que José Manuel alzara la mano. Ese momento, casi épico, en el que el retén del Infoca -16 hombres y una mujer- partía a combatir el fuego, a pie, con linternas en mitad de la oscuridad de la noche y guiados por el valiente vecino de Ízbor.

José Manuel, séptimo por la izquierda, junto al retén del Infoca con el que trabajó durante toda la noche. IDEAL

«Iban subiendo al monte, en dirección al fuego que era descomunal y estaba encima de ellos. Esto daba miedo. Avanzaban los 17 formados en línea, parecía que iban a la guerra y sentí entre una mezcla de ternura y admiración por ellos», cuenta Bernardo emocionado.

Dirigido por José Manuel, el retén avanzó siete kilómetros a pie por Pinos del Valle hasta llegar al foco del fuego. «Me ofrecí sin pensarlo, por supuesto que iba a ayudar. En primera línea abrieron cortafuegos trabajando a destajo hasta las tres de la mañana y después volvimos a echar gomas, subimos dos veces. La noche ha sido horrible, hubo momentos en los que estábamos rodeados por el fuego pero a mi siempre me protegieron, me ponían en lugar seguro con los coches y me dieron un traje de protección», relata José Manuel, aferrado a su chaqueta amarilla del Infoca, que se ha quedado de recuerdo.

«Orgulloso»

Como «un hombre de campo no sabe estarse quieto mientras otros trabajan» y en su afán por ayudar, José Manuel también cogió la azada para apoyar a los profesionales del Infoca.

José Manuel muestra orgulloso la chaqueta del Infoca a su mujer, María Angustias. Javier Martín

Se ha quedado tan impresionado por cómo trabajan que asegura que le gustaría convertirse en uno de ellos. «Es admirable lo que hacen, cómo han trabajado, ha sido un orgullo acompañarles y verles en primera línea, ojalá pudiera ser uno de ellos», cuenta el vecino de Ízbor, que está «fundido pero contento» tras su hazaña.

«Todos estaban muy agradecidos de que les hubiera guiado, me han cuidado, el jefe me dejó su móvil y hasta han enviado un helicóptero a la zona de mi finca de olivos y aguacate para que se salvara de las llamas, ésa ha sido mi mejor recompensa», cuenta José Manuel.

En el pueblo, confinada en casa, la mujer de José Manuel, María Angustias, permaneció en vilo las horas en las que su marido permaneció en la sierra. «Mandé a los niños a casa de mi hermana a Dúrcal, pero yo no podía irme del pueblo sabiendo que José Manuel estaba en la sierra», relata a IDEAL.

«Yo cuando los vi volver de madrugada, negros, es que no podía retener las lágrimas, me hinché de llorar de emoción, se tumbaron exhaustos en la plaza, es increíble el trabajo que hacen», destaca María del Mar Bonet, la madre de María Angustias, que hoy es la suegra más orgullosa de España. Igual que toda la familia, que ha recibido con abrazos a su héroe: «Estamos muy orgullosos de él».

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