Un interno del centro de inserción social mira el edificio donde están las celdas desde el patio del recinto. Pepe Marín

Las cuatro modalidades del tercer grado

La junta de tratamiento realiza un estudio personalizado para cada uno de los internos y define la modalidad que considera más adecuada

Laura Velasco

Granada

Domingo, 20 de octubre 2024, 00:01

En los centros de inserción social se prepara a los internos a los que les ha sido concedido el tercer grado para volver, gradualmente, a la vida en sociedad. Es un paso intermedio entre la prisión y la calle y, según los profesionales que allí ... trabajan, es de una utilidad innegable. Un órgano colegiado –la junta de tratamiento– realiza un estudio personalizado y define qué es mejor para cada uno de ellos.

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En concreto, son cuatro modalidades. A día de hoy, 160 internos, el 36% del total, están en una que les obliga a pernoctar en el centro de lunes a jueves. Los fines de semana pueden estar en su domicilio. Dentro de esta categoría, 50 salen diariamente a desempeñar actividades laborales, formativas o de cuidado familiar. A las 22.00 horas, como mucho, tienen que haber vuelto al CIS.

El segundo grupo más numeroso, con 154 personas, es el de la modalidad telemática. Llevan puesto un dispositivo de control, una especie de pulsera, y están en sus domicilios en los horarios que establece la junta de tratamiento. Como normal general, se presentan en el CIS quincenalmente para la realización de los controles que se consideren convenientes.

Un subgrupo incluye a aquellos a los que se les permite estar en su vivienda, pero no llevan puesto un dispositivo telemático. Como norma general, se presentan dos veces a la semana en el CIS. «Actualmente tenemos en esta categoría a dos camioneros internacionales que no pueden llevarla al extranjero y se presentan quincenalmente; y a una persona con cáncer», expone Cristina Buján.

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La cuarta es la modalidad de cumplimiento de pena más favorable para los penados, ya que se encuentran fuera del centro y no están sometidos a controles estrictos. Como norma general, se presentan allí mensualmente. Por último, el CIS atiende a tres personas por sus problemas con las sustancias tóxicas. «Ingresan en una comunidad terapéutica extrapenitenciaria, en la cual pernoctan y desarrollan todas sus actividades de la vida diaria, pero como norma general no vienen al CIS», añade la directora.

Asimismo, el CIS tiene «dos partes diferenciadas». Además de la expuesta, la otra está dedicada a la ejecución de penas y medidas alternativas a la pena privativa de libertad, como los trabajos comunitarios. Estos usuarios no están internos.

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