Denuncian a una vecina por cortar las cuerdas a dos técnicos que trabajaban en una fachada en Granada

Un día habitual de trabajo que hubiese acabado en tragedia de no ser por las extremas precauciones que tomaron los técnicos. Una vecina de Granada ha sido denunciada por presuntamente cortar las cuerdas que debían sostener a dos trabajadores, que en aquel momento se disponían a meter tubos para el agua caliente en el edificio. Las notaron más cortas de la cuenta y, al revisarlas, se dieron cuenta de que habían sido quemadas a la altura de la terraza del segundo piso. Los hechos fueron denunciados ante la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de la investigación.

Los hechos tuvieron lugar en un bloque situado en la Avenida de Andalucía, cerca de los Juzgados de la Caleta. Pablo, propietario de una empresa de trabajos verticales, descolgó las cuerdas de escalada junto a su compañero y comprobaron que caían hasta el bajo del edificio. Cuando iban a empezar la subida detectaron que, de repente, no llegaban al suelo. «Habían sido quemadas a la altura del segundo piso, en el que había una vecina», relata a este periódico.

Eran tres las cuerdas que utilizaron: la de trabajo (una línea de vida), la de seguridad y otra de apoyo. Una de ellas había quedado «totalmente inutilizada», mientras que las otras dos tenían tramos inservibles -están valoradas en unos 300 euros-. En cualquier caso, si llegan a descolgarse las consecuencias hubiesen sido fatales. «Habríamos caído de espaldas con todo el material. Nos hubiéramos matado, se me pone el vello de punta de pensarlo. Nos quedamos blancos», cuenta Pablo, cuya empresa realiza trabajos de restauración de fachadas, obras o fontanería, entre otros.

En su opinión, la presunta autora del suceso empleó un cepillo o gancho para alcanzar las cuerdas, les prendió fuego y las soltó. Avisaron a la Policía Nacional y los agentes «no daban crédito» cuando vieron en qué estado había quedado el material. «Llamaron a la puerta de la señora, pero no quiso abrir», explica Pablo. Según les comentaron los vecinos, tiene problemas con más inquilinos del bloque por otros motivos.

Cuando Pablo rememora lo ocurrido aún se le «corta el cuerpo». Hace tiempo murieron unos compañeros en Córdoba de la misma forma, por alguien que les había cortado las cuerdas. «Hubiéramos acabado igual. No entendemos que haya gente que pueda hacer eso. Además, estábamos allí para algo bueno, con el objetivo de renovar los tubos para el agua caliente. No tiene sentido», apostilla. Su principal preocupación es que la presunta responsable pueda volver a boicotear las cuerdas en otra ocasión y se produzca un accidente de fatales consecuencias.

Tras lo ocurrido, los hechos fueron denunciados ante la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de la investigación.

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