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Antonio Sánchez se levantó el domingo con cargo de conciencia por lo que estaba pasando en varias zonas de Valencia. Quería ayudar a la gente que lo ha perdido todo tras el paso de la violenta DANA que ha marcado un antes y un después en el corazón de muchas personas. El lunes se puso manos a la obra y el martes estaba en Paiporta. Él y su equipo llegaron para cooperar de la mejor forma que saben: cocinando para muchas personas.
Este granadino lidera un negocio con más de 40 años de experiencia en el sector gastronómico. La empresa se llama Superpaellas. El nombre lo dice todo. Preparan platos para un gran número de personas en fiestas y eventos. Cambiaron la celebración por la tragedia y en tres días han repartido 16.000 raciones de comida. «No sabíamos si era viable hacer de comer allí por el tema de posibles focos de infección, pero hicimos un listado de todo lo que necesitábamos, lo preparamos todo en un día y el martes ya estábamos allí», comenta Antonio a IDEAL.
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Con un fuego de gas y las ganas de doce personas llegadas desde Granada, el martes hicieron 4.000 vasos de sopa, el miércoles por la mañana 3.800 platos de paella y por la noche 4.000 vasos de caldo de pollo y el jueves se despidieron con otras 3.800 raciones de fideuá de marisco. «Una comida caliente después de estar todo el día trabajando viene fenomenal. Militares, miembros de la UME, de los cuerpos y fuerzas de seguridad, vecinos de Paiporta y voluntarios que llegaron para ayudar como nosotros. Todos han probado nuestra comida», cuenta este empresario granadino
A fuego lento y con cariño. Doce personas que han puesto todo su empeño en aportar su granito, en esta ocasión, de arroz. «Tenemos un gran equipo por el que me siento muy orgulloso. Me quito el sombrero ante ellos», dice el responsable de Superpaellas, que subraya que muchos proveedores también le han ayudado al contarles la iniciativa que iba a tener con el pueblo valenciano.
Para Antonio y su equipo han sido tres días intensos y llenos de emoción. «Cuando estás allí no te acuerdas ni de tu familia. Con aquel panorama se te olvidan todos los problemas. Aquello es para vivirlo. Ves a la gente sufriendo, con barro hasta las orejas, limpiando y desesperada. Es desolador. Aquello parece el apocalipsis», relata este granadino que ha querido ayudar llenando las barrigas de los que lo están pasando mal para alegrarles un poco el corazón.
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