

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La Policía Local de Granada registró durante el verano más de dos llamadas al día por botellones en la ciudad y más de seis avisos por ruidos en viviendas a lo largo de los 95 días que van desde el 22 de junio al 25 de septiembre. IDEAL ha tenido acceso a la estadística de llamadas recibidas en la sala central de la Policía Local y de ella se desprende que los cuerpos de seguridad del Ayuntamiento de Granada todavía trabajan para erradicar esta práctica, que se dio por finalizada cuando se cerró el 'botellódromo' pero que continúa dos años después de que la instalación de Méndez Núñez se clausurara.
La concejala del PP María Francés solicitó esta información en el pleno ordinario de septiembre celebrado ayer y la respuesta dada por la concejala de Protección Ciudadana, Raquel Ruz, se remite a la estadística de la Policía Local, que tiene registradas hasta 250 llamadas por botellón a lo largo de los días referidos. Los problemas no acaban ahí para los agentes, ya que en el mismo periodo se recibieron 585 llamadas por ruidos molestos en viviendas, 167 por bullicio en establecimientos públicos como bares o terrazas y 768 llamadas por ruidos producidos en la vía pública sin estar asociados a ningún otro fenómeno. A ello hay que unir otras 57 llamadas por fiestas en viviendas, cinco por jarana en edificios y solares y otro aviso que está registrado como una fiesta no autorizada.
250 Durante el verano la Policía Local recibió de media más de dos llamadas al día por botellón.
585 Los avisos por ruidos en viviendas no cesaron a pesar de las vacaciones de los universitarios.
El dibujo que se realiza con estos datos de la Policía Local es que en el periodo del año en el que menos jóvenes hay en la capital se registraron más de 1.800 llamadas relacionadas directamente con el botellón o al menos con las consecuencias derivadas de beber en la calle. El fenómeno, por tanto, continúa muy vivo con decenas de incidencias diarias en 'temporada baja' de botellones.
IDEAL pudo comprobar en varias noches de verano lo que ahora confirman las llamadas a la sala de la Policía Local. Los botellones -pequeños- han sido una tónica habitual durante los últimos tres meses, no sólo en la capital sino también en el Área Metropolitana, en donde las fiestas de los municipios disparan las concentraciones en la calle. En la ciudad existen varios puntos señalados en rojo por los jóvenes y en negro por la Policía Local. El Huerto del Carlos, el parque Tico Medina o la placeta de la antigua estación de autobuses son lugares habituales para el consumo de alcohol. Tampoco se quedan atrás los entornos vinculados a salas de fiesta en zonas más céntricas de la ciudad. En las escalerillas de Hacienda, el campo del Príncipe, la calle Duquesa o la calle Neptuno se organizan conforme la madrugada va avanzando fiestas de alcohol y ruido antes o después de entrar a los 'pubs' y discotecas.
La mayoría de llamadas que se producen a la Policía Local por ruidos en viviendas, calles y por botellón se registran durante la noche. Del 22 de junio al 25 de septiembre se acumularon 1.127 llamadas que se transformaron en 95 denuncias -una al día- cuando los agentes se presentaron en los lugares donde se estaban produciendo los ruidos y botellones.
Las incidencias para la Policía Local no terminan ahí. El epicentro de la fiesta granadina desde hace varios años vuelve a ser la calle Pedro Antonio de Alarcón, que se ha llenado de locales relacionados directa o indirectamente con el ocio nocturno y ha convertido a esta calle del distrito Ronda en una sala de fiestas al aire libre. La confluencia de terrazas, salas de fiesta y locales de comida rápida para llevar, unido al cierre del botellódromo, han convertido esta vía que va desde Recogidas hasta plaza Einstein en un importante foco de botellones y ruido que la Policía Local no es capaz de controlar.
Este problema ha sido tratado desde que se cerró el 'botellódromo' -y antes- en varias juntas de distrito de la ciudad y la solución que se ofrece por parte de la Policía Local es el refuerzo de la vigilancia en un punto, que lo único que provoca es la movilidad a otro lugar próximo distinto al que se está en ese momento. Los mismos vecinos del entorno del 'botellódromo' ya criticaron cuando se cerró la instalación de Méndez Núñez que el problema se había trasladado a viviendas próximas. Como ellos, en otros barrios de la ciudad, sobre todo los más próximos a Pedro Antonio de Alarcón y el Albaicín también se ha denunciado la existencia de botellones en viviendas que se convierten en fiestas sin control y 'microbotellones' a los que en ocasiones ni la propia Policía Local llega a tiempo.
Información relacionada
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.