El cielo se desplomó sobre Granada hacia las cuatro y media de la tarde. Una hora y media después, las granadinas empezaron a colorear de violeta –el de sus mascarillas, sus pañuelos, sus pancartas y banderas– los charcos del Centro. Estaban convocadas por el Espacio ... Feminismo Unitario y las plataformas 25-N y 8-M para reivindicar desde el Triunfo hasta el Salón la igualdad real y el fin del machismo. Para hacer ver, además, que la pandemia ha subrayado esas diferencias, especialmente en el plano laboral. Y aunque al inicio de la marcha pareció que el gris iba a dominar, la multitud fue creciendo en cada esquina y la convocatoria acabó con más de un millar de granadinas que desafiaron a la lluvia y al virus.
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Es la estimación de la Policía Local; los colectivos convocantes elevaron la cifra al entorno de las dos mil personas. En cualquier caso, como recordó PaquiF uillerat, portavoz de la plataforma 25-N y 8-M, esta tarde los números eran lo de menos. Habían pedido a las vecinas de los municipios cercanos que no acudiesen a la movilización de la capital y que se manifestasen en sus localidades. La marcha en Granada, como en el resto de ciudades españolas, llegó tras la polémica por la recomendación del Gobierno de no convocar manifestaciones con motivo del Día Internacional de la Mujer. Para evitar contagios, la de Granada se desarrolló con distancia social, sin compartir megáfonos ni pancartas. Solo al final de la convocatoria, un pequeño grupo ajeno a las organizadoras hizo caso omiso de las indicaciones.
El coronavirus alteró el cuánto –en 2020 hubo 18.000 asistentes–, el cómo y también el porqué:la pandemia ha acentuado las viejas desigualdades. «Las trabajadoras de servicios esenciales, como la ayuda a domicilio o empleadas de hogar que muchas veces no tienen contratos, trabajan en los empleos peor valorados social y económicamente, pero son esenciales, y eso en la pandemia ha tomado incluso más importancia», relató Paqui Fuillerat. Una de las principales reivindicaciones del 8-M fue la mejora y regulación de las trabajadoras en precario de los servicios esenciales.
Además, «la corresponsabilidad sigue sin ser una realidad», también en pandemia. Los cuidados de niños, mayores y enfermos siguen siendo responsabilidad mayoritaria de las mujeres, a costa de su tiempo de formación, trabajo y ocio. Fuillerat recalcó la necesidad de recuperar las políticas de igualdad.
Alejandra Chenoll, portavoz de Espacio Feminismo Unitario, incidió en la misma idea: «Aquellos trabajos esenciales para el mantenimiento de la vida son los menos valorados y más precarizados, y están hechos por mujeres en su mayoría».
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Eso en cuanto a lo laboral. Fuera del entorno de trabajo –el que las mujeres hacen en la calle, pero también en el hogar– también queda mucho por hacer. Esta tarde, las granadinas volvieron a gritar que quieren volver a casa sin miedo, repudiaron la violencia machista, cantaron la canción convertida casi en un himno internacional del feminismo –'el violador eres tú'–.
«Reivindicamos una lucha diaria que tenemos las mujeres. Una vez al año salimos a decir basta ya de patriarcado y capitalismo. Hay lluvia y virus, pero a nosotras nos asesinan con lluvia y pandemia. Por eso estamos aquí», resumió Madavi. Esta madre acudió junto a su pequeña:ocho años, ocho manifestaciones. En el otro extremo en rango de edad, Miguel, que acompañó a su mujer, Carmen: «Hacen falta derechos para todos. Hoy especialmente para las mujeres». «Algunas mujeres hemos tenido dificultades, pero tenemos derechos. Otras viven muy mal, por ejemplo, maltratadas. Pido derechos para todas las mujeres», completó ella.
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Aunque al inicio de la marcha pareció que el gris iba a dominar, hacia el final asomó el sol entre tonos violetas. El acto concluyó a las ocho en el Paseo del Salón, con una performance y una actuación flamenca. Con las manifestantes ya dispersadas, un pequeño grupo de asistentes se salió del guion previsto con una actuación ajena a las plataformas organizadoras, sin distancias de seguridad y en un tono que despertó críticas entre algunas de las presentes.
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