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El olivar ha superado la floración, el momento clave que permite hacer prospecciones sobre cómo será la próxima campaña 2024/2025. Y, por fin, se ve luz después del túnel. Tras encadenar dos años consecutivos de cosechas raquíticas por culpa de la sequía –algo que ... no había pasado nunca antes– el miedo a una nueva campaña en blanco atenazaba a los productores, por aquello de que no hay dos sin tres. Una campaña más sin aceituna les hubiera dado la puntilla. Sin embargo, la lluvia llegó al rescate. El agua bendita que regó los olivos el pasado mes de febrero y esta primavera ha permitido recuperar el olivar y hacer prospecciones de mercado positivas, tras dos años de tensión y precios del aceite de oliva disparados, por la falta de producción de aceituna.
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Mercedes Navarrete
«No será una cosecha récord pero sí se puede decir ya que será una cosecha normalizada tras dos años desastrosos. Hoy estoy a pie de campo visitando parcelas en la Vega de Granada, en Zujaira y por debajo de Íllora y aquí ya el árbol tiene la aceituna en tamaño guisante. Todavía queda floración en los Montes Orientales pero por la parte más temprana, de la Vega y de Loja hacia arriba, ya se ve y viene una cosecha normal, entre media y alta», explica el ingeniero técnico agrícola Rafael Castro, perito asesor en numerosas explotaciones de olivar. Además, al contrario que el año pasado, cuando muchas de las flores se frieron por el calor adelantado, este año las temperaturas están siendo «extraordinarias». «Hay humedad en el suelo, esta vez el árbol va a mantener la aceituna», esgrime el perito.
Aún es pronto para hacer estimaciones –a la aceituna le queda todo un verano y un otoño en el árbol– pero los expertos consultados coinciden en situar en torno a las 112.000 toneladas la producción granadina para la próxima cosecha, lo que significa el doble de la del año anterior, que fue desastrosa.
Rafael Castro
Perito asesor de fincas de olivar
Y la de Granada no es una situación excepcional. La celebración, esta pasada semana, de la Mesa Sectorial del aceite de oliva de aceituna de mesa ha hecho al Ministerio de Agricultura confirmar la recuperación del sector a nivel nacional y, por consiguiente, vaticinar la posibilidad de una bajada progresiva de precios en el aceite de oliva conforme se vaya acercando el inicio de la nueva campaña que arranca en octubre.
«No será una campaña récord como la de 2017-18, pero sí se espera en torno a un millón y medio de toneladas a nivel nacional, que es una cifra que está en la media de las últimas diez campañas», resume el representante sectorial del Aceite en Cooperativas Agroalimentarias de Granada y presidente de la Cooperativa de aceite de Algarinejo, Rafael Almirón.
Rafael Almirón
Representante sector Aceite de oliva en Cooperativas Agroalimentarias
En este escenario, una vez garantizado que habrá aceite, la tensión en los mercados se rebaja y está claro que el precio se regulará a la baja. De hecho la cotización está dejando atrás los máximos históricos y el litro de aceite de oliva virgen extra se paga ahora mismo en origen a 7,8 euros, según el portal Infaoliva. Es casi un euro menos que el precio de principios de año, cuando el productor cobraba 8,7 euros, lo que significa varios euros más en el supermercado.
Los expertos entienden que la línea evolutiva del precio del aceite será descendente hasta final de año. Ahora bien la pregunta del millón es ¿hasta donde bajará? «El enlace con la campaña anterior está muy justo, todavía puede haber tensiones de mercado, aunque la campaña empieza cada vez antes hasta noviembre no se puede abastecer de aceite de forma amplia al mercado, por lo que hasta navidad lo vamos a pagar caro», opina Rafael Almirón.
Eduardo Valverde
Cooperativa San Sebastián de Benalúa de las Villas
En la misma línea, el gerente de la Cooperativa San Sebastián de Benalúa de las Villas, Eduardo Valverde, cree que el precio del aceite bajará de forma de forma más acentuada a partir de septiembre. «Tenemos un stock de aceite acumulado inferior a los 230 millones de kilos, que es muy bajo, pero si la buena cosecha se confirma, en cuatro meses estaremos produciendo el aceite nuevo y llegará el ajuste de precio. La mejor noticia para todos sería que no fuera drástico. Lo razonable e que el litro que está ahora a ocho euros baje a seis», analiza Valverde.
No obstante, en su opinión, el precio del aceite no volverá a hundirse hasta los extremos que se vivieron en los años 2019 y 2020, cuando el litro se desplomó a dos euros. «Tienen que pasar varios años con cosechas normalizadas o altas, que permitan llenar las bodegas de aceite y que dejen un stock no coyuntural sino estructural para que vuelva a bajar tanto el precio». concluye.
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